INTRODUCCIÓN.
Muchos aficionados al mundo de la Micología se sienten intimidados por el vocabulario
empleado por los especialistas. Identificar especies parece algo muy complicado y, en
efecto, suele requerir el empleo de microscopios, reactivos químicos e incluso la
secuenciación de ADN. Sin embargo, se pueden obtener buenas aproximaciones, e incluso
dar nombre a las especies más corrientes, con la ayuda de guías de campo y, sobre todo,
pidiendo consejo a expertos en universidades, sociedades micológicas, foros de Internet...
La asistencia a Jornadas Micológicas, que en otoño proliferan como setas en nuestro país,
es muy aconsejable para dar los primeros pasos y, sobre todo, evitar imprudencias.
Al fin y al cabo, a muchos sólo les interesa saber si una seta se come o no se come. Bien,
todas pueden comerse; lo malo es que algunas, sólo una vez. :-(
La primera duda que se le puede plantear al neófito es la distinción entre hongo
y seta. El problema, como en tantas disciplinas científicas, radica en que muchas
palabras no significan lo mismo en lenguaje coloquial que en el científico. Así, vulgarmente
se denomina hongo a ciertas setas (que pueden ser distintas especies, según la
región o comarca donde preguntemos). Sin embargo, para el micólogo ambos términos tienen
significados muy precisos. Debe quedar claro que un hongo es todo aquel organismo que
pertenece al reino Fungi, y cuyas características ya hemos comentado en
otras páginas.
En cambio, una seta es el cuerpo fructífero (es decir, la plataforma
lanzadora de esporas) de unos grupos muy concretos de hongos (los basidiomicetos agaricoideos).
O sea: hongo se refiere a un organismo completo, mientras que
seta
se refiere a las fructificaciones de algunos hongos (mayormente, diversas familias de los órdenes
Agaricales, Boletales y Russulales). Disculpen si somos pesados,
pero estos conceptos han de quedar claros desde el principio.
Puesto que el micelio de los hongos suele ser muy parecido en todos ellos, al menos a
simple vista, la única vía para la identificación de especies por parte del aficionado
pasa por el estudio de las características de sus fructificaciones, las setas. Existen
libros y sitios webs altamente recomendables al respecto, con multitud de dibujos,
fotografías y esquemas. Podemos citar, entre otros, a excelentes sitios web como
Asturnatura.com ,
manuales básicos de divulgación como el de la
Asociación Micológica de Albacete ,
claves on-line
, aplicaciones para tabletas
y teléfonos móviles... Animamos al aficionado a utilizar estos y otros recursos que pueden
encontrarse en Internet. Aquí nos limitaremos a proporcionar una guía muy básica de lo que
hay que tener en cuenta a la hora de identificar setas.
¿DÓNDE Y CÓMO APARECEN?
Para identificar setas, no basta sólo con recolectarlas
adecuadamente. En el campo, hay que tomar nota de una serie de características, tanto de
las propias setas como de su entorno. Y lo primero de todo es indicar el hábitat. Un
setero experimentado puede decir, simplemente con echar un vistazo al contenido de la cesta,
si las setas han sido recogidas en un
pinar , un
encinar , una
chopera ...
Por tanto, indíquese si son setas de
prado ,
de bosque (y bajo qué árboles), de margen de camino, etc.
Aunque hay agaricoideos ubicuos, que aparecen en cualquier sitio y casi sobre cualquier cosa,
estos hongos suelen preferir determinados sustratos para desarrollarse (y, en algunos casos,
están restringidos a ciertas áreas geográficas). Así, hay especies que aparecen en el suelo (
terrestres ), en la madera (
lignícolas ), en hojas (
folícolas ), en estiércol (
coprófilas ), sobre musgos (
muscícolas ), en lugares quemados (
antracófilas ), etc.
Por supuesto, obsérvese si las setas nacen solitarias, en grupos, en
fascículos , en
corro ...
Y muy importante: deben recolectarse, a ser posible, setas en distintos estadios de
desarrollo (sin "arrasar", eso sí; hay que dejar ejemplares en el terreno para que suelten las
esporas).
CARACTERES MACROSCÓPICOS.
Las setas no surgen escalonadamente a lo largo del año, sino que suelen brotar sobre todo en
otoño, aunque también las hay que aparecen en
primavera .
Algunas especies pueden identificarse por su fenología (es decir, en qué estación brotan).
Como consecuencia, seteros y micólogos interesados en estudiarlas se encuentran con la aparición
súbita de muchas especies en cortos periodos de tiempo. Por tanto, no daría tiempo a estudiarlas
en detalle antes de que se echaran a perder.
Por suerte, existe una solución sencilla a este problema: la desecación; en concreto, mediante
aire caliente .
Las setas desecadas pueden conservarse (por ejemplo, en un congelador) sin que
sus caracteres microscópicos se alteren significativamente. Así, el estudioso podrá realizar
las observaciones microscópicas más adelante, cuando disponga de tiempo.
No obstante, ciertas características se pierden con la desecación o son muy fugaces; por tanto,
deben ser anotadas en fresco. Cabe destacar:
-
Silueta del carpóforo .
Puede ser inociboide (similar al género Inocybe), tricolomatoide (a Tricholoma),
colibioide (a Collybia), micenoide (a Mycena), agaricoide (a Agaricus),
amanitoide (a Amanita), pleurotoide (a Pleurotus), etc.
- Dimensiones. Tómese buena nota del diámetro del sombrero y del pie, altura, etc.
- ¿Cuál es la forma del
sombrero y del
pie ?
- Características generales del himenio. Obsérvese el tipo de himenio (
láminas ,
agujas ,
tubos ...),
maduración, disposición en la seta...
- Más características atener en cuenta del himenio:
Inserción
de las láminas o tubos;
densidad y aspecto
de las láminas;
margen
de las láminas, etc.
- Esporada. Asimismo, en taxonomía es muy importante el color de las esporas en masa.
Para ello se obtiene la
esporada ,
poniendo un papel o plástico
debajo del píleo
y recogiendo las esporas liberadas. A veces, también podemos apreciar el color de la esporada si nos
fijamos en el
entorno de la seta .
- Color de la cutícula, el pie, las láminas o poros maduros... Puede que incluso necesite
una tabla de color para determinarlo, sobre todo en ciertos géneros.
- Textura de la carne. ¿Fibrosa o
quebradiza ?
- Otras características de la carne. Consistencia, color (y si éste
cambia al corte ),
olor, sabor...
- ¿Se puede
separar
el sombrero del pie?
- Caracteres fugaces de sombrero y pie. Obsérvese la ornamentación del pie, restos
del velo universal y parcial (
escamas, cortina, etc. )...
- Cutícula. Sequedad,
viscosidad ...
- Caracteres químicos. La carne de algunas setas puede reaccionar cambiando de color cuando
entra en contacto con ciertos reactivos: sulfato ferroso, fenol, yodo, amoníaco, etc.
MICROSCOPÍA.
Por supuesto, también hay que fijarse en las características microscópicas de la seta y del
himenio. Normalmente se trabaja en el laboratorio con material desecado; al realizar la
preparación microscópica, se suele rehidratar con KOH. También puede estudiarse el cambio de
color que ocurre cuando se aplican ciertos reactivos (Melzer, etc.).
- Trama de las láminas. ¿Qué aspecto tiene la capa de células sobre la que se dispone el
himenio ?
-
Esporas :
Anótense las dimensiones, forma, color, presencia de vacuolas, etc.
-
Cistidios
y otras estructuras estériles que puedan aparecer en el himenio.
- Microscopía de la cutícula.
- Presencia de pigmentos.
-
Fíbulas , etc.
¿Parece difícil identificar setas? Pues no hay que desanimarse. Incluso sin microscopios
es posible aproximarse a los géneros y especies más comunes. El secreto está en empezar poco a
poco, buscando el consejo de micólogos más expertos (que pueden encontrarse en las sociedades
micológicas). También es bueno empezar a familiarizarse con las claves de identificación,
comenzando con las más sencillas, como ésta facilitada por el micólogo
Jesús Martínez.
Ah, un último aviso. En los últimos años, los taxónomos, en su afán para que los
taxones sean monofiléticos (ya lo explicamos aquí),
están cambiando los nombres científicos «de toda la vida» de muchos hongos. Así, géneros
como Boletus, Coprinus, Clitocybe y otros han sido hechos trizas, divididos en varios
con nombres que nos resultan poco familiares. En fin, hay que tomárselo con calma, y no dejar
que las lágrimas nos empañen la visión de las guías de campo... ;-) Cuando veamos las setas
más comunes, haremos todo lo posible para no confundir demasiado al lector.
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