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CLASE AGARICOMYCETES: GASTEROMICETOS

Tradicionalmente, dentro de Basidiomycetes se distinguía entre:

Esta división ha quedado desfasada. De todos modos, atendiendo a la claridad expositiva resulta útil mantener algunos viejos términos. En esta página nos ocuparemos de los gasteromicetos o gasteromicetes que, como veremos, no forman un grupo monofilético. Más bien se trata de un grupo polifilético de familias y órdenes diversos, que tienen en común un desarrollo angiocárpico del basidioma.

La parte fértil (gleba) está rodeada por una o más capas estériles (peridio, en el que pueden distinguirse endo y exoperidio). Puede haber capilicio (hifas de pared gruesa) entre las esporas. Éstas no se disparan violentamente de los esterigmas (estatismósporas). Los basidiocarpos son muy variables en forma y tamaño, así como en el modo de dispersar las esporas, como se verá más adelante. Los gasteromicetos suelen ser saprofitos (a veces lignícolas o coprófilos) o micorrizógenos, y abundan en zonas áridas.

En lo que respecta a su utilidad para los asuntos humanos, tal vez lo más importante sea la capacidad para formar micorrizas por los representantes del orden Sclerodermatales. En algunos casos se han usado en medicina tradicional, especialmente para cortar hemorragias con las esporas. También hay especies con basidiocarpos comestibles, especialmente cuando son jóvenes y la gleba aún no ha madurado (en Phallales y Lycoperdales). En ciertos casos, su aroma y sabor son muy atractivos para ciertos animales, que dispersan las esporas. También debe mencionarse que el aspecto peculiar de algunos basidiocarpos ha sido considerado por personas pudibundas como una ofensa a la moral, especialmente el caso de Phallus impudicus. Por cierto, esta última especie, de acuerdo con la vieja doctrina de las signaturas (la forma de las plantas u hongos indica su utilidad para nosotros), o con cierto refrán (“de lo que se come, se cría”), se ha empleado como afrodisíaco para el ganado (y para el hombre).

Respecto al origen del tipo de dispersión de esporas en este grupo, el término secotioide se aplica a hongos cuyo basidiocarpo parece una transición entre los agaricoides y los gasteromicetos, ya que recuerdan a setas que no llegan a abrirse, y las esporas se liberan al modo de los gasteromicetos. Tal vez se trate de una adaptación a la aridez, que se ha dado en distintos grupos de hongos no emparentados. Géneros como Endoptychum, Secotium, Podaxis, Gyrophragmium y Montagnea (estos dos últimos son frecuentes en zonas arenosas costeras) se incluyen hoy en Agaricales o incluso se han convertido en sinónimos de otros géneros de ese orden.

A continuación se comentarán los gasteromicetos más conocidos. Como ya se hemos indicado, el término «gasteromiceto» no se refiere a un taxón monofilético, sino a una forma de dispersar las esporas, que ha aparecido por evolución convergente en diversos órdenes de la clase Agaricomycetes. Una pena, porque las clasificaciones antiguas eran más sencillas y fáciles de aprehender, pero debemos insistir: un aspecto similar no implica parentesco cercano. Para que sirva de referencia, adjuntamos una relación de las clases y órdenes del subfilo Agaricomycotina.

boton ORDEN PHALLALES.

Incluye 2 familias y unas 90 especies. La gleba es gelatinosa, y normalmente apesta para atraer a las moscas, que dispersan las esporas. Son saprofitos. Los basidiocarpos jóvenes parecen huevos (Fig. 1), pero al madurar pueden emitir un falso pie bastante largo, con aspecto fálico (Phallus impudicus, Mutinus caninus). Otros “huevos” dan lugar a basidiomas sentados, con pinta de cancela roja (Clathrus ruber, Colus hirudinosus) o más rara aún (Clathrus archeri se abre en estrella; antes se incluía en el género Anthurus; Aseroe también tiene aspecto de «pulpo mutante»). Son mayoritariamente saprofitos, con alguna especie tal vez micorrizógena.

Huevo de Phallus
Figura 1: «Huevos» de Phallus impudicus. Uno de ellos aparece cortado por la mitad. En ese estado son comestibles (o eso dicen). La gleba verdosa comenzará a apestar en cuanto el basidiocarpo madure.

boton Orden GEASTRALES.

Incluye unas 64 especies. Las estrellas de tierra (Geastrum) presentan un exoperidio que se abre en estrella, muy característico. Myriostoma es otra estrella de tierra, aunque presenta numerosos estomas por donde salen las esporas. A título de curiosidad, el hongo cañón (Sphaerobolus), con basidiocarpos diminutos, dispara violentamente la gleba.

boton Orden HYSTERANGIALES.

Las falsas trufas (o, al menos, su equivalente hipogeo entre los basidiomicetos) forman un grupo polifilético. Muchas de ellas se incluyen en Hysterangiales, un orden con más de 110 especies. Su olor no es tan desagradable como el de los falos hediondos, ya que deben atraer a diversos animales para que las devoren y dispersen las esporas. Algunas pueden ser comestibles, aunque mediocres. Podemos citar a Hysterangium y Protubera.

NOTA IMPORTANTE: Hay otras falsas trufas con basidiocarpos subterráneos de aspecto similar, pero que se incluyen en otros órdenes cuyas fructificaciones suelen ser las típicas setas. Por ejemplo, en Boletales, además de los famosos (y buscados) boletos, hay familias de falsas trufas, como Rhizopogonaceae (destaca el género Rhizopogon, las «patatas de tierra»). En el orden Russulales, además de níscalos, tenemos la familia Albatrellaceae (= Leucogastraceae), con el género Leucogaster. Finalmente, y dentro de Agaricales, la fam. Hymenogastraceae ahora es sinónima de Strophariaceae; por tanto, en la misma familia que los famosos honguitos «monguis», alucinógenos ellos, hay falsas trufas. Cosas de la evolución paralela...

boton Gasteromicetos en el orden AGARICALES.

El orden Agaricales se estudia con mayor detalle en las páginas de setas. En él se agrupan los champiñones y muchos otros hongos que nos resultan familiares, pero hay algunas familias con especies que forman basidiocarpos angiocárpicos:

boton Familia Lycoperdaceae.

Algunos autores la incluyen en Agaricaceae (sí, la familia de los champiñones cultivados y muchas otras setas). En los géneross que ahora nos interesan, los basidiomas no presentan pie verdadero (aunque la subgleba puede formar un falso pie). La gleba no es gelatinosa, sino polvorienta, y poseen verdadero capilicio.

Destacan los llamados cuescos o pedos de lobo (Lycoperdon, Bovista, Vascellum, aunque este último tiende a ser considerado sinónimo del primero), bastante frecuentes en terrenos herbáceos (aunque hay alguno lignícola). De jóvenes son comestibles (siempre que uno no se confunda y se zampe un “huevo” de Amanita phalloides en su lugar). En cuanto a Calvatia, son de gran tamaño (bejines) y el peridio se deshace, exponiendo las esporas. El gigante del grupo es Calvatia (= Langermannia) gigantea, que puede llegar a los 20 kg de peso.

boton Familia Agaricaceae.

Como hemos dicho, en la misma familia que los conocidos champiñones también hay géneros con basidiomas típicos de gasteromicetos. Por ejemplo, uno que antes se incluía en su propia familia (Mycenastraceae) es Mycenastrum corium. Sus basidiomas son grandes, de hasta 20 cm. El peridio es duro, y la gleba está formada por hifas espinosas.

Otra familia que ha dejado de existir, para incluirse en Agaricaceae, es Tulostomataceae. Los basidiomas presentan un pie verdadero. El género más corriente es Tulostoma, aunque el más vistoso es Battarrea, que puede sobrepasar los 30 cm. Son frecuentes en zonas áridas.

Y otra familia más que se ha sinonimizado a Agaricaceae: Nidulariaceae. Se trata de los hongos nido. La gleba está compartimentada en subunidades independientes, los peridiolos, adaptados a saltar por los impactos de las gotas de lluvia. Cada peridiolo puede llevar un cordón (funículo) que se despliega al saltar, y que termina en una estructura adhesiva (hapterio). De este modo, los peridiolos pueden fijarse al sustrato después del salto. En las especies sin funículo (ej.: Nidularia deformis), el propio peridiolo es adhesivo. Cuando el basidioma es joven, está cerrado por una membrana denominada epifragma. Destacan Cyathus (peridiolos grises o negruzcos) y Crucibulum (peridiolos blanco-amarillentos). Suelen descomponer sustratos con celulosa.

boton Gasteromicetos en el orden BOLETALES.

En este orden (que ya veremos en otra página) se agrupan hongos formadores de setas, como los boletos, pero hay algunas familias con basidiocarpos angiocárpicos. Lo referente a las falsas trufas se ha comentado más arriba al hablar del orden Hysterangiales.

boton Familia Sclerodermataceae.

Tiene unas 40 especies. Sus cuerpos fructíferos recuerdan a los de la antigua fam. Lycoperdaceae (cuescos de lobo y similares), pero no hay capilicio verdadero, el peridio suele ser grueso y la gleba bastante oscura. Abundan y son micorrizógenos, especialmente en condiciones ambientales difíciles para las plantas, a las que ayudan a establecerse en nuevos ambientes. Por tanto, son esenciales para el establecimiento de los bosques y su mantenimiento posterior. El género más típico es Scleroderma, con basidiocarpos con aspecto de pelota y a veces parcialmente hipogeos. Su apertura es irregular, y a menudo queda la parte inferior del basidiocarpo tras la liberación de las esporas, a modo de cuenco o copa. Se dice que algunos ejemplares pueden llegar a estallar en los herbarios. Abunda también Pisolithus arrhizus (= P. tinctorius), de basidiocarpos muy feos, con la gleba algo compartimentada en pseudoperidiolos, pero de una enorme importancia mundial, ya que forma ectomicorrizas con muchas plantas. Su relevancia para las políticas de reforestación es obvia.

boton Familia Diplocystaceae (= Diplocystidiaceae).

Una especie micorrizógena muy frecuente en zonas áridas es Astraeus hygrometricus, una estrella de tierra con exoperidio higroscópico.

boton Gasteromicetos en el orden RUSSULALES.

En este orden (que ya veremos en otra página) se agrupan hongos formadores de setas, como los níscalos, tan buscados en nuestros montes. No obstante, hay alguna familia de falsas trufas, tal como indicamos más arriba al hablar del orden Hysterangiales.

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