Como se dijo en la página «¿Qué son los hongos?»,
éstos, en sentido amplio, son seres eucariotas, normalmente
multinucleados, que se reproducen por medio de esporas, móviles
o inmóviles, sexuales o asexuales (si deseas conocer más detalles
sobre el aspecto de las esporas, pulsa aquí).
Son heterótrofos, sin clorofila, y se alimentan por absorción (raramente
por fagocitosis, como es el caso de los hongos ameboides). El talo
(soma o cuerpo vegetativo) puede ser unicelular o típicamente filamentoso
(ya se verán algunas excepciones), y está recubierto de una pared
de quitina o de celulosa. Los hongos son omnipresentes y cosmopolitas;
pueden aparecer prácticamente en cualquier sitio, y alimentarse
de lo más insospechado. Casi todos son organismos aerobios, aunque
algunas levaduras son anaerobias facultativas, y hay algunos quítridos
que son fermentadores obligados (tranquilo, amigo internauta; si
no estás familiarizado con estos términos, dentro de poco te los
explicaremos).
He aquí algunos récords fúngicos curiosos, recogidos aquí y allá
en Internet: máxima concentración de esporas (161.037 por m3);
micelio más extenso (Armillaria ostoyae, 910 ha en Oregón, Estados
Unidos); mayor cuerpo fructífero (Phellinus ellipsoideus, entre
400 y 500 kg); mayor hongo comestible (Calvatia gigantea, 2,64 m
de circunferencia, 22 kg); más venenoso (Amanita phaloides, 5-7 mg
de amanitoxinas son letales); talo más viejo (algunos líquenes en Alaska,
más de 3500 años).
A continuación estudiaremos:
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