PROYECTO LA PUNTILLA (NASCA, ICA, PERU).
CAMPAÑA 2006



Avance Preliminar

Las excavaciones llevadas a cabo en la necropolis de El Trigal (Nasca, Ica, Perú), dentro del marco del Proyecto La Puntilla, han arrojado nueva informacion sobre las repercusiones de la aparicion del estado en el Sur del Perú. El trabajo de campo de esta segunda campaña finalizo el pasado mes de diciembre y en estos momentos se esta avanzando en el estudio de los materiales y restos humanos recuperados.


 

Se ha constatado que las tumbas de El Trigal no cuentan apenas con ajuares funerarios, en contraposicion a los ricos sepulcros de la aristocracia del area de Nasca, que se enterraban en el cercano centro de Cahuachi. Esta situación es fruto del empobrecimiento de la comunidad instalada en El Trigal. El grupo dominante del estado de Cahuachi impuso la exigencia de transferirle riqueza, en forma de tributos o por otros medios, lo que explicaría la pobreza de la población del área de La Puntilla.

 


El Trigal Vista del área arqueológica del Trigal, al pie de la sierra de La Puntilla. El poblado ocupa el cerro cónico del centro de la imagen. La necrópolis se situa al pie del cerro (a la derecha de la imagen).

 


Los datos concuerdan con la existencia en el Valle de Nasca, hace 1.900 años, de un estado centrado en el núcleo monumental de Cahuachi, donde se construyeron pirámides escalonadas y donde también se localizaban tumbas del grupo social dominante. La clase gobernante de Cahuachi era uno de los grupos que se repartía el control de la Costa Sur del Perú, ya que en la Necrópolis de Paracas (Pisco) se conoce otro grupo aristocrático. La clase dominante de Cahuachi sometió a las comunidades del Valle de Nasca, mediante el ejercicio de prácticas violentas. De esta forma, las comunidades fueron obligadas a sostener económicamente al grupo en el poder. Entre esas comunidades se encontraban las que ocupaban el área de La Puntilla, al Este de Nasca, donde se  realizan excavaciones desde hace dos años.

Una de esas comunidades estaba localizada en El Trigal. Allí se instaló un asentamiento hace casi 3.000 años. Varios siglos después la comunidad de El Trigal llevaba a cabo actividades económicas pujantes, gestionadas a nivel comunitario, y con una amplia red de relaciones interterritoriales. Avala esta hipótesis la presencia de valiosas conchas de Spondylus (probablemente llegadas desde las lejanas costas del actual Ecuador), de obsidiana (procedente de la sierra) y seguramente también de objetos artesanales, como la vajilla decorada del estilo denominado Ocucaje 8 (quizás de alfares situados al Norte). Posteriormente, la necrópolis excavada en El Trigal  y fechada a partir del siglo I de nuestra era, representa el momento de declive y empobrecimiento de esta comunidad, que coincide con la emergencia de Cahuachi.

 


"Cabeza Larga". Cráneo deformado de un hombre hallado en una tumba excavada en El Trigal.

 

Entre la información obtenida en la necrópolis destaca la realización de ciertas manipulaciones en algunos de los cuerpos hallados. Una de ellas consiste en la deformación del cráneo para obtener una "cabeza larga". Un hombre hallado en una de las tumbas de El Trigal ofrecía esta deformación. Esta es una práctica que se realizaba en la infancia, presionando la cabeza mediante unas tablas. Las "cabezas largas" son características de la aristocracia de las tumbas de Paracas y numerosos estudios atribuyen este tratamiento a una manera de lograr la distinción de los grupos dominantes. Por eso, resulta llamativa su aparición en un individuo enterrado en la necrópolis de una comunidad ciertamente empobrecida del Valle de Nasca. De ahí que sea necesario proseguir con las investigaciones y dar respuesta a preguntas como: ¿estamos ante un miembro de una familia del grupo dominante?, ¿se trata de una práctica exclusiva de ciertos linajes pertenecieran o no al grupo dominante?, o ¿es ésta una forma de identificar a ciertos individuos que ejercían actividades específicas?. Otro caso interesante ha sido documentado en una tumba, donde junto al cuerpo de una mujer aparecieron restos incompletos de otro individuo, ya que solo se encontraban las piernas y los pies. La tumba no se ha conservado en condiciones idóneas, pero sabemos que la decapitación y el seccionamiento o desmembramiento del cuerpo eran frecuentes entre los primeros estados de la región andina, de manera que no se puede descartar una acción intencionada. De ahí la necesidad de seguir investigando estas prácticas en las sepulturas de El Trigal.


A pesar de que aún quedan numerosas cuestiones que deberían ser aclaradas, los datos sobre manipulación corporal se corresponden con la formación de un nuevo poder político en la Costa Sur del Perú, basado en el ejercicio de la violencia, para asegurar el dominio de un grupo. Así, la emergencia de aristocracias en Cahuachi o en Paracas coincide con los enterramientos de El Trigal. Ahora, las investigaciones del Proyecto La Puntilla se ampliarán con el inicio de un programa de análisis de ADN, para obtener evidencias sobre la filiación de los individuos sepultados en la necrópolis. Por otra parte, también se han realizado excavaciones en la cima del cerro de El Trigal, donde se ubica un edificio singular ya documentado el año anterior, confirmando la existencia de dos fases constructivas a lo largo del primer milenio antes de nuestra era. El Proyecto La Puntilla está financiado por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y por el Departament de Educació i Universitats de la Generalitat de Catalunya. El equipo de investigación incluye arqueólogos, arqueólogas y estudiantes de nacionalidad española, peruana, chilena, argentina, francesa e italiana. Está coordinado desde la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Almería y cuenta con el reconocimiento del Instituto Nacional de Cultura del Perú.