Nueva invasión

 La última etapa de la Edad del Bronce en el Egeo, el Bronce Reciente, y de una manera más específica en el continente, el Heládico Reciente, es la que se conoce como época micénica. Entre finales del III milenio y comienzos del II (2000-1900 aC), llegaron a la cuenca del Egeo los primeros pueblos indoeuropeos, quizá ya de estirpe griega. Los invasores forman la vanguardia de las tribus que en oleadas sucesivas vendrán a fijarse en la Hélade, se instalarán en las islas, colonizarán el litoral de Asias Menor, crecerán hacia el Mediterráneo occidental y hacia el mar Negro y llegarán a constituir el mundo griego tal como lo conocemos en la edad histórica, si bien no es fácil establecer si en aquella época estaban bien diferenciadas las estirpes de los aqueos, jonios y eolios, o si tal división apareció con posterioridad, debido a la influencia de las regiones en que estos indoeuropeos se fueron estableciendo y de los contactos con las poblaciones que las habitaban. Su aparición en las playas del Mediterráneo no constituye un fenómeno aislado. Un empuje paralelo se manifiesta por la misma época al otro lado del mar, con la llegada de los hititas indoeuropeos al Asia Menor y su expansión por Anatolia. Los mismos habitantes que edifican Troya pertenecen a este movimiento. Un rasgo de civilización que subraya las afinidades de ambos pueblos es la aparición del caballo. En Homero Troya es calificada como la "rica en caballos" y los hititas adoptan hacia el s. XVI el uso del carro como arma bélica. Algo tiene que ver la relación de Poseidón con el caballo y la leyenda de Mirtilo, el auriga de Enomao, padre de Hipodamía, con quien casó Pélope, antepasado de los atridas, reyes de Micenas.
Esta irrupción no supuso un cataclismo; paulatinamente los recién llegados se fueron deslizando a través de la península y se fueron imponiendo gracias a la superioridad de sus armas. Se instalaron preferentemente en el Peloponeso, en Micenas, en Pilos, etc. Una vez consolidada su posición, y a partir de la cultura autóctona, también influenciada por la minoica, mucho más adelantada, que suele recibir el nombre de micénica, derivado de la ciudad de Micenas, su principal centro, que floreció entre los años 1650-1125 aC. Comprendiendo todos los beneficios que podían obtenerse de la cultura cretense, supieron mantener con ésta (durante más de dos siglos) relaciones pacíficas. Pero, concluido su aprendizaje, arremetieron contra Creta y la conquistaron.

Fortificaciones de Tirinto Tholos, tumba micénica
Principales asentamientos

 

A partir de 1300 aC esta civilización comenzó a declinar, minada tal vez por disensiones internas, pero en genral en la misma crisis general del Mediterráneo oriental del siglo XII, cuando también desapareció el imperio hitita, y que se conoce por la presencia de un conjunto de pueblos de carácter no bien determinado, identificados en los documentos egipcios de la época como "pueblos del mar". Testimonio de la inseguridad de la época es la transformación de los palacios en castillos, en fortalezas, de paredes ciclópeas. Hacia 1260 aC los micénicos reunieron sus últimas fuerzas para acabar con la ciudad de Troya (o Ilión), ciudad rica y poderosa que dominaba el Helesponto (actualmente estrecho del Bórforo), lo que dificultaba el comercio micénico. Troya fue destruida, pero pocas décadas después esta civilización micénica sucumbiría ante el empuje de nuevos pueblos griegos procedentes del Norte, que poseían armas de hierro, los dorios.

El palacio de Micenas

De las leyendas que los griegos situaban en época micénica destaca sin duda la correspondiente al ciclo troyano, que narra la guerra de Troya y el regreso de los héroes a sus patrias, dramático y lleno de vicisitudes, entre las que sobresalen las que tuvo que pasar Odiseo. El regreso de Agamenón resulta muy significativo, por el proceso de destrucción familiar que se inicia y continúa con la dispersión de los descendientes, coincidente, en fecha mítica, con la desaparición de la Micenas arqueológica. El rey que dirigía la expedición a Troya fue asesinado a través de la confabulación entre su esposa, Clitemnestra, y Egisto, pero fueron muertos por los hijos del matrimonio, Orestes y Electra, que colaboraron en la realización del parricidio. 

Reconstrucción delpalacio de Micenas, plano y vista aérea

La casa familiar y la ciudad sufren los efectos destructivos, consecuencia indirecta de la expedición lejana a Asia Menor, para destruir Troya. Este episodio puede responder también a los desplazamientos y luchas que caracterizaron la época que iba a terminar con el fin del mundo micénico. La vida social aparece centrada en torno del palacio, cuya función es religiosa, política, militar, administrativa y económica. El palacio de Micenas (construido entre 1350 y 1200 a.C.) se hallaba situado sobre una colina de 250 metros de altura, en la parte nordeste de la llanura de Argos. El área encerrada por las fortificaciones era de 38.500 metros cuadrados. En este sistema de economía, que se denomina palatina, el rey (wanax) concentra y reúne en su persona todos los elementos del poder, a través de sus escribas, que constituyen una casta profesional. La analogía con los hititas es significativa, quienes, aún orientalizándose, han conservado ciertas instituciones ligadas a su organización militar: alrededor del rey se agrupan los dignatarios reales y una nobleza guerrera (basilei) que combate en carro, con exclusión del resto del pueblo. 


Muralla exterior (con la Puerta al fondo); debajo el Círculo de las tumbas Puerta de los leones

El contraste de estas edificaciones con los palacios de Creta también es evidente: ya no son edificaciones en derredor de un patio central, sin defensas, sino una sefie de estancias alrededor del "megarón", una gran sala cuadrada o rectangular con un techo soportado por cuatro pilares y con un gran hogar circular en el centro. A destacar el uso de vigas y columnas de madera como elementos sustentantes, de manera que cuando una construcción era presa del fuego dejaban escasos restos. Las murallas de Micenas, en cambio, con un espesor de seis metros y hasta diez de altura, son tan imponentes que su construcción se atribuyó a unos gigantes, los cíclopes. Destaca la llamada Puerta de los Leones (s. XV a.C.), gigantesco dintel monolítico coronado por un gran relieve triangular que representa dos leones separados por una columna, símbolo de la divinidad.

 
Eltesoro de Atreo (un video de Artehistoria.com) Descripción de los restos de Micenas (interesante por sus imágenes)