INTRODUCCIÓN.
En esta clase están los discomicetos operculados.
Consta de un único orden (Pezizales) 16 familias y unas 1700 especies. Evolutivamente
hablando, es un grupo cercano a Orbiliomycetes.
En Pezizales encontramos hongos con cuerpos fructíferos comestibles,
como las
colmenillas
(Morchella spp.), mientras que otros géneros se han adaptado a un desarrollo
hipogeo y una dispersión por micofagia, como las
trufas .
Destacaremos las siguientes familias:
FAMILIA ASCOBOLACEAE.
Presentan esporas que ennegrecen al madurar, emigran al ápice de los ascos y son disparadas
a la vez. Los apotecios son pequeños. Los géneros más comunes son
Ascobolus
y Saccobolus, que aparecen en el estiércol.
FAMILIA CHORIOACTIDACEAE.
A título de curiosidad, en esta familia hay una especie,
Chorioactis geaster
(el "cigarro del diablo") que presenta un área de distribución disjunta: sólo se encuentra
en Texas y Japón.
FAMILIA SARCOSCYPHACEAE.
Se caracteriza por tener ascos suboperculados y presentar pigmentos carotenoides,
con apotecios de colores vivos; la especie más conocida es
Sarcoscypha coccinea .
La fam. Sarcosomataceae, también con ascos suboperculados, tiene apotecios
de colores no tan brillantes.
FAMILIA RHIZINACEAE.
Destaca
Rhizina undulata ,
una especie que aparece en suelos quemados o asociada a coníferas, cuyas raíces
puede atacar. Los apotecios presentan la superficie ondulada.
FAMILIA PYRONEMATACEAE.
Recuerda a la fam. Pezizaceae, aunque se diferencia por características
de las esporas y la textura del apotecio. Es un grupo heterogéneo que incluye a especies
curiosas, como
Otidea onotica ,
con apotecios en forma de oreja de asno; o
Aleuria aurantia ,
la peziza anaranjada, cuyas fructificaciones a veces se usan para adornar ensaladas
(aunque como comestible no sea gran cosa). En algunos casos, como
Geopora arenicola ,
los apotecios son hipogeos, es decir, están enterrados en el suelo.
FAMILIA PEZIZACEAE.
Presenta apotecios típicamente acopados. Algunos están vivamente coloreados,
pero no contienen carotenoides. Destaca el género
Peziza ,
muy frecuente, con especies que pueden vivir en entornos en apariencia tan poco
propicios a los hongos como
las dunas
(ej.:
P. ammophila ).
Sarcosphaera
forma grandes apotecios estrellados que son comestibles, aunque contienen venenos
hemolíticos que se destruyen con la cocción. Además, pueden acumular arsénico.
También hay géneros hipogeos, cuyos ascocarpos se desarrollan bajo tierra.
Destaca Terfezia, que incluye a las
criadillas de tierra ,
también conocidas como «trufas del desierto», un nombre más comercial. Sin embargo,
las verdaderas trufas pertenecen a la fam. Tuberaceae. Las criadillas
de tierra, aunque no tan sabrosas como las trufas, son muy apreciadas en el norte de
África y ciertas regiones españolas, como Extremadura. Estos hongos forman
micorrizas con jaras y jarillas .
FAMILIA HELVELLACEAE.
Destaca el género Helvella, con apotecios
acopados ;
también hay especies con cuerpos fructíferos más complejos,
con un pie
y el himenio plegado, que llega a adoptar el aspecto de silla de montar o cabeza de gato.
Una especie frecuente en Almería es
H. leucomelaena (que ahora
se incluye en el género Dissingia. Varias especies de Helvella
son comestibles
y muy apreciadas en ciertas regiones. No obstante, deben someterse a cocción y desechar el agua,
ya que contienen venenos hemolíticos que se destruyen con el calor.
En esta familia también hay géneros de hongos hipogeos similares a las trufas, como
Balsamia .
FAMILIA DISCINACEAE.
El género Gyromitra (antes se incluía en Helvellaceae), con
apotecios con pie e himenio más o menos
cerebriforme ,
incluye hongos que algunos consideran comestibles exquisitos, como
G. esculenta ,
siempre que se desequen o se hiervan y deseche el agua de cocción, pero que pueden
llegar a ser mortales si se consumen en crudo. Sus
toxinas, como la giromitrina, son hidrosolubles y de tipo hidracínico.
FAMILIA MORCHELLACEAE.
Estos hongos presentan fructificaciones muy vistosas, muchas de las cuales aparecen
en las guías de setas. Por lo general los apotecios presentan un pie bien desarrollado
y tienen forma de campana o dedal (Verpa) o de panal (Morchella).
Verpa
incluye a especies comestibles, aunque parece que en algunos casos su ingestión masiva
provoca problemas de coordinación muscular. Las conocidas
colmenillas
(Morchella) son de comestibilidad muy apreciada. No obstante, ciertos ejemplares
pueden contener venenos hemolíticos (como la fam. Helvellaceae), causar
problemas gastrointestinales o afectar a la coordinación motora (síndrome cerebeloso).
Por ello, no se comercializan crudas, sino
desecadas . Se trata
de setas de aparición primaveral.
El género
Mitrophora
se distinguía porque el himenio, similar al de las colmenillas, estaba separado
del pie en su parte inferior. No obstante, actualmente es sinónimo de Morchella.
FAMILIA TUBERACEAE.
Las trufas verdaderas son hipogeas, y dispersan sus esporas a través del
tubo digestivo de los mamíferos. El género más conocido (y codiciado) es Tuber.
El interés de las trufas es doble. Por un lado, forman ectomicorrizas
con árboles de interés forestal, especialmente Quercus. Por otro, algunas
son consideradas un
bocado delicioso , y alcanzan
precios astronómicos en el mercado. Su exquisito sabor tiene una clara función biológica:
atraer a los animales, especialmente jabalíes, para que las consuman y dispersen las esporas
en sus excrementos.
El cultivo comercial de trufas requiere obtener la simbiosis hongo-árbol en
laboratorio, llevarla al campo y esperar que en esas condiciones marche adecuadamente
y el hongo fructifique. Cuando funciona resulta mucho más rentable que la recolección
tradicional, que utiliza cerdos o perros adiestrados. Este interés económico, más que
el amor a la Ciencia, ha hecho que muchos especialistas se dediquen a la micorrización
con trufas, con diversa suerte.
Aunque no lo parezca, el ascocarpo de una trufa es un apotecio, aunque muy
modificado: se ha plegado sobre sí mismo y se ha hecho hipogeo (subterráneo).
Como se ha dicho, las esporas no se liberan violentamente, sino que son ingeridas
por los animales.
El género con las especies más sabrosas es Tuber, entre las que destaca la
trufa negra ,
T. melanosporum (= T. nigrum), asociada sobre todo
a encinares en suelos calizos. Su elevado precio propicia los fraudes alimentarios,
ya que se vende por trufa negra lo que en realidad es T. aestivum, T. brumale
o diversas especies asiáticas de Tuber. La trufa más cara y buscada de todas
es la del Piamonte,
T. magnatum ,
por la cual se pagan sumas astronómicas.
Como ya se ha comentado, no todos los hongos conocidos como «trufas» pertenecen a
esta familia; recordemos a Terfezia (fam. Pezizaceae) o a
Balsamia (fam. Helvellaceae). El género
Picoa
es de afiliación incierta (unos lo incluyen en Helvellaceae, otros
en Pyronemataceae...). En cambio,
el género Elaphomyces (criadillas de ciervo), pertenece a la clase
Eurotiomycetes (orden Eurotiales).
Todas estas trufas y falsas trufas aparecen ilustradas en la excelente obra
Trufas de Andalucía, que puede descargarse en
versión PDF .
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