Diodoro
La historia científica: Tucídides y Polibio

Todos estos subgéneros de la historia están ya en germen en Heródoto. Digamos algunas cosas sobre su desarrollo. Por supuesto, las fronteras no son claras, hay transiciones entre ellos. Llamamos historia científica a la de Tucidides (460-404), y la de Polibio (203-120). Tucídides, ateniense, fue desterrado de su ciudad el 424 y, desde el exilio, fue testigo de la guerra del Peloponeso y reflexionó sobre ella con imparcialidad. Polibio, un arcadio, estuvo en Roma primero como rehén y luego como amigo de Escipión Emiliano, teniendo, también el, un observatorio excepcional para conocer el estado romano y la expansión romana por el Mediterráneo. Sus esfuerzos, en las obras que escribieron, tendieron a comprender y explicar los sucesos históricos desde un punto de vista meramente humano.
No tratan, pues, de cantar la gloria de los héroes, ni creen en una intervención divina en los sucesos históricos ni incluyen digresiones de tipo geográfico o etnográfico. Se alejan, pues, de la épica. Uno y otro historiador deciden adoptar un marco riguroso para la composición de su obra: un marco cronológico en que los sucesos van siendo seguidos año a año, aunque a veces es preciso interrumpir la narración para retroceder en el tiempo y narrar las cosas sucedidas en otro escenario geográfico. Las digresiones o excursos son limitados y tienen por finalidad hacer ver las ideas del autor: así, cuando Tucidides relata la historia antigua de Grecia para aplicar su critica a los datos de Homero y hacer ver lo pequeña que era entonces la fuerza de los griegos; o cuando Polibio describe la constitución romana, en que se compensaban armónicamente los poderes de los cónsules, el senado y el pueblo: constitución a cuya excelencia atribuye el historiador la superioridad de Roma. Hay, por lo demás, diferencias. Así, el uso por Tucídides de los discursos enfrentados de generales o estadistas, en los cuales cada uno defiende su punto de vista. Por ejemplo, el debate de Cleón y Diódoto en la Asamblea de Atenas después de haber quedado vencida la sublevación de los mitilenios: se trata de saber si es mejor política castigar severamente a estos sublevados o tratarlos humanamente. Ello desde el punto de vista del interés de Atenas en evitar en el futuro nuevas sublevaciones. Es un recurso que Tucídides emplea para exponer el dramatismo de la historia: la voluntad y las razones de unos y otros y, también, la opinión del historiador sobre quién tiene razón.

Polibio
La historia retórica: Teopompo

En manos de Tucidides y Polibio la historia es la búsqueda de la verdad y la exposición del juego de las pasiones y voluntad humanas (en Tucidides) o de las instituciones (en Polibio). Profundiza el conocimiento del hombre y del Estado, introduce un rigor antes desconocido. La forma es austera y regular, calculada para dar expresión a ese propósito.
Sin embargo, en el siglo IV nace una historia muy influida por la retórica, que explota los aspectos pasionales y emotivos de la historia, tendiendo a una interpretación personalista de ésta. De menos contenido filosófico, esta historia es dramática y tiene dotes de adivinación psicológica, aunque a veces cae en cierta banalidad y cierto desprecio por la verdad y su búsqueda laboriosa. Trata de rivalizar con la tragedia, produciendo efectos patéticos mediante una disposición artificiosa de los materiales.
Fundador de este tipo de historia se considera a Teopompo, historiador del siglo IV que en sus Helénicas continuó la Historia de Tucidides (interrumpida en los sucesos del 411 a. C.) y en sus Filipicas escribió la historia del período central del siglo IV, entre continuos excursos y con puntos de vista pro oligárquicos previamente adoptados. Polibio critica a otros representantes de esta tendencia, tales como Filarpo y Duris. Existe también entre los historiadores de Alejandro, algunos de los cuales, a partir de Clitarco, escriben una especie de historia novelada que produjo, en último termino, una literatura medieval sobre Alejandro completamente alejada de la realidad.
 

Pausanias
La historia documental: Jenofonte

Junto a esta corriente está la de la historia documental. Podemos poner su origen en la historia narrada por los propios protagonistas: la Anábasis de Jenofonte, que narra cómo dirigió la retirada de los mercenarios griegos que en 401-399 llegaron hasta cerca de Babilonia en el intento de poner en el trono persa al pretendiente Ciro; las Efemérides de Ptolomeo Lago, que cuentan las campañas de Alejandro, en las que participó, etc. Es el género continuado por Cesar en sus Comentarios. Este tipo de historia influye en grado variable, junto con los otros dos, en obras del siglo IV y de época helenistica que no podemos clasificar tan fácilmente en uno de los tres subgéneros mencionados. El hecho es que, junto al tratado filosófico y científico, la historia constituye un segundo género en prosa que combina el relato de sucesos humanos por orden cronológico, con consideraciones psicológicas, sociales y políticas que tratan de explicar esos sucesos y con una dosis variable de oratoria y retórica en general. Es, al tiempo, una investigación de crítica documental y de fuentes y una segunda filosofía humana. Es, como el tratado, un género especialmente original y nuevo y, como él, una vez descubierto, no ha conocido ocaso ni modificaciones grandes.