Volviendo a otoño de 2002, nos encontramos con un año en el que la lluvia se mostró esquiva. Parte del encanto (y de la maldición) que posee la búsqueda de setas en el SE ibérico es la climatología, de por sí irregular. Unos chubascos a tiempo, que el frío se meta antes o después en la sierra, etc., hacen que tengamos una cosecha de hongos fantástica, o bien que se nos quede cara de circunstancias. Y este año no llovió cuando debía.

  Pese a todo, resultaron unas magníficas Jornadas. Rebuscando, se encontraron setas, que fueron dispuestas en la exposición micológica. Además, contábamos con material de herbario, maquetas de setas y paneles explicativos. De nuevo, los doctores Ricardo Galán y Gabriel Moreno nos honraron con su presencia, acompañados por otros excelentes divulgadores, como los doctores José Fajardo, de la Universidad Popular de Albacete, y Julio Peñas, de la UAL. También queremos dejar constancia del importantísimo papel que en estas Jornadas tuvieron D. Ángel Lozano y Dª Marisol Marín. Sin ellos, no habrían sido posibles.

  Y, por supuesto, tenemos que hablar del lugar de celebración: Sierro. Este bello pueblo está situado en las laderas de un valle (que más bien parece un cráter, por la protección natural de la que goza) en la umbría de la Sierra de los Filabres. En sus empinadas calles se respira tranquilidad, la gente es amable, a pocos kilómetros se puede gozar de espectaculares paisajes... En suma, un sitio que merece la pena visitar (echen un vistazo aquí).