CAMPAÑA 2007
El
Proyecto La Puntilla tiene como objetivo el desarrollo de varias
líneas de investigación para el conocimiento de las
comunidades de la Cuenca del Río Nasca (Costa Sur del
Perú) en los horizontes cronológicos asociados al llamado
Periodo Formativo (c. 1400-100 cal ANE) y a la llamada Cultura Paracas
(c. 900 cal ANE-300 cal DNE). La finalidad del proyecto es abordar las
relaciones sociales en las que mujeres y hombres se vieron inmersos,
las prácticas económicas y
político-ideológicas que se llevaron a cabo en los
lugares sociales y la realidad de las condiciones materiales
generadas por la producción de la vida social. El
interés prioritario del proyecto es, por tanto, plantear un
estudio sociológico de las situaciones históricas de los
sujetos sociales. Es decir, propiciar una Arqueología Social que
reclama explicaciones materialistas, feministas y realistas para
entender la dinámica de las comunidades de la región del
Río Nasca.
El Proyecto La Puntilla viene
desarrollándose desde el año 2005 en el área
arqueológica de La Puntilla. Se trata del territorio localizado
en los valles bajos del río Aja y del Tierras Blancas, separados
por el macizo de la Puntilla. Se localiza al Este de la ciudad de
Nasca, en la región litoral árida de la Costa Sur del
Perú. Se han desarrollado hasta ahora tres campañas de
excavaciones en los yacimientos LP1 (La Puntilla-1) y LP2 (El Trigal).
Ambos ya habían sido localizados en el marco de las
prospecciones de los años 80, identificándose,
respectivamente como N89-6 y N89-25 (Silverman 1994). El primero de
ellos también ha sido objeto de excavaciones con anterioridad,
auspiciadas por la Universidad de California (De La Torre 2005; Van
Gijseghem 2004).
La documentación
arqueológica fundamental para el proyecto procede de El Trigal
(LP2), donde se han venido realizando excavaciones en extensión.
En años anteriores se habían excavado un total de 78 m2
en la Zona 1 (área habitacional de la ladera del cerro de El
Trigal), de 120 m2 en la ZCI (zona de la cima del cerro donde se
localiza un edificio singular con dos fases arquitectónicas y
cambio de funcionalidad) y de 129 m2 en la ZNC (zona de la
necrópolis, con sepulturas y evidencias de otras actividades,
posterior al asentamiento del cerro). En 2007 los trabajos se centraron
en ZCI y en ZNC.
Figura 1. Mapa Topográfico del
yacimiento de El Trigal (LP2).
En la cima de El Trigal (ZCI) se ha
ampliado la excavación en un área de 95 m2. Con ello se
ha documentado la fase más reciente de los edificios singulares
del asentamiento, correspondiente al Edificio de los Patios.
Concretamente se ha registrado el llamado “Patio 1” y un anexo
adyacente (Anexo 1). De esta forma, el Edificio de los Patios esta
formado por estancias adosadas alrededor de los dos patios centrales.
El “Patio 2”, que ya fue excavado en 2005-2006, ofrece un área
interior útil de 59 m2, donde se realizaron diversos trabajos
artesanales, y donde existían depósitos de materia base
para los mismos. El “Patio 1” documentado en 2007, es de menores
dimensiones (45 m2), pero muestra también evidencias de tareas
artesanales, junto con algunas evidencias de trabajos asociados a
estructuras de combustión, donde hay presencia de alimentos
procesados. Por su parte, el “Anexo 1”, una estancia de planta
irregular de unos 15 m2 de interiores, carece de evidencias de trabajos
económicos, pero se localizaron vasijas y ornamentos, que
indican una funcionalidad diferente, en todo caso alejada de las tareas
domésticas que fueron registradas en la ladera del cerro en 2005.
En la excavación de 2007
también se registraron estructuras arquitectónicas de la
primera fase de la cima del cerro, correspondientes al que hemos
denominado Edificio de los Almacenes. Se trata de un primer edificio
singular, que tuvo como función primordial el almacenaje,
según los indicadores registrados, básicamente de
productos alimentarios. En el área excavada en años
anteriores se documentaron diversos cubículos, depósitos
y compartimentos. En el área abierta en 2007 no se han excavado
aún los contextos de uso social de este edificio.
Figura 2.
Planimetría de la ZCI (cima) de El Trigal (LP2).
En cuanto a la ZNC, la necrópolis ubicada al Nordeste del cerro,
y correspondiente a una fase posterior al abandono del asentamiento
emplazado en el mismo, las excavaciones se iniciaron en el año
2006, con la documentación de un total de 12 sepulturas, aunque
solo en 6 de ellas se encontraban intactos los enterramientos. La
campaña de 2007 ha supuesto la ampliación del área
excavada en 215 m2 más. En esta ocasión, el
registro de tumbas se han ampliado con 10 nuevas sepulturas, aunque,
excepto en un caso, todas las demás conservaban in situ los
restos humanos.
La aportación más destacable
de la campaña de 2007 sobre la estructuración de la
necrópolis hace referencia a la constatación de que
existían diversos sectores compartimentado el espacio funerario.
Se trata de diversas área delimitadas por muros, cuya
explicación aún no podemos precisar, puesto que debemos
descartar que se trate de sectores de diferente cronología,
cuando dispongamos de dataciones radiométricas, antes de abordar
su significación sociológica. El sector de mayores
dimensiones se localiza al Sur de la necrópolis, y ocupa una
superficie mínima de 107 m2. Otro sector bien definido, ocupa
solo 34 m2 al Nordeste del área excavada. Los modelos de tumbas
comprenden distintas variantes: fosas simples, pequeñas
cámaras laterales con acceso de pozo (tipo “bota”), urnas
cerámicas.
Los indicios detectados el año
anterior de la existencia de tratamientos del cuerpo específicos
han sido claramente contrastados en 2007. Se ha documentado la
existencia de deformaciones craneanas, de cuerpos desmembrados y de
cabezas separadas del tronco. En gran parte, estas evidencias se pueden
vincular a prácticas políticas violentas, más que
a un mero tratamiento funerario de los cuerpos. Y, en este sentido, la
reiterativa iconografía de cabezas cortadas documentada en la
cuenca de Nasca, sobre todo en las pinturas sobre cerámica,
también se ha constatado en la necrópolis de El Trigal.
Además, la evidencia de violencia viene claramente refrendada
por la aparición de una punta de obsidiana clavada en uno de los
cuerpos desmembrados, que hemos documentado este año.

Figura 3.
Planimetría de la ZNC (necrópolis) de El Trigal (LP2).
Por otra parte, aun cuando han aparecido algunos ajuares funerarios en
algunas tumbas, se puede señalar que la comunidad de El Trigal
no contaba con una riqueza destacable. que sí se muestra
amortizada en tumbas de carácter aristocrático,
registradas en otros yacimientos coetáneos.
Finalmente, podemos indicar que la distribución por sexos y
edades de los enterramientos se corresponde con una necrópolis
donde está representada la totalidad de la población.
Aparecen hombres y mujeres y todas las franjas de edad. Los nuevos
datos obtenidos en 2007 permiten ofrecer una estructura de
población con una elevada mortalidad infantil (37,5%), teniendo
en cuenta que probablemente las sepulturas infantiles pueden haberse
conservado por debajo de la media, ya que en su mayoría son
fosas simples muy superficiales. En este sentido, se ha estimado que
solo el 30% de las sepulturas se han preservado tras los intensos
saqueos clandestinos (huaqueos) que han afectado al yacimiento. De la
misma manera, destaca el hecho de que se han identificado la mitad de
tumbas de mujeres que de tumbas de hombres, aunque entre los
enterramientos de sexo no determinable (por desmembramiento, por
conservación o por su edad) podríamos esperar encontrar
un número importante de restos femeninos.
La ampliación del registro
empírico que representan las nuevas excavaciones en El Trigal
(LP2), y que constituye la primera línea de investigación
del Proyecto La Puntilla, en conclusión, ha reforzado las
evidencias de que el cerro constituía un asentamiento que
ocupó la cima y laderas. Hemos confirmado la existencia de dos
fases de ocupación, materializadas en dos edificios singulares
ubicados en la zona de la cima (ZCI), diferenciados de las áreas
habitacionales de las laderas. En una fase inicial, el Edificio de los
Almacenes, apunta a unas prácticas de almacenamiento
centralizado. En la segunda fase, el Edificio de los Patios corresponde
a un conjunto de espacios abiertos y anexos donde se realizaron
trabajos comunitarios (Edificio de los Patios). En cuanto a la
necrópolis de la zona ZNC, constituye un área funeraria
que ocupa diversos sectores compartimentados mediante muros.
Aparentemente está representada la totalidad de la
población de la comunidad, en cuanto a sexos y segmentos de
edad. Las evidencias de prácticas políticas violentas son
cada vez más sólidas, como muestran los tratamientos de
los cuerpos y en la constatación de agresiones con armas.
Una segunda línea de
investigación del Proyecto La Puntilla se centra en la
demarcación de temporalidades históricas relevantes,
mediante el anclaje empírico con cronometrías
independientes que permitan superar los presupuestos y la
ambigüedad de las cronologías relativas basadas en las
secuencias estilísticas de la cronotipología
convencional. El ámbito de interés del proyecto involucra
la etapa comprendida entre 1400 cal ANE y 300 cal DNE, fechas
correspondientes al Periodo Formativo y al comienzo de los Desarrollos
Regionales de la periodización de los Andes Centrales formulada
por L.G. Lumbreras. A la espera de los resultados de la serie de
muestras en proceso de análisis mediante AMS, contamos con las
primeras dataciones de muestras del cerro de El Trigal . Esta serie
radiométrica, conjuntamente con las dataciones de excavaciones
anteriores en La Puntilla-1 , permiten proponer ahora una
periodización del área arqueológica de La
Puntilla, sobre la que podemos sugerir las hipótesis sociales
que guían el proyecto:
(I) c. 1400-700 cal ANE. No existen
pruebas concluyentes sobre la ocupación del territorio de La
Puntilla en estas fechas. Sin embargo, algunos ítems
descontextualizados constituyen indicios de esa presencia, que
deberá ser documentada en futuras excavaciones.
(II) c. 700/600 a 450/400 cal ANE. Esta
etapa corresponde a la fase inicial de la cima de El Trigal, donde el
Edificio de los Almacenes es un edificio singular destinado al
almacenaje y, quizás procesado, de alimentos.
(III) c. 450/400 a 150/100 cal ANE. En la
cima de El Trigal se construyó el Edificio de los Patios,
destinado al trabajo artesanal, donde se gestionaron materiales
alóctonos (obsidiana, conchas de Spondylus), que se corresponden
con una pujante economía gestionada mediante mecanismos de
centralización comunitaria. Se inicia la ocupación de La
Puntilla-1. Esta etapa muestra una presencia relevante de
cerámicas estilísticamente vinculadas a Ocucaje 8,
consideradas tradicionalmente representativas de la Cultura Paracas.
(IV) c. 150/100 cal ANE a 50/100 cal DNE.
Este horizonte corresponde a la fase de ocupación mejor
representada en las excavaciones de 2001 en La Puntilla-1. Parece
representar la continuidad de este asentamiento, cuando El Trigal ya ha
sido abandonado, en los años de desarrollo de una
configuración territorial del valle de Nasca, jerarquizada por
el núcleo de Cahuachi.
(V) c. 50/100 a 350/400 cal DNE. Los
asentamientos en los cerros han sido abandonados. En esta etapa se
realizaron la mayoría de los enterramientos en la
necrópolis de El Trigal, aunque pudieron iniciarse en la etapa
previa. Las evidencias de empobrecimiento que muestran las tumbas
sugieren que la comunidad se vio forzada a transferir una parte
destacable de la riqueza producida a una clase dominante emergente, con
centro político-ideológico en Cahuachi. Esa etapa se
corresponde a la coexistencia entre indicadores tradicionales de
Paracas-Necrópolis y de Nasca Temprano.
(VI) c. 350/400 a 1200/1250 cal DNE.
Durante esta etapa no existe ninguna prueba de ocupación en los
yacimientos de La Puntilla excavados, de manera que se podría
concluir provisionalmente que se produce un abandono de las comunidades
de la etapa anterior. Sin embargo, la constatación de que parece
que es entonces cuando se construyeron acueductos en la zona (Puquios),
apunta a una reestructuración del territorio que queda por
aclarar.
(VII) 1200/1250 a 1400/1450 cal DNE). Tras
un milenio de abandono, volvemos a tener evidencias de ocupación
de los cerros de La Puntilla-1 y de El Trigal, en los siglos anteriores
a la conquista imperial, primero Inka y luego española. Las
periodizaciones denominan a esta etapa Intermedio Tardío.
(VIII) Siglos XVI-XX. Se documenta el
acondicionamiento de establos y refugios para ganado ovicaprino.
Igualmente se constatan episodios de saqueo (huaqueo) intenso, sobre
todo en la necrópolis de El Trigal.
Figura 4. Fases del área
arqueológica de La Puntilla.
Una última línea de investigación del Proyecto La
Puntilla que destacaremos aquí se centra en las condiciones de
reproducción social en los distintos horizontes temporales. Es
decir, en determinar las relaciones entre colectivos en cuanto a las
condiciones materiales de la vida social. El trabajo centralizado en
edificios singulares, la circulación intracomunitaria de
productos y el acceso a productos de procedencia lejana que hemos
documentado en El Trigal sugieren un fuerte componente comunitario en
la región del río Nasca, al menos hasta alrededor del
año 100 cal ANE. Podemos señalar que las políticas
comunitarias, asentadas en grupos domésticos cuya naturaleza
deberemos clarificar, podrían estar configuradas en
función de intereses colectivos, pero no podemos descartar la
existencia de sectores sociales beneficiados por la gestión de
la producción material. De la misma manera, la política y
la ideología con la que se organizaron las comunidades a escala
local, debe aún ponerse en relación con las
políticas supracomunitarias, y aunque las evidencias indican una
importante autonomía político-económica de
comunidades como El Trigal, deberá determinarse como se
construyeron los territorios políticos en la región.
No cabe duda de que con el cambio de era
la información arqueológica en la cuenca del río
Nasca señala la existencia de una sociedad estatal, con un
fuerte componente militar y un aparato ideológico legitimador
que se materializa en centros monumentales (Cahuachi), así como
de una clase dominante beneficiaria del trabajo social que se muestra
en sepulturas donde se amortizó un elevado volumen de riqueza
(Cahuachi, Los Molinos). Y esa situación social, vinculada a la
Cultura de Nasca de las síntesis tradicionales, se manifiesta en
El Trigal, donde destaca la pobreza de ajuares funerarios.
Además, la aparición en El
Trigal de individuos desmembrados, decapitados o heridos por armamento
refuerza las evidencias ya conocidas de que la oligarquía del
estado de Cahuachi, al menos entre c. 100-350 cal DNE, instauró
una política de violencia y terror. Hace tiempo que se conocen
en el valle de Nasca, las llamadas "cabezas-trofeo” (por ejemplo en
Cahuachi), pero las pruebas de El Trigal señalan que las
prácticas de violencia física eran variadas y estaban
arraigadas. Si todo ello es resultado de acciones militares, castigos
penales o prácticas ceremoniales aún no se puede
responder con seguridad. Pero en cualquier caso, esas prácticas
violentas, muy frecuentes en la iconografía de la
cerámica Nasca, como confirman las recientes excavaciones del
2007, eran prácticas reales que pudo utilizar una
oligarquía con sede en Cahuachi para consolidar su dominio en la
región.
Agradecimientos
El Proyecto La Puntilla ha sido financiado
por el Ministerio de Cultura, dentro de su Programa de Proyectos
Arqueológicos en el Exterior, durante las Campañas
de 2005 a 2007, así como por el Comissionat d´Universitats
i Recerca de la Generalitat de Catalunya, a través del los
Proyectos EXCAVA (2006EXCAVA-00020), en 2006-2007. Se ha podido
disponer del soporte logístico y las infraestructuras
científicas de la Universitat Autònoma de Barcelona y de
la Universidad de Almería. Igualmente se ha podido contar con
todo el apoyo del personal de la Embajada de España en
Perú y del Consulado General del Perú en Barcelona.
Según es preceptivo, la campaña de 2007 ha sido
autorizada por el Instituto Nacional de Cultura del Perú,
según Resolución Directoral Nacional nº 1473/INC. La
delegación en Ica del INC se ha responsabilizado de la
inspección de las excavaciones y de la gestión y
depósito de los materiales arqueológicos.
Bibliografía
- Bardales, G.; Castro
Martínez, P.V.: Cáceres, L.; De La Torre Zevallos, J.C.;
Escanilla Artigas, N.; Escoriza Mateu, T.; Godoy Allende, M.C.; Lapi,
B.; Navarro Mayor, I.; Palomino, J.; Zavala Vargas, J.C. (2006), La
Puntilla (Nasca, Ica, Perú). Prácticas sociales y
producción de la vida social en los horizontes del
Formativo-Paracas. La Costa Sur del Perú, c. 1400-100 cal ANE.
Memoria Científica 2005. Memòria
cientifico-tècnica, depositada en Instituto de Patrimonio
Histórico Español del Ministerio de Cultura, Madrid, y en
el Instituto Nacional de Cultura del Perú, Lima.
- Castro Martínez,
P.V.: De La Torre Zevallos, J.C.; Escanilla Artigas, N.; Escoriza
Mateu, , T.; Godoy Allende, M.C.; Lapi, B.; Navarro Mayor, I.;
Virebayre, F.; Zavala Vargas, J.C. (2007), La Puntilla (Nasca, Ica,
Perú). Prácticas sociales y producción de la vida
social en los horizontes del Formativo-Paracas. La Costa Sur del
Perú, c. 1400-100 cal ANE. Memoria Científica 2006.
Memòria cientifico-tècnica, depositada en Instituto de
Patrimonio Histórico Español del Ministerio de Cultura,
Madrid, y en el Instituto Nacional de Cultura del Perú, Lima.
- Castro Martínez,
P.V.: De La Torre Zevallos, J.C..; Escoriza Mateu, T.; Godoy Allende,
M.C.; Lapi, B.; Navarro Mayor, I.; Virebayre, F.; Zavala Vargas, J.C.
(2008), La Puntilla (Nasca, Ica, Perú). Prácticas
sociales y producción de la vida social en los horizontes del
Formativo-Paracas. La Costa Sur del Perú, c. 1400-100 cal ANE.
Memoria Científica 2007. Memòria
cientifico-tècnica, depositada en Instituto de Patrimonio
Histórico Español del Ministerio de Cultura, Madrid, y en
el Instituto Nacional de Cultura del Perú, Lima.
- De La Torre Zevallos, J.C.
(2005), “Arqueología y sociedad en la costa sur del Perú:
Sujetos sociales y espacios domésticos en la sociedad Paracas
(1100-100 ANE). Excavaciones Arqueológicas en La Puntilla”. En
América Latina, realidades diversas. Aula Oberta 2001-2005. L
Mameli y E. Muntañola, eds (2005) Institut Catalá de
Cooperació Iberoamericana. Centre D’Estudis Internacionals i
Interculturals: Estudis D’América Llatina, UAB: p. 76-90.
- Lumbreras, L.G. (1974),
Los orígenes de la civilización en el Perú
(Segunda edición: "De los orígenes del Estado en el
Perú"). Lima: Milla Batres editor.
- Rowe, J. (1962), Stages
and Periods in Archaeological Interpretation. En Rowe, J. & Menzel,
D. (Eds.): Peruvian Archaeology. Selecting Readings: Peek publications.
Palo Alto, California, p. 1-15.
- Silverman, H. (1994)
Paracas in Nazca: New Data on the Early Horizon Occupation of the Rio
Grande de Nazca Drainage, Peru. Latin American Antiquity 5 (4): p.
359-382.
- Van Gijseghem, H. (2004),
Migration, Agency, and Social Change on a Prehistoric Frontier: The
Paracas-Nasca Transition in the Southern Nasca Drainage, Peru. A
Dissertation Tesis at Phd. submitted in U.C. Santa Bárbara.