Helena (ámfora 540 aC) Rapto de Helena (skyphos 480 aC)
 Aquiles cura a Patroclo (Kylix 500)  Embajada de Odiseo, Fénix y Ayax ante Aquiles (stamnos 480 aC)
 Muerte de Patroclo (crátera c. 500 aC)  Héctor se despide de su esposa Andrómaca (crátera 530)
 Aquiles mata a Héctor (Hydria 490 aC)  Aquiles arrastra el cadáver de Héstor (Hydra 510)
 Priamo solicita el cadáver de su hijo Héctor  Ayax arrastra a Casandra que se aferra a la estatua de Atenea (480)
 Ayax transporta el cadáver de Aquiles  El cabayo de Troya (vaso de Miconos c. 675 aC)
Argumento

La Iliada cuenta un episodio de la guerra de Troya, ciudad de Asia, junto al Helesponto, sitiada por los ejércitos de todos los caudillos griegos: Agamenón es el jefe, con él están Aquiles, Diomedes, Odiseo, Néstor, Idomeneo, Ayante y otros tantos. Troya había cometido la falta de acoger y proteger a su príncipe Paris, que había raptado a Helena, la mujer de Menelao, hermano de Agamenón, cuando visitó a éste en su corte de Esparta. Ahora Agamenón quiere vengar a Menelao. Pero Agamenón agravia a Aquiles, el más fuerte y valiente de los héroes griegos, quitándole su esclava Briseida. Y Aquiles se retira del combate, con lo que éste se inclina del lado de los Troyanos, dirigidos por Hector, hermano de Paris e hijo del rey Priamo. Zeus lo ha querido así, a ruegos de Tetis, la diosa del mar, que es madre de Aquiles. Agamenón tiene que ceder: suplica, mediante una embajada, que Aquiles vuelva al combate. Pero Aquiles sólo cede cuando su amigo Patroclo, que él ha permitido que vaya en ayuda de los griegos, es muerto por Héctor. Vuelve entonces al combate, aunque sabe por Tetis que la gloria que gane será pagada con la muerte. Aquiles mata a Héctor en combate, tras rechazar a los troyanos. Con esto y con la devolución del cadáver de Héctor a su viejo padre Priamo termina la obra.

Valoración general

Es una historia de violencia y de muerte (TEXTO 3: Homero Iliada XXI, 34-129); es exaltación del valor y del heroísmo, que no retrocede ante la propia muerte: Aquiles y Héctor cumplen con su deber, aunque saben el fin que les aguarda. Homero no se limita a celebrar el triunfo de los griegos sobre los troyanos complaciendo con ello el orgullo de su auditorio. Su simpatía está del lado de los fatalmente predestinados y de quienes han de morir. Es un drama de pasiones humanas lo que forma la trama principal, en la que el punto culminante se alcanza con la muerte de Héctor, el paladín de los troyanos, a manos de Aquiles: es una conclusión heroica pero con una gran significación humana, al ser una venganza por la muerte de su más querido amigo, Patroclo. Los aspectos personales y emocionales de su relato quedan bien patentes en la escena de la despedida de Héctor y Andrómaca, ante la presencia de su pequeño hijo (quien será posteriormente arrojado desde la muralla por los griegos). Homero tiene un claro concepto de sus personajes: el joven Aquiles tiene reacciones emocionales más intensas, Néstor es un anciano prudente y consejero, Odiseo es taimado y persuasivo, Diomedes es esforzado y posee buen humor. Este interés por lo humano y lo ético se manifiesta en el desapego por lo grotesco, lo hiperbólico y lo brutal, por lo mágico y maravilloso y, sobre todo, en la compasión por el sufrimiento y la muerte, algo que une a todos los humanos.

Doble motivación

Un fenómeno muy característico de la obra es que la mayoría de las acciones humanas tienen una doble motivación. Los héroes toman una decisión y, al mismo tiempo, un dios infunde esa decisión al héroe. Como consecuencia los héroes tienen libre albedrío y son responsables moralmente, pero al propio tiempo sus actos están determinados por la voluntad divina. Nunca hay conflicto entre ambas decisiones. esta mezcla de responsabilidad moral y determinismo refleja un pensamiento primitivo y popular. En este sentido, Aquiles y Héctor tienen especial importancia; ambos saben a ciencia cierta que su destino es la muerte. La grandeza de Aquiles toma un sentido mayor en su encuentro con el anciano rey Priamo, cuando se apiada del padre que solicita el cadáver de su hijo.

Los dioses

Los dioses tienen rasgos humanos, pero están separados de los hombres por una distancia incalculable (vease la Asamblea de dioses al comienzo de la Odisea TEXTO 5: Homero Odisea I, 1-95). En ello se mezclan los sublime, lo frívolo, el capricho, la amoralidad y ciertos aspectos siniestros e irracionales. En este terreno es difícil deslindar lo tradicional y lo específico en la obra. Los dioses son presentados a veces como dueños de su futuro y a veces como sometidos al destino, que es una fuerza impersonal superior a la que está sujeto el propio Zeus, que no puede liberar a Sarpedón de la muerte. En otros pasajes, como en particular en el duelo de Aquiles y Héctor, Zeus invita a los dioses a decidir a quién otorgar la victoria. Finalmente Zeus saca la balanza y pone en ella los destinos de ambos héroes. La de Héctor se inclina y Zeus lo abandona