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La virtud es limitada (Frag. 4 D)
Llegar a ser de verdad un hombre bueno,
equilibrado de manos, pies, y espíritu,
forjado sin tara, es arduo empeño.
Ni siquiera la sentencia de Pítaco
me parece acertada, aunque de un sabio
dicha. Afirmaba que es arduo ser bueno.
Sólo un dios puede tener tal privilegio.
Un hombre no puede evitar ser malo,
si un desastre invencible lo derriba.
Con buena fortuna cualquier hombre es bueno,
y malo cuando todo le va mal.
En general, son los mejores aquellos
a los que los dioses tratan con cariño.
Por eso nunca, persiguiendo lo imposible,
yo arrojaré la vida que me dé el destino
en pos de una esperanza irrealizable:
un hombre sin reproche de entre cuantos
consumimos el fruto de la ancha tierra.
Pero, si lo encuentro, os lo vendré a decir.
Ahora elogio y aprecio todo aquel
que no hace por su gusto ningún daño.
Contra Necesidad ni los dioses batallan
…
No soy amigo de censuras, que a mí
me basta quien no es malo ni intratable
en exceso, y conoce la justicia
que beneficia al pueblo, un hombre sano.
Y no seré yo quien le haga reproches.
Porque es infinita la estirpe de los necios.
En verdad, bien está todo aquello
a lo que no está mezclado lo vicioso.
Pesimismo (Frag. 9 D)
De los humanos pequeño es el poder,
e inútiles los propósitos y cuitas.
En la breve vida hay pena tras pena.
Y la muerte ineluctable siempre espera.
Porque igual porción de ella reciben
los valerosos y quien es cobarde.
Veleidad (Frag. 6 D)
Siendo humano, jamás digas qué va a pasar mañana,
ni, al ver a alguien dichoso, por cuánto tiempo lo será.
Porque ni el moverse de la mosca de finas alas
es tan rápido.