El filo Basidiomycota incluye a los hongos de mayor complejidad
morfológica, entre los que figuran las conocidas setas (Fig.
1), yesqueros (Fig. 2),
cuescos de lobo (Fig. 3), hongos
gelatinosos (Fig. 4), royas (Fig.
5), carbones (Fig. 6), etc.
Su papel en la naturaleza es esencial, sobre todo los descomponedores;
por ejemplo, entre los yesqueros se encuentran especies capaces
de degradar la lignina. Otros, como royas y carbones, son peligrosos
fitoparásitos. Por otro lado, el micelio de muchas setas
forma ectomicorrizas con árboles; su papel para la supervivencia
de los bosques es esencial. Finalmente, muchos de estos hongos son
cultivados para obtener setas comestibles (champiñones, Pleurotus
ostreatus, etc.), o bien son recolectados en el campo (con la
posible confusión e ingestión de setas venenosas,
que todos los años se llevan a alguien a la tumba). En la X
edición del Dictionary se dice que el número de especies de este
filo es de 31515, sólo superado por Ascomycota.
Figura 7
La característica común a los basidiomicetos es la
presencia de basidios (Fig.
7 - Fig. 8), células
especializadas que tras la cariogamia y la meiosis producen 4 (a
veces más o menos) basidiósporas en su parte
exterior (obsérvese el parecido con los ascos, aunque en
éstos se suelen formar 8 esporas internas).
Figura 9
El ciclo vital de un basidiomiceto típico es simple. Aunque
hay especies levuriformes, lo más corriente es que las basidiósporas
(haploides) germinen y den lugar a un micelio primario, monocariótico.
Esta fase suele ser corta, ya que pronto ocurre la somatogamia
o fusión de hifas (Fig. 9)
y se obtiene un micelio secundario, dicariótico, que
crece mediante fíbulas (Fig.
10 - Fig. 11). Este micelio
es el más abundante en la naturaleza. En algunos casos de
hongos micorrizógenos, puede ocupar varias hectáreas,
pesar bastantes toneladas y tener una edad de varios milenios. Los
septos son complejos (Fig. 12),
ya que presentan un poro central (dolíporo) rodeado
de una serie de membranas (parentosoma). En ocasiones, el
micelio puede formar cordones o rizomorfos (Fig.
13). También se dan casos en que el micelio es un diploide
estable, como en Armillaria.
Aunque no es tan corriente como la somatogamia, el micelio secundario
puede originarse por un proceso de espermatización.
Algunos hongos producen oídios (es importante no confundirlos
con las conocidas cenizas, que ya se vieron al tratar los ascomicetos)
en unas hifas especiales, los oidióforos. Estos oídios
están rodeados de una gotita de mucus, para su dispersión
por el agua o los insectos. Tarde o temprano, contactarán
con una hifa compatible y ocurrirá la dicariotización.
En cuanto a la compatibilidad sexual, las especies homotálicas
son raras, y las heterotálicas abundan. De estas últimas,
casi el 25% regulan el tipo de sexo mediante alelos en un único
locus (heterotalismo unifactorial o bipolar). Es el caso
de royas, casi todos los carbones y algunos yesqueros y levaduras.
En cambio, la mayoría de basidiomicetos regulan el tipo sexual
mediante más de un par de genes, localizados en diferentes
cromosomas (heterotalismo bifactorial o tetrapolar, aunque,
a pesar de lo que indica el nombre, puede implicar a más
de dos pares de genes).
El micelio secundario puede reproducirse asexualmente por medio
de conidios (raro), por gemación (en levaduras y carbones),
por esporas especiales (en royas), e incluso mediante esclerocios.
Como en otros hongos, la fragmentación del micelio es un
método de dispersión frecuente.
Sin embargo, lo más típico es la reproducción
sexual (aunque existen especies que no la presentan). El micelio
secundario puede agruparse en "tejidos" especializados
plectenquimáticos, aún dicarióticos, y el micelio
se denomina entonces terciario. Da lugar a cuerpos fructíferos,
los basidiocarpos o basidiomas, algunos de los cuales son
bastante grandes, hermosos y comestibles: las conocidas setas.
En el campo es frecuente encontrar grupos de setas dispuestas en
anillo, los corros de brujas (Fig.
14), debido al crecimiento en todas direcciones del micelio
y la aparición de basidiocarpos en la periferia. En cambio,
otros basidiocarpos son muy diferentes a las setas (Fig.
2 - Fig. 4): leñosos,
gelatinosos, inconspicuos...
Los basidios se disponen sobre o dentro del basidiocarpo, a menudo
en una capa fértil, el himenio (Fig.
15). Entre los basidios pueden existir estructuras estériles,
como los basidiolos (recuerdan a los basidios, pero que no
producen esporas) o los cistidios, de mayor tamaño
(Fig. 16) y muy útiles
como carácter taxonómico. Cada basidio dará
lugar a 4 (pero pueden ser 2, 8 ó más) basidiósporas
externas.
Figura 15
En un basidio se distinguen las siguientes partes (Fig.
17): probasidio, o lugar donde ocurre la cariogamia;
metabasidio, o lugar donde ocurre la meiosis; y esterigmas,
los pedúnculos sobre los que se disponen las esporas. Con
frecuencia, probasidio y metabasidio coinciden en la misma célula;
es el caso de los holobasidios, que no presentan septos (Fig.
18). En otros casos se presentan septos primarios (asociados
a la meiosis), tanto longitudinales como transversales, y se habla
de fragmobasidios. Por último, hay basidios de forma
bastante curiosa, como los basidios en diapasón de
ciertos hongos gelatinosos. El término heterobasidio
se ha usado para referirse, en general, a los basidios diferentes
a los típicos holobasidios (Fig.
17).
Las basidiósporas suelen dispararse violentamente del esterigma
(balistósporas); el resto de esta unión se
denomina hilo. En ciertos casos, como los cuescos de lobo
(Fig. 3), las esporas se descargan
pasivamente (estatismósporas). Las esporas pueden
sufrir una germinación directa (dan el micelio primario,
sin más) o indirecta (dan esporas secundarias o geman).
Indudablemente, al aficionado a las setas le interesa cuáles
son las principales características de éstas: sombrero,
pie, laminillas... En tal caso, recomendamos echar un vistazo a
la página dedicada a las setas.
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Figura 19
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La clasificación de los basidiomicetos ha cambiado
con frecuencia desde que los primeros micólogos se
empezaron a ocupar de ellos. Hoy, basándose en características
morfológicas y comparación de ácidos
nucleicos, parece claro que Basidiomycota es un grupo
hermano de Ascomycota (la presencia de micelio septado
dicariótico se da en ambos). La X edición del Dictionary
distingue 3 subfilos en Basidiomycota, cuya filogenia muy
simplificada se muestra en la (Fig. 19):
- Pucciniomycotina (en la IX ed. aparece como cl.
Urediniomycetes (= Teliomycetes)):
las royas y hongos afines.
- Ustilaginomycotina (en la IX ed. aparece como cl.
Ustilaginomycetes (= Ustomycetes)):
los carbones y afines.
- Agaricomycotina (en la IX ed. aparece como cl.
Basidiomycetes (= Hymenomycetes)): son los
basidiomicetos en sentido estricto, como setas, yesqueros,
gelatinosos, etc.
- Los Entorrhizomycetes, que antes se incluían en
Ustilaginomycotina, ahora se elevan a nivel de filo
(Entorrhizomycota), tal como comentamos al final
de la página del reino Fungi.
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Haciendo clic en cualquiera de los 3 subfilos se puede obtener información
detallada sobre cada una de ellos. No obstante, antes de entrar en
materia, cabe señalar unas observaciones sobre los dos primeros.
Tradicionalmente se creyó que royas y carbones, cuyas características
son bien distintas del resto de Basidiomycota, estaban estrechamente
emparentados (llegaron a incluirse en la misma clase:
Teliomycetes). Salvo excepciones
no presentan basidiomas, ni el complejo septo dolíporo. El
probasidio queda enquistado en una telióspora o clamidóspora
de pared resistente. Al germinar da lugar a un promicelio que
funciona como metabasidio, y de él surgen las basidiósporas.
Normalmente son parásitos de plantas vasculares. Sin embargo,
las diferencias entre royas y carbones son claras, y por ello se separan
en dos clases diferentes:
- Royas: Forman 4 basidiósporas por promicelio;
el crecimiento en placa de Petri es extremadamente difícil
o imposible; parasitan pteridófitos, gimnospermas y angiospermas;
a veces necesitan dos hospedantes alternativos, que pueden pertenecer
a taxones muy diferentes (una margarita y un pino, por ejemplo).
- Carbones: Forman un número indefinido de basidiósporas
por promicelio; crecen fácilmente en medios de cultivo, donde
pueden comportarse como levaduras; parasitan angiospermas (salvo
contadas excepciones).
En cualquier caso, las separaciones tradicionales entre subfilos, clases y
órdenes en Basidiomycota no se corresponden necesariamente con los estudios
más recientes, que poco a poco van aclarando las relaciones filogenéticas
entre taxones. La clasificación actual puede resultar algo confusa o prolija, sobre
todo cuando nos refermios a especies similares a levaduras. Intentaremos que las páginas
siguientes sean, ante todo, didácticas, aunque en ocasiones eso suponga recurrir a
criterios algo obsoletos. Avisados quedan... ;-)
Para terminar, en la Fig. 20 mostramos un cladograma más detallado de Basidiomycota,
tomado de la Wikipedia:
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Figura 20:
Filogenia de los basidiomicetos.
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