Temática hímnica
Lírica monódica y coral

La lírica griega nace como un género religioso en el que intervienen la danza, el canto del solista y el canto coral. Pero desde pronto se producen especializaciones. Se crea una lírica monódica, limitada al canto del solista, mientras el coro lanza estribillos y refranes o solamente danza o realiza acciones rituales. Así tenemos himnos monódicos: los llamados Himnos Homéricos en honor de Apolo, Hermes, etc., otros en Alceo, Safo, la elegía, etc. Se crea también una poesía puramente coral, que culmina en Píndaro. Ahora bien, la lírica coral permaneció siendo casi siempre poesía religiosa: himnos diversos a los dioses, trenos o lamentos por los muertos. Esta verdad no se oscurece porque de los numerosos libros de Píndaro sólo nos hayan llegado completos los que contienen epinicios, cantos en honor de los vencedores de los juegos atléticos. Elogian ya a un hombre, pero tienen aun un carácter semirreligioso en cuanto el vencedor en los Juegos es considerado casi digno de culto y veneración; la fiesta en que se canta el epinicio tiene, en cierta medida, un carácter religioso. Esto, que en la lírica coral es lo excepcional, es lo frecuente en la monódica. Lo mismo que los epinicios se cantan en una fiesta que diríamos privada, a la que asisten el vencedor y sus amigos, muchos poemas de Alceo, Teognis, etc., se cantaban en los banquetes de los amigos nobles; los de Anacreonte en los banquetes de la corte de Polícrates; los de Safo, en las fiestas en que participaban sus amigas. No es extraño que entren temas privados: sobre el amor, la política, etc. Otras veces el destinatario del poema es el pueblo de una ciudad entera : así en el caso de Solón, fuera cual fuera su modo de difusión. Y llegó finalmente un momento en que los poemas se escribían para todo aquel que quisiera leerlos, no eran ya propiamente cantados ni recitados. Esto es característico de la época alejandrina o helenística, claro precedente de nuestro mundo moderno. Así, poco a poco, la lírica pasó de ser religiosa y colectiva, a ser individual y no religiosa. De tratar de influir sobre el destinatario pasó a expresar el propio sentimiento. En la lírica arcaica hay de lo uno y de lo otro. Por ejemplo, Safo escribe un himno a Afrodita pidiéndole que le conceda la posesión de la persona amada: y con ello expresa su amor. Arquíloco pide la ruina de Licambes, que le ha negado la boda de su hija Neóbula después de habérsela prometido: y con ello tiene motivo para contar la historia y mostrar lo que piensa sobre el perjurio y la injusticia.

Temática simposiaca
Estructura del poema

Otro punto importante que hay que tocar, relativo a la totalidad de la lírica, es que con ella se crea por primera vez un genero que tiene una estructura cerrada. La épica es abierta: el relato transcurre lentamente, entre digresiones, y no es previsible su extensión ni su final: puede en esto compararse a la novela. Los poemas líricos tienen pequeña extensión y su tipo más característico posee una estructura ternaria con proemio, centro y epílogo. Cada una de estas partes tiene elementos propios. En el proemio encontramos la invocación al dios, la exhortación al coro o al destinatario o bien el escenario a él dirigido, la mención del tema y del poeta, etc. En el centro es muy frecuente el mito: en los himnos, tras la invocación viene el relato del nacimiento, lugares de culto del dios y, también, de alguno de sus mitos. Así, por ejemplo, en los himnos homéricos. Semejantes son los epinicios de Píndaro. Pero también hay otros centros: por ejemplo, el del himno a Afrodita de Safo consiste en el recuerdo de cómo la diosa escuchó en ocasiones anteriores a la poetisa; en el epodo contra Licambes de Arquíloco, en la fábula del águila y la zorra, que demuestra que Zeus castiga al perjuro; en la elegía a las Musas de Solón, en la explicación de las consecuencias funestas de la injusticia. El epílogo vuelve sobre el principio, dirigiéndose al dios o al destinatario en general, pidiendo felicidad y éxito, mencionando al poeta, etc. Entre proemio y epílogo, el centro es un elemento de contraste y reflexión, de argumentación indirecta y manera indirecta de exponer los sentimientos del poeta. El conjunto es matizado, armónico, libre dentro de su uniformidad y perfectamente nuevo.

Temática amorosa
Temas

En cuanto a la temática de los poemas, encontramos un planteamiento muy general. Raro es el dominio de la vida humana y el tema religioso que no entra en la lírica griega. A veces, no en toda ella: sólo en ciertos subgéneros. Vamos a exponer algunos datos.
Himno.--Los temas del himno son varios: elogio del dios, petición de que venga a bailar con el coro, oración para que ayude a la ciudad o al poeta. Es hímnica casi toda la lírica mixta (Estesícoro, Alcman) y coral (Simónides, Baquílides, Píndaro). Y aparece el himno en la elegía, acompañada de la flauta; y en la lírica de Alceo, Safo, Anacreonte, que llamamos mélica. A veces el himno no es ya propio de una fiesta pública, sino "privado", como cuando Safo ora a Afrodita o Solon pide a las Musas riquezas, pero con justicia.
Banquete.--Los temas del banquete--incitación a la bebida y la alegría, normas para comportarse en el banquete, filosofías relacionadas con todo esto--son frecuentes en toda la lírica monódica: elegía, yambo, poetas lesbios, etc.

Temática luctuosa

Amor.--El tema erótico está relacionado a veces con los himnos, a veces con los temas del banquete. Lo encontramos ya en Arquíloco, en el siglo VII; luego, sobre todo, en Safo, como un sentimiento hondamente personal, y en una forma mucho mas frívola en Anacreonte. En Mimnermo, poeta elegíaco, el amor va unido a la alegría de la vida y otros temas de banquete. Los temas eróticos son varios: se pide el amor del amado--o se pide al dios que lo conceda--, se llora el desaire recibido, se recuerdan en la miseria los tiempos felices, se expresan los celos o el deseo, etc.
Muerte.--El tema de la muerte está presente, sobre todo, en el treno, propio de la lírica coral de Simónides y Píndaro. También en Mimnermo, contrapuesto al del disfrute de la vida. Y tenemos una larga serie de epigramas, es decir, de inscripciones funerarias en verso, generalmente en dísticos elegíacos, que tienen acentos de lamento fúnebre.

Temática sobre la conducta humana
Temática satírica

Conducta humana.--Tirteo y Calino, los dos elegíacos más antiguos, exhortan a sus conciudadanos que luchan contra el enemigo exterior e igual Arquíloco. Alceo y Teognis, aristócratas, exhortan a sus amigos en la lucha contra los tiranos o el pueblo y justifican su posición. Solón exhorta a la justicia y hace ver que el comportamiento injusto de nobles y pueblo lleva a la ciudad a la ruina. Y luego hay temas como el de la amistad o como el de la debilidad del hombre, lo incierto de su destino ante los azares de la vida o la intervención de los dioses.
Sátira y escarnio.--El yambo, lírica compuesta a base del pie yámbico, formado por una sílaba breve seguida de una larga, es el género más popular, a diferencia de los que se basan en el dáctilo (sílaba larga y dos breves): aparte de la épica, la elegía y en cierta medida el resto de la monodia y la lírica coral. Abundan en él los denuestos y escarnios contra el hombre perjuro o cobarde o afeminado o vanidoso, o contra la mujer lujuriosa, por mencionar solo algunos temas. El escarnio es el reverso de la exhortación: son temas complementarios, entre ambos pintan una sociedad y tratan de reformarla. El poeta puede así atacar a sus enemigos, continuando una vieja tradición de la fiesta. Pero no sólo en el yambo hay escarnio y sátira: aunque en menor medida, los encontramos en la elegía y en la restante lírica monódica (apenas en la coral).