Los zigomicetos son un grupo de hongos que, bajo distintas denominaciones
(como clase, filo, subdivisión...) ha perdurado durante muchos años
entre los micólogos. Hasta hace bien poco, cuando los grandes taxones
fúngicos se definían por la morfología del talo y las estructuras
reproductoras, se consideraba zigomiceto a todo aquel hongo verdadero
con micelio no tabicado y esporas no flageladas.
Pero claro, la similitud estructural no implica necesariamente un
parentesco estrecho, y las clasificaciones actuales, de tipo cladístico,
buscan que los taxones sean monofiléticos. Y los zigomicetos, qué le vamos
a hacer, constituyen un grupo parafilético o polifilético.
Hagamos un poco de historia y repasemos los cambios en la clasificación
que han sufrido estos hongos durante las últimas décadas.
¿Qué ha sido de los extraños «tricomicetos»?
La IX edición del Dictionary (2001) distinguía dos clases
dentro de este filo. Por un lado estaba la cl. Trichomycetes,
con hongos asociados a la cutícula o al tubo digestivo de artrópodos,
cuyo micelio no está inmerso en el hospedante. Por otro lado teníamos a
la más conocida y ubicua cl. Zygomycetes, que incluía a hongos
mayoritariamente saprofitos, aunque los hay simbiontes y parásitos, pero
en este caso el micelio siempre está inmerso en el hospedante.
Volviendo a la cl. Trichomycetes, se la consideraba
un grupo relacionado con los zigomicetos, pero ecológica y
morfológicamente bien diferenciado. No obstante, se intuía que sus
distintos órdenes quizá no estuvieran estrechamente emparentados.
Eso sí, todas las especies viven obligatoriamente asociadas a
artrópodos. Se discute el nivel de esta asociación, aunque no parece
ser de tipo parasítico dañino. Muchas viven en el tubo digestivo,
aunque algunas lo hacen en el exterior del cuerpo. Abundan en artrópodos
acuáticos (o en sus larvas). Se adhieren al intestino mediante una célula
especial (holdfast, en inglés), pero no penetran las paredes.
Aparentemente se alimentan del contenido intestinal y, de algún modo,
favorecen la supervivencia del animal (aunque algunos tricomicetos que se
desarrollan en el exterior pueden interferir con la muda).
La reproducción asexual ocurre mediante células ameboides, artrósporas,
o bien con tricósporas, producidas individualmente en esporangios de formas
peculiares. Las tricósporas suelen presentar apéndices, que favorecen su
dispersión pasiva hasta que son ingeridas por el hospedante. La reproducción
sexual es mal conocida, aunque en el orden Harpellales se producen
zigósporas con aspecto de "T". Otros órdenes son Asellariales y
Eccrinales.
Pero... En la X edición del Dictionary (2008) se nos dijo que este grupo
era polifilético. Dos de los órdenes, Amoebidiales y Eccrinales,
pertenecían en realidad al reino Protozoa. En cambio, otros dos,
Asellariales y Harpellales, sí se incluían en Zygomycota;
en concreto, en el subfilo
Kickxellomycotina. De hecho, dividían al filo en 4 subfilos:
- Subfilo Mucoromycotina.
- Subfilo Kickxellomycotina.
- Subfilo Entomophthomycotina.
- Subfilo Zoopagomycotina.
Las endomicorrizas V-A ya no se incluían aquí, sino en
el filo Glomeromycota.
No obstante, se intuía que los zigomicetos no eran un grupo monofilético.
Antes de ver qué ha sido de él en la actualidad, revisemos las características
de los zigomicetos, desde el punto de vista «tradicional».
¿Qué entendemos por «zigomicetos»?
Son hongos ubicuos, extremadamente frecuentes, que se pueden aislar casi
de cualquier sitio. Muchos provocan podredumbres indeseables en los alimentos,
sobre todo si éstos contienen agua, pero también los hay parásitos (e incluso
depredadores) de muy diversos organismos, desde protozoos hasta mamíferos.
Por otro lado, algunos grupos son micorrizógenos. Como se ve, hay taxones
muy especializados.
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Figura 1: Tipos de esporangios en Mucorales
(explicación en el texto).
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Los zigomicetos tienen un
micelio haploide bien desarrollado y cenocítico. A veces, las hifas pueden
presentar clamidósporas.
Se reproducen asexualmente mediante
esporangiósporas no flageladas producidas
en gran cantidad en esporangios con un pie (esporangióforo) bien desarrollado (Fig. 1).
A veces los esporangios tienen muy pocas esporas (o una sola), y se llaman
esporangiolos. Si las esporas se disponen linealmente, en una fila, se habla
de merosporangio. El esporangióforo puede penetrar en el esporangio, dando lugar
a la columela (Fig. 1, centro). A veces, la parte terminal del esporangióforo está engrosada
(apófisis; Fig. 1, derecha). Esas esporas se dispersan pasivamente, normalmente por el viento,
pero también con la ayuda del agua, los ácaros y otros bichos. La reproducción
sexual se da por copulación gametangial isógama: los gametangios se fusionan y
dan lugar a una zigóspora resistente.
En ella ocurrirá la cariogamia y la meiosis,
y en la época favorable emitirá un esporangio con sus esporangiosporas. Las hifas
que originaron los gametangios, y que quedan pegadas a la zigóspora, se denominan
suspensores.
Dentro de los zigomicetos se proponían varios órdenes, fácilmente identificables por sus
estructuras asexuales. Grosso modo, se distinguían en estos hongos cuatro grandes
líneas evolutivas. Por un lado, hay especies con micelio extenso, reproducción asexual
muy diferenciada y abundante, y reproducción sexual heterotálica (Mucorales era
el ejemplo más claro). Por otro, había especies homotálicas con estructuras reproductoras
asexuales indiferenciadas y crecimiento somático limitado (Entomophthorales). Por
otro, había especies heterotálicas con reproducción asexual muy elaborada y parásitas
(Zoopagales). Finalmente, otra línea evolutiva se decantaba por la formación
de micorrizas (Endogonales).
En fin... Al igual que en los quítridos, las relaciones evolutivas en zigomicetos se
fueron conociendo cada vez mejor. A diferencia de lo que se creía hace unos años (Fig. 2 A),
las ubicuas micorrizas V-A, antes incluidas en zigomicetos, hoy se separan en un
filo aparte, Glomeromycota, próximo
a los hongos «superiores» del subreino Dikarya (Ascomycota y Basidiomycota).
La filogenia del resto de zigomicetos, así como de los
quítridos, quedaba menos clara (Fig. 2 B). Pero la Ciencia avanza, y...
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Figura 2: Posible evolución de los hongos verdaderos
(explicación en el texto).
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Parece que la filogenia de los zigomicetos se va aclarando, aunque sigue sin haber un
acuerdo general. Una propuesta, tomada de la Wikipedia, se muestra en la Fig. 3. Para una versión más simplificada,
vease la Fig. 2 C (en azul, los grupos de zigomicetos).
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Figura 3: Filogenia de los zigomicetos
y hongos superiores.
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Resumiendo y modificando un poco el cladograma de la Fig. 3, podemos
considerar que los antiguos zigomicetos se distribuyen en
estos subreinos y filos:
- Subreino Zoopagomyceta.
- Filo Basidiobolomycota.
- Filo Kickxellomycota.
- Filo Entomophthoromycota.
- Filo Zoopagomycota.
- Subreino Mucoromyceta.
- Filo Mucoromycota.
- Filo Mortierellomycota.
Micosis provocadas por zigomicetos.
Hay casi 30 especies de zigomicetos que causan enfermedades a humanos
(o, al menos, han sido aislados a partir de enfermos). Su nivel de bioseguridad
(BSL) oscila entre 1 y 2.
Dentro del orden Mucorales, y según Hoog et. al., se dan como
patógenas las siguientes especies (su BSL es 1, salvo cuando se indica entre
paréntesis): Absidia coerulea (2), A. corymbifera (2),
Apophysomyces elegans (2), Chlamidoabsidia padenii, Cokeromyces
recurvatus, Cunninghamella bertholletiae (2), Mortierella polycephala,
M. wolfii (2), Mucor amphibiorum (2), M. circinelloides (2),
M. hiemalis, M. indicus, M. racemosus, M. ramosissimus,
Rhizomucor miehei, R. pusillus (2), R. variabilis (2),
Rhizopus azygosporus (2), R. microsporus (2), R. oryzae,
R. schipperae (2), R. stolonifer, Saksenea vasiformis (2) y
Syncephalastrum racemosum (2). Los daños provocados consisten en micosis
pulmonares, rinocerebrales, cutáneas y subcutáneas, infecciones en enfermos de sida,
queratitis, infecciones oportunistas a través de heridas o quemaduras, necrosis,
infecciones genitales, peritonitis fatal en un alcohólico, invasores oportunistas
en casos de leucemia y diabetes, infecciones fatales en niños prematuros, etc.
También afectan a animales como diversos mamíferos (hasta ornitorrincos), anfibios,
etc. En resumen, pueden causar graves problemas a pacientes inmunodeprimidos.
Dentro del orden Entomophthorales, son patógenas: Basidiobolus ranarum
(2), Conidiobolus coronatus (2), C. incongruus (2) y C. lampranges.
Causan infecciones gastrointestinales, micosis subcutáneas, granuloma nasal y en algún
caso raro, infecciones sistémicas.
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