Solón

Reformas económicas

 La fijación exacta de los limites sólo se produjo con las reformas llevadas a cabo por Solón, en el arcontado del ano 594, en el que fue nombrado por consenso entre todos arconte y diallaktés ("reconciliador"). El problema más urgente era el agrario. Los pequeños campesinos, que necesitaban moneda para comprar precisamente cuando el auge del comercio exterior despreciaba sus productos, contraían deudas, hipotecaban sus tierras y eran vendidos como esclavos cuando no pagaban. Muchos estaban en condición semiservil, son los hectemoros, es decir, obligados a pagar una "sexta parte". Consciente de la amenaza que representaba una agitación campesina que hubiera podido acabar en una tiranía, proclama la seisacteia o "supresión de cargas", eliminando las deudas, las hipotecas y prohibiendo la esclavitud por endeudamiento, pero rechazó la realización de lo que reclamaba la mayoría: el reparto de tierras. Aparte de esto, estableció un nuevo código que modificaba y humanizaba muchos aspectos del de Dracón. Hizo que los nobles fueran obligados a admitir al pueblo en sus cultos privados. A su vez, los excesos del lujo de los nobles fueron recortados mediante leyes suntuarias.

Reformas timocráticas de Solón

Axones, unas tablas de madera en las que Solón hizo inscribir sus leyes para conocimiento público

Reformas sociales

 Tuvieron, sin duda, más porvenir las reformas políticas. Consistieron en hacer depender los derechos políticos de la riqueza, no del nacimiento. Una de las medidas fundamentales fue la determinación y evaluación de las fortunas en términos agrarios, sobre la base del medimno como medida de los cereales, pero, según Plutarco, con el establecimiento de equivalencias en ganado y en términos monetarios, aspecto este último sometido a crítica, pues no hay acuerdo sobre la difusión de la moneda o equivalentes en esta época. Es posible que algún tipo de sistema premonetal, al menos, se estuviera generalizando. En la ciudadanía quedan incorporados los thetes, los que se hallan por debajo de los ciento cincuenta medimnos, que, sin embargo, no tienen participación en la boulé, órgano representativo de las cuatro tribus, donde se integran los miembros de la ciudadanía activa. Ésta está constituida por los hoplitas, denominados zeugitai en la legislación, aludiendo con ello al aspecto agrario, a la yunta. Sólo por encima de los trescientos medimnos podía el ateniense tener acceso al arcontado, cuando estaba encuadrado entre los hippeis o hippotai, los miembros de la caballería. Dentro de esta clase aristocrática ampliada existe un grupo más restringido que posee los quinientos medimnos y así se denominan pentakosiomedimnoi, de quienes no se conocen atribuciones específicas y que puede tratarse de un grupo de prestigio diferenciado sólo en el plano de los reconocimientos sociales como gene, miembros destacados próximos a los sacerdocios. Sin duda, los nobles entraban todos en la primera, pero también entraban otros atenienses más. Su objetivo, probablemente, era definir las cargas militares de cada uno. Pero el hecho de que esta definición se hiciera en función de la fortuna y no del nacimiento descubría un profundo cambio de mentalidad: lo que Solón intentaba era mantener por nuevos criterios las viejas costumbres aristocráticas.

 

Reformas políticas

 También reformó las instituciones. Durante el régimen aristocrático el poder dependía del Areópago, descendiente de la antigua Gerusia o consejo de ancianos, y de los nueve arcontes, elegidos por él. Areópago y arcontes eran todos nobles. En cuanto a la asamblea del pueblo, era una asamblea de "elegidos" (Ecclesía) que, por otra parte, apenas debía de reunirse y carecía de fuerza política. Solón aumenta los poderes de la Asamblea, a la que asisten todos los ciudadanos y que recobra sus poderes judiciales. Le señala días fijos de reunión, constituyéndose en tribunal de apelación (Heliea), trasvasando a los ciudadanos, al demos, la capacidad de administrar justicia, antiguo privilegio de la aristocracia. Con ello quedan limitados los poderes de los arcontes, mero poder ejecutivo de las decisiones de la Asamblea, que los elige entre las dos primeras clases. También lanza Solón un ataque contra el Areópago, que queda reducido al papel de guardián de la constitución (papel importante, por lo demás) y al de tribunal de lo criminal. Pero además crea un nuevo Consejo (Bulé) formado por 400 atenienses de las tres clases superiores (100 por tribu) que delibera previamente y cuya propuesta pasa a la Asamblea. Más célebres y duraderas fueron sus reformas judiciales. Un tribunal popular, la Heliea, abierto a todos, sirve de tribunal de apelaciones. Ello dotó a cada ciudadano del derecho a actuar en justicia contra quien hubiese infringido las leyes: se asentaba así la responsabilidad colectiva de los ciudadanos, hasta el punto de que Aristóteles atribuye a Solón la llamada ley de la Stasis: "Quien, durante una stasis, no tome las armas por una de las partes, será reo de atimía y privado de sus derechos de ciudadano". Cada cual es, pues, responsable de la ley y de que sea respetada, le está sometido y protegido por ella, sea cual fuere su condición social. Pero nadie ha de salirse del lugar que tal ley le asigna: así lo quiere la eunomía (TEXTO 21: Solón Eunomía Frag. 1D 3D). Solón, uno de los siete sabios, recibió sus atribuciones legisladoras como mediador en un violento conflicto creado dentro de la ciudad y mostró en la práctica la ideología de la medida, al intentar colocarse en medio sin permitir que los ricos abusaran o que los pobres llegaran a ser como los ricos, según expone en sus versos elegíacos, modelo de la poesía lírica representativa de la aristocracia arcaica no competitiva. Según Aristóteles, lo peor de la politeia del momento era que la mayoría estaba esclavizada por no tener ningún derecho. La expulsión del cuerpo cívico pone al hombre al borde de la esclavitud en un momento en que, por el desarrollo económico y los intercambios, tal institución comienza a difundirse por las ciudades griegas. En la práctica, la situación se concretaba en que quienes se habían apoderado de las tierras esclavizaban a los pobres y lo habían hecho a través de las deudas. Los pobres caen en la situación de pelatai o hectemoroi, término este último alusivo a la parte que deben entregar a los dueños. El primero, menos concreto, equipara a los campesinos áticos con los clientes romanos de época arcaica, forma de dependencia similar a la que amenazaba al campesinado ático de principios del siglo VI. Como la situación era conflictiva y existía el peligro de que algún aristócrata intentara romper la solidaridad de su clase por apoyarse en el descontento campesino y acceder a la tiranía, funcionó momentáneamente esa solidaridad y se entregó a Solón la posibilidad de la reforma, de cambiar para que nada cambiara.

El pensamiento de Solón

  Todas estas reformas respondes a un pensamiento político religioso que conocemos por sus poesías. Su pensamiento se centra en torno al concepto de hybris, el exceso calificado de adikía, de injusticia (TEXTO 21: Solón Rechazo de la tiranía Frag. 23 y 24 D). Todo el que quiere ir más allá de lo que le corresponde, abusando de otro para ello, comete hybris. Es un pecado contra los dioses y Zeus castiga al culpable, o a sus hijos; o, más incluso, a la ciudad, tanto injustos como inocentes. Es la doctrina de la repercusión social de la injusticia, considerada como falta religiosa. El problema es saber qué es lo que corresponde a cada individuo, a cada clase. Así, Solón se presenta como un mojón situado entre dos campos (TEXTO 21: Solón Rechazo de la tiranía Frag. 23 y 24 D): ha establecido leyes iguales para todos, es decir, que todos deben respetar. Pero es bien claro que cree en la existencia de una diferenciación de clases: rechaza explícitamente la igualdad entre ambas. Solón procura, en definitiva, un retroceso a circunstancias de un mayor equilibrio, roto por las dificultades económicas de su época; pero, desde luego, con una diferencia económica. Por otra parte, no desdeña la riqueza, siempre que venga con justicia. Como buen aristócrata, considera mejor la riqueza que procede del campo, antes que la del comercio.