Los mixomicetos, mixomicetes o mixos son los auténticos mohos mucilaginosos
plasmodiales, y se caracterizan por presentar como talo (aparato
vegetativo) a un plasmodio (masa multinucleada, desnuda,
ameboide y fagocítica; véase
Fig. 1). Se trata de unos organismos frecuentes y que aparecen
en los sitios más insospechados, pero su hábitat preferido
es el bosque templado húmedo (aunque se pueden encontrar
desde la alta montaña a los desiertos; véanse Figs.
2 y 3). A veces aparecen
sobre plantas cultivadas, a las que no causan daño pero afean
bastante. Incluso su fructificación súbita en el césped
de un jardín puede asustar a la gente, llegando a creer que
se trata de engendros alienígenas (las fructificaciones de
Fuligo septica o Mucilago crustacea pueden llegar
a ser espectaculares). De hecho, pudieron servir de inspiración a
los guionistas de una película de culto de serie B,
The Blob (estrenada en España con el horrendo título de La
masa devoradora).
Otra curiosidad: algunos son comestibles. Según Alexopoulos
et al. (1996), los esporóforos jóvenes de Enteridium
lycoperdon son comidos fritos a veces en Veracruz, México,
donde reciben el nombre de caca de luna. En otro orden de
cosas, algunas espcies son útiles organismos de laboratorio.
Y los esporangios de muchas son bastante bellos, y han atraído
el interés de muchos fotógrafos de la naturaleza (Fig.
4). Se comentan algunas curiosidades más de los mixos en
esta entrada de nuestro blog.
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Figura 4: Esporangios de Leocarpus
fragilis.
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En raras ocasiones, los mixos pueden interferir con los intereses
de agricultores o jardineros. Los géneros de mixomicetos
como Physarum, Fuligo, Mucilago, etc., no son
estrictamente fitoparásitos, ya que se limitan a alimentarse
de bacterias y levaduras. Sin embargo, en condiciones de humedad
muy abundante puede ocurrir una proliferación de plasmodios
y esporangios, que cubran las plantas y les den un feo aspecto (algo
molesto en el caso de ornamentales, céspedes, etc.). El remedio
para erradicarlos es sencillo: limpiar las plantas con agua, y eliminar
las que peor aspecto tengan. Además, los mixos son muy sensibles
a los fungicidas.
A continuación se resume su ciclo vital: las esporas haploides (Fig.
5) germinan y dan lugar a mixamebas o a células flageladas.
En un momento dado, dos de ellas se aparean, la cariogamia ocurre
pronto y se obtiene un zigoto diploide. A partir de él se
formará un plasmodio (que al madurar adoptará una
típica forma de abanico, con venas que conectan sus diferentes
partes), el cual se alimenta por fagocitosis (Figs.
1, 6 y 7).
No hay división celular en él, aunque sí nuclear.
Si las condiciones ambientales son muy desfavorables, el plasmodio
se enquista y da esclerocios, que luego volverán a
dar plasmodios si el ambiente mejora. Al final, el plasmodio dará
lugar a esporangios (o bien a otros tipos de fructificaciones,
como se verá seguidamente), dentro de los cuales ocurrirá
la meiosis y se formarán esporas haploides. Algunas esporas
de mixos pueden ser muy longevas, germinando después de pasar
75 años en un herbario. Se dispersan por el aire, aunque
los artrópodos también ayudan.
Los plasmodios pueden presentar colores llamativos. También
son curiosas las corrientes citoplásmicas en las venas del
plasmodio, en una y otra dirección. Se alimentan por fagocitosis,
aunque también pueden absorber alimento líquido. Hay
3 tipos básicos de plasmodio:
- El protoplasmodio es de tamaño microscópico,
homogéneo y no forma venas; suele dar origen a un único
esporangio.
- El afanoplasmodio es pequeño, difícil de
ver, y toma aspecto de una red de finos filamentos.
- El faneroplasmodio es grande, visible y con venas marcadas
(Figs. 1, 6
y 7).
Las fructificaciones (esporocarpos) de los mixos pueden
ser esporangios (Figs. 4
y 8), etalios (grandes
y con aspecto almohadillado, a partir de un plasmodio que no se
diferencia en esporangios véase la Fig.
9), pseudoetalios (esporangios fusionados, aunque conservando
su individualidad) y plasmodiocarpos (cuyo aspecto recuerda
al del plasmodio originario). En un esporangio típico se
distingue una parte basal (hipotalo, Fig.
10), un pie (estípite o pedúnculo) que puede prolongarse
dentro del esporangio (columela, Fig.
11), las esporas, una maraña de pelos entre éstas
(capilicio) y una envoltura que las encierra (peridio: Fig.
4).
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Figura 11: Esporangio de Collaria rubens.
Se aprecia la columela, el capilicio y las esporas.
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El desarrollo de los cuerpos fructíferos (Fig.
12) puede ser estemonitoide o epihipotálico (típico
de Stemonitales; Figs. 10
y 22) y mixogastroide o subhipotálico
(Fig. 20).
Dentro de la clase Myxomycetes se distinguen 5 órdenes:
Orden Liceida (nom. bot.: Liceales).
No presentan capilicio ni incrustaciones calizas. Las esporas son
pálidas en masa, o más o menos incoloras. Suelen
presentar faneroplasmodio y habitualmente se dan sobre madera muerta.
Destacan Cribraria cancellata (su peridio con venas parece una
criba, Figs.
13, 14 y 15),
Tubifera ferruginosa, con pseudoetalios, y Lycogala epidendron,
que forma verdaderos etalios (Fig.
9).
Orden Echinostelida (nom. bot.: Echinosteliales).
Presentan protoplasmodios. Son bastante pequeñitos e inconspicuos, y
pasan desapercibidos a pesar de su abundancia.
Orden Trichiida (nom. bot.: Trichiales).
Presentan esporangios con esporas de color claro y poco ornamentadas.
El capilicio está bien desarrollado y ornamentado. Puede quedar
un resto en forma de copa del peridio, llamado calículo. Son
bastante abundantes. Destacan los géneros Arcyria
(Figs. 16,
17
y 18), Trichia, Perichaena,
Hemitrichia, Metatrichia, etc. El capilicio de algunas especies
es muy llamativo, amarillo o rojo.
Orden Physarida (nom. bot.: Physarales).
Presentan faneroplasmodios, esporangios y esporas pigmentadas. Son los
más corrientes, y bastante conspicuos. Algunos pueden presentar
incrustaciones calizas en peridio y capilicio. No tienen columela. El
género más típico es Physarum
(Figs. 19
y 20). Por aquí se puede
encontrar, sobre chumberas, a Badhamia, con nódulos
calcificados en el capilicio (Fig.
5). Otro género común es Didymium. Destaca
también Mucilago crustacea y, sobre todo, Fuligo
septica, con etalios enormes. Leocarpus fragilis, vivamente
coloreado, puede encontrarse en hojas caídas de Quercus
(Figs. 4, 7,
12 y 21).
Orden Stemonitida (nom. bot: Stemonitales).
Son bastante diferentes del resto de mixos. Presentan esporas
pardovioláceas, afanoplasmodios y columela. Destacan los
géneros Stemonitis, con esporangios plumosos
(Figs. 22 y 23),
Comatricha nigra, de esporangios globosos (Figs.
8 y 24),
bastante frecuente, o Collaria rubens (Fig. 11).
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