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Apolo purifica a Orestes con un lechón |
(En su huida de las Erinias Orestes se refugia en Atenas, en altar de Atenea.
Allí acude Apolo y se celebra un juicio con Apolo de defensor, las Erinias de
acusadoras y Atenea de decisora)
ATENEA. Empiezo el juicio. (Al Coro). Tenéis la palabra, porque, al
hablar el primero, al comienzo, el acusador, puede informar cumplidamente de los
hechos.
CORIFEO. Aunque somos muchas, hablaremos con brevedad. (A Orestes).
Contéstame palabra por palabra, cuando te corresponda. Dime, en primer lugar, si
mataste a tu madre.
ORESTES. La maté. No es posible negarlo.
CORIFEO. Ésta es ya uno de los tres asaltos.
ORESTES. Esta jactancia tuya la dices a quien todavía no yace en el suelo.
CORIFEO. de todas formas debes decir de qué manera la mataste.
ORESTES. Contesto: saqué la espada y por mi propia mano le corté el cuello.
CORIFEO. ¿Quién te convenció para que lo hicieras? ¿Quién te aconsejó?
ORESTES. (Señalando a Apolo) Los oráculos de éste. Él es mi testigo.
....
ORESTES. Ella tenía sobre sí dos manchas.
CORIFEO. ¿Cómo es eso? Explícalo a los jueces de esta causa.
ORESTES. Al matar a su esposo, en él mató a mi padre.
CORIFEO. ¿Y qué? Tú sigues con vida, en tanto que ella quedó libre de mancha con
la muerte.
ORESTES. ¿Por qué, entonces, cuando estaba viva, no la obligaste a ir al
destierro?
CORIFEO. Porque no era de su misma sangre el hombre que mató.
ORESTES. ¿Y soy yo de la misma sangre que mi madre?
CORIFEO. ¿Pues con qué otra cosa te nutrió, asesino, cuando estabas dentro de
sus entrañas? ¿reniegas de lo que es más querido: la sangre de una madre?
ORESTES. Da ya tu testimonio, Apolo, explícame si yo la maté con justicia;
porque no niego que lo hice....
APOLO. Hablaré para vosotros, ese alto tribunal que Atenea ha instituido: la
mató justamente. Yo soy un adivino y no voy a mentir. Jamás en mi trono
profético hablé sobre un hombre, mujer o ciudad nada que no me ordenara Zeus ...
CORIFEO. ¿Te ordenó Zeus -según dices tú- que anunciaras este oráculo a Orestes:
que vengara la muerte de su padre, sin conceder a su madre honor ninguno?
APOLO. Sí, porque no es lo mismo que muera un varón noble, a quien se respeta
por el cetro que Zeus le entregó, y además a manos de su esposa, .....
CORIFEO. Zeus -según tus palabras- concede mayor importancia a la muerte de un
padre, pero él bien que ató al suyo, al anciano Crono. ¿Cómo no va a haber
contradicción entre esto y lo que tú dices? (A los jueces) Yo soy testigo
de que vosotros lo estáis oyendo.
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Atenea, Orestes y Apolo, con Erinias
alrededor |
.....
APOLO. También a eso voy a contestar, y entérate de que tengo razón.
No es la que llaman madre la que engendra al hijo, sino que es sólo la nodriza
del embrión recién sembrado. Engendra el que fecunda, mientras que ella sólo
conserva el brote -sin que por ello dejen de ser extraños entre sí-, con tal de
que no se lo malogre una deidad.
Voy a darte una prueba de este aserto. Puede haber padre sin que haya madre.
Cerca hay un ejemplo: la hija de Zeus Olímpico. No se crió en las tinieblas de
un vientre, pero es un retoño cual ninguna diosa podría parir....
....
ATENEA. Escuchad ya mi ley, pueblo del Ática, en el momento de dictar sentencia
en el primer proceso por sangre vertida.
En lo sucesivo y para siempre, el pueblo de Egeo contará con este tribunal para
sus jueces: esta colina de Ares (Areopago) sede y campamento de las
Amazonas, cuando vinieron en son de guerra por odio a Teseo. Frente a nuestra
ciudad levantaron entonces una ciudad nueva y un alto muro frente a nuestras
murallas. Aquí ofrendaban sacrificios a Ares, de donde reciben su nombre la roca
y colina de Ares. Aquí, el respeto de los ciudadanos, y su hermano el miedo, los
disuadirá de cometer injusticia, tanto de día como de noche, mientras que los
propios ciudadanos no hagan innovaciones en las leyes. Porque, si contaminas el
agua clara con turbias corrientes y fango, jamás hallarás qué beber.
Aconsejo a los ciudadanos que respeten con reverencia lo que no constituye ni
anarquía ni despotismo y que no expulsen de la ciudad del todo el temor, pues,
¿qué mortal es justo si no ha temido nada? En cambio, si con temor sentís, como
es justo, ese respeto, en ello tendréis un baluarte que vendrá a ser la
salvación del país y de la ciudad, como ningún otro pueblo puede tenerlo, ni
entre los escitas, ni en las regiones de Pélope.
Establezco este tribunal insobornable, augusto, protector del país y siempre en
vela por los que duermen.