Hoplitas yendo a la batalla
Calino y Tireto: Ética guerrera

Las elegías de Calino y Tirteo tienen un mismo tema: son cantos de exhortación al combate, poesía patriótica. Hay en ellos muchos ecos, en expresiones formularias y en tópicos, de la poesía homérica. Pero tras estas referencias intencionadas a la tradición épica laten nuevos acentos: los del espíritu ciudadano de la época hoplítica. No se trata de celebrar las hazañas individuales de unos héroes que combaten por su propio honor y un botín personal; sino de dar ánimo a aquellos que van a exponer su vida por salvar a la ciudad, a las mujeres y a los niños. No dirimirá el éxito de la batalla la furia de los nobles descendientes de los dioses, ni serán los duelos entre afamados caudillos quienes sentencien el triunfo o la derrota; sino la resistencia de los que traban como un muro sus redondos escudos en formación cerrada, los soldados de a pie que, con un pesado arnés metálico, avanzan en una lenta falange, empalmando sus escudos y erizando sus lanzas. La gloria o el deshonor será el premio que la ciudad acuerde a su coraje o su cobardía. «Morir en vanguardia es para un joven hermoso», dice el lema patriótico que enarbolan estos poetas, recogiendo de Homero el ideal de «la bella muerte» Y lo más terrible es el exilio y la huida infamante. Propaganda bélica, pero poesía también, al servicio de una ideología política.
Calino en Efeso (Καλλῖνος 650 a JC), y Tirteo (Τυρταῖος 640 a JC) en Esparta pregonan así los ideales bélicos de una edad que no es ya la de los héroes, sino la de los ciudadanos que luchan por sus hogares y patria (como lo hacía Héctor en la Ilíada), prometiendo una gloria que se funda en la memoria colectiva para quienes cumplen con su deber. Aunque esta poesía pueda resultarnos hoy demasiado conocida, pero en el siglo VII a. C. era algo nuevo. Calino fue contemporáneo de Arquíloco y retrata las luchas de su Éfeso natal contra los cimerios, pueblo bárbaro procedente de Crimea que hacia el 675 invadió las costas de Jonia (TEXTO 16). Tirteo relata la 2ª guerra mesénica de los espartanos, cuya constitución defendía, sirviendo para crear y retratar el ethos espartano, constituyendo algo así como un poeta oficial. Es de destacar cómo Tirteo, a pesar de su origen espartano, no usa el dialecto dórico natal, sino el jónico, propio del género que usa (TEXTO 17: Tirteo, El combate en formación Frag . 8 D).

Un anciano ante dos doncellas
Mimnermo: La vejez como negación

Con Mimnermo (Colofón 630 a JC) se introduce con fuerza una temática que tendrá siempre un gran peso en la cultura griega: la vejez como algo negativo. No estamos hablando ya de algo que comporta experiencia (como era en Homero, en el caso de Néstor o Príamo), autoridad y prestigio. Para el poeta la vejez nos priva del placer máximo, del amor, de la juventud (TEXTO 18: Mimnermo, La dura vejez Frag 5 D). Parece que Mimnermo compuso un largo poema de tono épico sobre la fundación de Esmirna y las luchas en la zona costera de Asia Menor, titulado la Esmirneida, del que nos quedan exiguos restos. Pero lo que hizo a nuestro poeta muy apreciado incluso de los alejandrinos fueron sus poemas eróticos, recogidos en su libro Nanno, dedicado a una cortesana. Calímaco calificó a Mimnermo de "dulce", por esa sensibilidad para el amor delicado y arrebatador, por ese apasionado decir que es novedad en este elegíaco. Junto a ese tono erótico destaca en él el sentido casi trágico del tiempo fugaz, del placer que se esfuma pronto, de la vida condenada a la pronta ruina física. El hedonismo y el pesimismo confluyen en esta poesía melancólica.