Vista de la península del Ática desde satélite

El sinecismo de Teseo

 Según la tradición, reproducida y fomentada de manera constante por el espíritu patriótico ateniense, Teseo era al mismo tiempo el fundador de la democracia y el creador del sinecismo. Lo que la tradición atribuía realmente a Teseo era la difuminación del poder entre las familias aristocráticas y la desaparición de la primitiva monarquía. Ésta, la basileia, consistía en la concentración del poder en manos de un solo gobernante, perteneciente a una de las familias aristocráticas, en torno al que, según Tucídides, los atenienses anteriores a Teseo sólo se agrupaban cuando había algún peligro exterior. Se trataba de una monarquía militar capaz de agrupar a las poblaciones en torno a sí por sistemas próximos a los descritos en los poemas homéricos. Este sinecismo, atribuido tradicionalmente a Teseo, es sin duda histórico y se celebra todos los años en Atenas, pero fue seguramente un proceso gradual y desconocemos cuando concluyó. Desde Teseo, los oikoi se unifican en un solo órgano político, con lo que desaparece la anterior función regia y se crea una nueva solidaridad que tiene su manifestación en la nueva polis, con una sola boulé y un solo pritaneo, gobernada por los arcontes. La tradición es capaz de reproducir nombres de arcontes desde el siglo XI. El proceso de transformación largo y seguramente conflictivo, que para alcanzar su plenitud hubo de durar con toda probabilidad a lo largo del período oscuro, queda sintetizado en el mito de Teseo. De todas formas, en el s. XII Atenas era suficientemente fuerte para resistir la invasión de los dorios y para servir de trampolín de las migraciones del s. XI desde tierra firme hasta Jonio. Los atenienses del periodo clásico se enorgullecían de ser autóctonos ("surgidos de la tierra"), es decir, que era un pueblo indígena a diferencia de los dorios, que eran invasores. Los datos arqueológicos corroboran la idea de continuidad con el mundo micénico.

La evolución del Arcontado

El periodo oscuro:
los Arcontes

 El período oscuro aparece dominado por la aristocracia gentilicia, con preferencia al rey, que tiende a quedar relegado frente a los arcontes vitalicios, representativos de un alargamiento del sistema, donde las rivalidades familiares se disuelven en la nueva solidaridad, necesaria para afianzar las nuevas formas de control de los bienes, cada vez más atractivos, y para resistir a las presiones de una población creciente. En esa época se consolida el sistema por el que cada una de las cuatro tribus (phylai) está dividida en tres phratríai y cada una de éstas en un número indeterminado de eugeneis, los de un genos conocido, que monopolizan el mérito de las antiguas hazañas de guerras, aristeiai, y se erigen en áristoi, capaces de competir por la basileia. Pero frente a la competitividad se impone la solidaridad del sinecismo y el poder se ejerce por nueve arcontes, uno más destacado que da nombre al año, epónimo; otro que recibe el poder militar, polemarco, seguramente heredero del jefe del ejército regio, cuando el rey sobrevivía a pesar de no ser capaz de dirigir las fuerzas militares o no querer, porque tenía ya el suficiente prestigio para nombrar a un colaborador dedicado a ello; el tercero heredaría, como sacerdote, el título de basileus; finalmente, otros seis se encargan del establecimiento y custodia de las normas legales, thesmoi, los tesmótetas. La configuración resulta complicada. La aristocracia que manda en la polis se enriquece, pero también se encuentra en una posición mas complicada con respecto al resto de la población. De hecho, Plutarco atribuye a Teseo la distribución de la población en tres partes, Eupátridas, Geómoros y Demiurgos. A los primeros les habría adjudicado las funciones políticas, legales y religiosas; los segundos destacarían en cambio por su utilidad, y los terceros sólo se caracterizarían por su masa. El sinecismo sintetiza como proceso la creación de un sistema de gobierno aristocrático capaz de integrar no sólo a las poblaciones campesinas, sino también a los que desempeñan las funciones vinculadas a las nuevas características de la ciudad que como centro político tiende a convertirse igualmente en centro redistributivo de las rentas y creador de nuevas actividades secundarias en torno a la producción básica agrícola.

Constitución ateniense

La Tiranía de Cilón

 Así, durante el primer siglo del arcaísmo, en Atenas crecía la actividad marítima, puesta de relieve principalmente por la existencia de la cerámica exportada. Ello facilitaba los contactos, al menos por parte de algunos sectores de la población, con otras ciudades y centros panhelénicos de donde, junto con las ganancias, procedían también los impulsos paralelos que podían favorecer los intentos de cambio. Es el caso de Cilón, que muy probablemente hacia el año 632 llevó a cabo un intento de instaurar la tiranía en Atenas. Según Tucídides, era vencedor en alguna prueba olímpica, como hombre de origen noble y poderoso dentro de la ciudad. Cilón consultó al oráculo de Delfos, institución que, como la Olimpiada, representa el panhelenismo aristocrático y con la que, en sus primeros momentos, los tiranos sostienen relaciones normales hasta que se vio que los intereses generales de la aristocracia iban por otro camino. La Pitia le aconsejó que ocupara la Acrópolis de Atenas el día de la fiesta mayor de Zeus. Cilón, en su calidad de vencedor olímpico, interpretó que se trataba de las Olimpiadas, fecha en que pudieron acudir de los campos a oponerse a sus intentos, y los nueve arcontes organizaron el asedio que acabó con la huida de Cilón y la muerte de algunos de sus colaboradores, a pesar de haberse refugiado en lugar sagrado. Ello fue motivo de que los Alcmeónidas, que habían organizado la represión, tuvieran sobre sí la mancha del sacrilegio, recordada cada cierto tiempo como arma contra el genos o contra Atenas, pero también de que adquirieran fama de ser los adalides de la oposición a la tiranía.

La legislación de Dracón

 El año 621/620 es el que se considera como momento adecuado para situar un hecho por lo demás extremadamente oscuro, el de la legislación atribuida a Dracón. Lo más claro en sus contenidos se refiere a la estatalización de los juicios por delitos de sangre, que vienen a estar en manos de los philobasileis, los jefes de tribu que perviven con carácter militar, antecedentes de los estrategos y de los ephetai, institución oscura pero reveladora de la tendencia del texto hacia la profundización en la labor jurídica de las instituciones supragentilicias.Por ello, a pesar de que en la "Política" Aristóteles dice que sólo consistía en la recopilación de la tradición existente, puede también tenerse en cuenta el texto de la "Constitución de Atenas" donde el mismo autor o los miembros de su escuela se refieren a las condiciones económicas precisas para desempeñar determinados cargos y, sobre todo, a que la politeia se atribuía a los que eran capaces de proporcionarse armas (hopla). El proceso legal y la circunstancia social permitían así consolidar el poder de la oligarquía hoplítica, al menos como definición de la politeia y ampliación hacia los que se consolidan como campesinos libres hasta poder emanciparse de las clientelas aristocráticas. Por supuesto, con unos datos tan precarios no es posible determinar el alcance exacto de la ampliación.