UNIVERSIDAD DE ALMERÍA
ÁREA DE FILOLOGÍA GRIEGA
Biblioteca Básica

HOMERO, ILIADA
Canto 11
Libro X            Libro XII            Índice
v.1
v.67
v.122
v.186
v.248
v.286
v.347
v.396
v.456
v.511
v.575
v.620
v.670
v.720
v.804



Resumen:

El libro XI comienza el último de los tres grandes días de batallas que ponen a prueba la habilidad de los griegos para luchar sin Aquiles. Relata la primera parte de la batalla que es decisiva para el resultado. Los campeones del lado griego- Agamenón, Diomedes, Ulises - junto a héroes de segundo rango (Majaonte y Eurípilo) son heridos y obligados a abandonar el campo de batalla. Después de esto, la fortuna cambiante de los cuatro libros siguientes sólo servirá para retrasar la catástrofe inevitable. El libro lleva el título de Aristeia de Agamenón, una descripción que se aplica estrictamente a los primeros 283 versos. El profundo desánimo manifestado por Agamenón en los dos libros precedentes desaparece ahora y por un momento es el único guerrero irresistible. El ejército griego, que al final del libro octavo había sido empujado al interior de su nueva fortificación, sale ahora al exterior (45-55). Los troyanos se encuentran en el terreno en el que habían acampado. Durante la batalla deben retroceder hasta las puertas Esceas (67-180). Zeus advierte a Héctor que se retire hasta que vea a Agamenón dejar el campo de batalla (181-217). Agamenón mata varios troyanos, pero finalmente es herido y se retira a las naves (218-283), Héctor retorna entonces al frente de batalla, pero es expulsado por Diomedes (284-367). Paris hiere a Diomedes de un flechazo (368-400). Ulises es dejado sólo y es herido: Menelao y Ayante acuden a su llamado y Odiseo huye a las naves (401-488). En el ala izquierda de la batalla, mientras tanto, Héctor ha estado combatiendo a orillas del Escamandro, enfrentándose a Néstor e Idomeneo. En ese momento Paris hiere a Majaonte, que retorna a las naves con Néstor (489-520). Héctor, después de realizar grandes hazañas en la misma ala de la batalla, cruza para oponerse a Ayante, que se retira lentamente (521-574). Eurípilo, que viene en su ayuda, recibe una herida de Paris (575-595). La escena entonces cambia al campamento. Néstor y Macaonte están retornando, cuando Aquiles los ve y envía a Patroclo a preguntar quién es el hombre herido (596-654). Néstor contesta a Patroclo en un largo discurso (655-803), en el que relata una historia de su destreza juvenil (670-762). Termina aconsejando a Patroclo que suplique a Aquiles que, si él no quiere acudir en persona, al menos envíe a Patroclo y los mirmidones (763-803). Al retornar, Patroclo se encuentra con Eurípilo herido y se convence de que se tiene que quedar con él y curar su herida (804-848).