El
contenido deL Plan de Autoprotección podrá someterse a
revisión y a modificación cuando la normativa o la experiencia
lo aconsejen; mínimamente será revisado cada 4 años,
siendo el Gestor de Autoprotección el encargado de proponer al
Rectorado las modificaciones que procedan. El periodo de implantación
del mismo se fija en 3 años.
A
continuación se relacionan los componenetes de la estructura universitaria
relacionados con la autoprotección.
RECTOR
GERENTE DE LA UNIVERSIDAD
GESTOR DE AUTOPROTECCIÓN (SECRETARIADO DE POLITICA DE PREVENCIÓN
DE RIESGOS LABORALES)
LINEA DE DIRECCION (VICERRECTORADOS, SECRETARIADOS, JEFES DE SERVICIO
O DE UNIDAD)
TRABAJADORES, PERSONAL DOCENTE Y ESTUDIANTES
COMITÉ DE SEGURIDAD Y SALUD LABORAL Y DELEGADOS DE PREVENCIÓN
COMITÉ DE EMERGENCIA (O DE CRISIS)
GRUPOS DE ACTIVIDADES
Para
lograr la autoprotección frente a los riesgos, este sistema propone
un conjunto de 5 grupos de actividades.
La identificación y evaluación de los riesgos.
Sus
objetivos:
Los nuevos riesgos, al inicio (actividad, nueva construcción,
nuevo equipo, etc.).
El control de los ya identificados, con el seguimiento o en los
cambios (modificaciones, reformas, etc.).
La detección de los riesgos no identificados, detectados
en los cambios o después de los sucesos en los que los riesgos
se han puesto de manifiesto.
Estas
actividades, son el origen, a su vez, de las restantes: prevención,
protección y emergencias.
Mecanismos
de prevención.
Su
objetivo es el de prevenir la no aparición de los riesgos
(evitar su aparición).
Medidas
de protección.
Tiene por
objeto establecer determinadas disposiciones para protegerse frente
a ellos mediante un control eficaz e inmediato.
Actuaciones
frente a las emergencias.
Previsión
de las actuaciones cuando los riesgos se han manifestado y la situación
ha devenido en una emergencia.
Garantías del sistema.
Junto a las anteriores, se contemplan otras cuyo objetivo es mantener
una permanente actualización del sistema de gestión
diseñado. Engloba, igualmente, las acciones de mejora.
Como
respuesta a la necesidad de arbitrar un método para la revisión,
se elaborará un informe resumen sobre:
Los Resultados
del año anterior.
Los Objetivos
para el año.
Dicho
informe:
Posibilita
la aprobación de los resultados y de los objetivo previstos.
Determina
la adecuación y eficacia de la implantación del sistema.
Su
elaboración corresponde al Gestor de Autoprotección (Secretario
De Política De Prevención De Riesgos Laborales).
A
título indicativo, para la elaboración se tendrán
en consideración las informaciones siguientes:
Resultados
del año.
Programa
Anual de objetivos y su cumplimiento.
Descripción
de las actividades llevadas a cabo.
Cambios
legales y normativos, tecnológicos, etc.
Nuevas
necesidades o cambios identificados.
Nuevas
actividades y procesos.
Propuestas
de nuevas necesidades de procedimientos o de cambios en los ya existentes.
Recomendaciones
y observaciones.
Dichos
informes se adjuntarán, o se realizarán en conjunto, con
los que se elaboren como consecuencia de la gestión de la prevención
de riesgos laborales.
Las
actividades contenidas en el Manual, junto a las que se fijen en el Informe
Anual de Objetivos conformarán el Programa Anual de Actividades
del Campus Universitario.
Este
programa contendrá las acciones concretas a realizar, tanto de
cada una de las acciones, como de los objetivos que se persiguen.
Es
responsabilidad del Gestor de Autoprotección (Secretario De Política
De Prevención De Riesgos Laborales), con el apoyo de los distintos
Responsables de la línea de Dirección la elaboración
consensuada de dicho documento.
La
aprobación definitiva corresponde al Rector de la Universidad.
Se
señalan a continuación, a título indicativo, algunos
de los puntos que puede contener:
Identificación
de riesgos.
Inspecciones.
Formación
y adiestramiento.
Simulacros.
Histórico
de Emergencias
Actuaciones
de integración con la Ayuda Externa.
Comprobaciones
de los equipos de protección contraincendios y de evacuación
y de su funcionamiento y eficacia en su operativa.
La
programación anual se adjuntará, o se realizará en
conjunto, con la que se elabore como consecuencia de la gestión
de la prevención de riesgos laborales.
El
manual habrá de ser revisado y/o modificado cuando las circunstancias
o la Normativa lo aconsejen, a propuesta del Gestor de Autoprotección,
las modificaciones que procedan para su aprobación corresponderán
al Rector de la Universidad.
El
sistema de documentación y registro queda conformado por los siguientes:
Manual
de gestión. Describe las actividades para alcanzar
la autoprotección.
Instrucciones
y normas. Para desarrollar aquellas tareas mas críticas
o efectuar una recomendación.
Actividades
y programas. Establecimiento de actividades y tareas para
abordar una situación, específica o general.
Registros.
Documentos que permiten demostrar y comprobar las especificaciones
de este sistema.
Libro
de teléfonos. Con objeto de facilitar la inmediata
localización del personal implicado en la Autoprotección.
Deberán ubicarse en el Centro de Control y Comunicaciones y
sede del Gestor de Autoprotección.
La
preparación del Manual es responsabilidad del Gestor de la Autoprotección.
Como
norma general las instrucciones, normas y programas afectos al ámbito
de la Autoprotección pueden ser confeccionadas por los responsables
de la Línea de Dirección.
Los
registros son archivados por el Gestor de Autoprotección; los Responsables
de la Línea de Dirección tienen el deber de remitirle copia
del mismo y archivar aquellos que les afecten.
La
formación es una herramienta esencial en la gestión de la
autoprotección .
Como
objetivos básicos debe dirigirse hacia el fomento de la capacitación,
entendida como la integración de 3 aspectos: formación,
adiestramiento y entrenamiento.
De
forma particular se dirige a los integrantes en la organización
de la emergencia diseñada en el nivel operativo.
Al
nivel operativo:
Personal
de los equipos de primera intervención -EPI-
Formación
básica sobre la planificación de las emergencias.
Prevención
de riesgos comunes.
Actuaciones
elementales frente a los riesgos comunes, uso de los medios de extinción
y actuaciones en los supuestos de emergencia.
Personal
de los equipos de segunda intervención -ESI- y de alarma y evacuación
-EAE-
Formación
básica sobre la planificación de las emergencias.
Prevención
de riesgos.
Actuaciones
frente a los riesgos, uso de los medios de extinción y
actuaciones en los supuestos de emergencia.
Personal
del Centro de Control y de Comunicaciones -CCC-
Formación
básica sobre la planificación de las emergencias.
Formación
básica sobre gestión de comunicaciones en emergencias.
La
formación se planificará anualmente, quedando recogida en
el Programa Anual de Actividades.
Las
actuaciones y actividades propias de la autoprotección se sustentan,
ya sea en situación normal o en emergencia, sobre unos canales
fluidos y eficaces de comunicación e información.
Gran
parte de los problemas, provienen de la falta de comunicación,
o en todo caso de un proceso incompleto.
Con
distintos objetivos y sentidos, se citan a continuación aquellos
con especial relevancia.
Información
sobre averías e incidencias en instalaciones o equipamientos.
Quien
observe una anomalía, y de forma particular si ello puede entrañar
un riesgo, lo pondrá de inmediato en conocimiento de la Unidad
Técnica, responsable de Centro o Departamento y/o Servicio
de Prevención (según la naturaleza de la misma), dando
traslado al Gestor de Autoprotección, para subsanar la situación
o actuar minimizando el posible riesgo. En caso de riesgo grave o
inminente dicho aviso podrá efectuarse directamente a la Unidad
de Mantenimiento o a través del Centro de Control y Comunicaciones.
Información
de las situaciones de riesgo o de emergencia.
Cuando
se descubran se pondrán en conocimiento para activar los mecanismos
previstos a través de las Conserjerías de los edificios,
los miembros de los equipos de primera intervención -EPI-,
el equipo de Vigilancia y Seguridad o el Centro de Control y Comunicaciones
-CCC-.
Instrucciones
y recomendaciones en situaciones de pre-emergencia, emergencia menor
o mayor (catástrofe).
El
Gestor de Autoprotección y el Comité de Crisis se encuentran
facultados para emitir comunicados dirigidos a la comunidad universitaria
para que se adopten medidas de protección o para minimizar
los tiempos de respuesta. Dependiendo de la situación y de
la premura, estos comunicados podrán ser realizados por diferentes
canales. De forma general, si se dirigen a al grueso del colectivo
universitario se harán mediante los tablones de anuncios o
puntos de paso o afluencia, a través del personal de la Universidad
o por otros medios que se consideren convenientes.
Información
sobre el sistema, los planes de emergencia, sus modificaciones o mejoras.
Podrá
contactarse con el Gestor de Autoprotección o en la web de
la Universidad.
Buzones
de sugerencias
La
sugerencias serán dirigidas al Gestor de Autoprotección
directamente o mediante dirección de correo electrónico.
Cualquier
“elemento” susceptible de generar riesgo ha de ser analizado durante el
periodo de implantación, conforme a determinadas condiciones establecidas
por el sistema.
Como
“elemento” se entiende cualquier actividad y/o proceso, materia, instalación,
equipo, edificación, u otro, que pueda entrañar un riesgo
para las personas, los bienes, el medio ambiente o la actividad del Campus.
En
relación con los riesgos la evaluación puede tener como
objetivos:
Riesgos
existentes.
Especialmente referentes a condiciones de evacuación, instalaciones
y gases.
Nuevos
riesgos.
Por la incorporación de nuevos elementos, su reforma o el
cambio en sus características, condiciones de uso, etc.
Puesta
de manifiesto de riesgos no detectados.
Determinados incidentes, conatos o siniestros permiten, a posteriori,
identificar riesgos no detectados sobre los que se debe actuar para
evitar su repetición.
Cuando
se introduzcan nuevas actividades, equipos, instalaciones o construcciones
o siempre que se proceda a una reforma, cambio o modificación sustancial
de las mismas se realizará un estudio de los riesgos afectos al
ámbito de la Autoprotección que puedan introducirse, bien
por ser nuevos o por ciertos cambios en determinadas condiciones.
Lo
anterior se deberá notificar al Gestor de Autoprotección
Ante
determinados sucesos devenidos, y tras de su análisis, se procederá
a su reestudio para evitar la reincidencia.
El
Gestor de Autoprotección arbitrará mecanismos para realizar
esta tarea de forma sistemática. Ello exige la cooperación
y la participación de toda la estructura organizativa con autoridad
y responsabilidad, en cada caso.
Esta
tarea es también contemplada en la Gestión de Riesgos laborales.
Mediante
la obtención de datos relativos a los sucesos con especial significado
(sean conatos –incidentes-, emergencias u otro tipo de hechos), se establecerán
con objetividad los hechos relevantes, las causas que los originaron,
las consecuencias y las circunstancias favorables o desfavorables que
pudieran haber concurrido.
El
objetivo no es otro que adoptar las medidas correctivas, preventivas y
de protección para impedir la repetición del suceso y para
modificar el sistema en aquello que fuera necesario.
Esta
investigación corresponderá al Servicio de Seguridad en
caso de comportamientos antisociales, Unidad Técnica en caso de
que origen se sitúe en equipos o instalaciones o al Servicio de
Prevención (una vez constituido éste) cuando afecte a su
ámbito de competencias.
De
esta forma, esta actividad coadyuda, a su vez, a la mejora de la autoprotección.
Es
esencial que la investigación alcance a cualquier conato o suceso
con especial significado por pequeño que se considere, ya que estos
aportan gran información para la mejora de la autoprotección.
Con
independencia de otras actuaciones propias de la investigación
de sucesos que puedan tener otros objetivos distintos ajenos, esta indagación
debe ser abordada con un carácter positivo (ajeno a lo punitivo).
El
Gestor de Autoprotección, junto al Jefe de Emergencia, recibirán
cumplida información y analizarán en su conjunto los resultados
de las investigaciones efectuadas respecto a incidentes (conatos) y emergencias
habidas para determinar los puntos críticos de la organización,
y del sistema, y las causas básicas repetitivas, haciéndose
un seguimiento de las medidas correctoras, preventivas y de protección
que se deriven.
Aquellos
eventos puntuales que pueden requerir la adopción de determinadas
medidas (especialmente sanitarias y de vigilancia) para su desarrollo
seguro, y para preservar las actividades, el patrimonio y la imagen corporativa.
Los
actos incluidos, a título indicativo, pueden exigir dicha atención
especial por algunos de los motivos siguientes:
Gran concentración
de personas.
Utilización
del campus o de instalaciones universitarias a preservar.
Uso de
equipos ajenos o actividades que puedan entrañar riesgos.
En
cualquier situación se atenderá a las Leyes y Normativas
de obligado cumplimiento.
Cabe
diferenciar ente aquellos eventos en los que la Entidad Universitaria
es la que tiene una responsabilidad directa (es autoorganizadora) o mantiene
una responsabilidad indirecta ( cesión de las instalaciones a un
tercer organizador).
La
Gerencia, los Vicerrectorados que correspondan (organizadores o autorizadores)
podrán solicitar, en función de las características
y circunstancias del acto, el dictamen del Gestor de Autoprotección
y/o del Coordinador de Seguridad quienes determinarás las actuaciones
correspondientes, que bien pueden ser, la exigencia de unas determinadas
medidas.
En
cualquier caso, se atenderá:
Los
medios y recursos con los que se pretende disponer y/o sean exigibles
(vigilancia, protección, etc.).
Las
medidas organizativas y la organización necesaria y/o aconsejable.
La
necesidad de asegurar determinados elementos.
La
organización de los servicios de Seguridad y emergencia que
deben de estar alertados y/o movilizados (Atención y/o Emergencia
Sanitaria, Protección Civil, Policía Local, Policía
Nacional, Bomberos, etc. ).
El
principio de la identificación y evaluación de los riesgos
es prioritario desde el mismo instante en el que se decide la incorporación
de un nuevo elemento en el campus.
Este
aspecto adquiere una especial relevancia ante la nueva construcción
y/o reformas de la edificación existente.
Es
ineludible que en los proyectos de las nuevas edificaciones, o las reformas,
desde el comienzo de su diseño, se incorpore un mecanismo para
evitar los riesgos posteriores derivados de la actividad que en ellos
se desarrollará o de las instalaciones con las que estarán
dotados.
Para
ello, a lo largo de todo el proceso por el que pasa una construcción,
o reforma (diseño funcional , constructivo y de instalaciones,
visados y autorizaciones, contratación, construcción, entrega)
se asegure el espíritu perseguido en este sistema.
Debe
asegurarse:
Facultar
al GESTOR DE AUTOPROTECCIÓN para supervisar los aspectos
relativos a la seguridad y la autoprotección
El estudio
de las actividades que albergará con el fin de estudiar los
riesgos que las acompañen.
El estudio
de las instalaciones y equipamientos susceptible de riesgo.
La adecuación
de la edificación a las exigencias y recomendaciones relativas
a los sistemas de protección contra el fuego y de evacuación.
Por
su importancia se exigirá el cumplimiento estricto de la Norma
Básica Contraincendios NBE/PCI-96, en particular lo exigido en
los artículos 2.4., 3.1., 3.2. y 3.3.
Asimismo,
se deberá exigirse al contratista, a la entrega de la obra el proyecto
según construcción de las instalaciones contraincendios
y los manuales de operación y de mantenimiento.
Del
proceso, quedará constancia documental en el Sistema de Documentación
y registro.
El
mantenimiento es considerado como un factor estratégico para incrementar
la seguridad, e incide de manera directa en la autoprotección.
Debe
aspirarse a que el mantenimiento se lleve a cabo mediante técnicas
y sistemas que posibiliten su estructuración, su planificación
y actualización para conservar las instalaciones y equipamientos
en condiciones adecuadas de uso y de seguridad, y que no presupongan riesgos
susceptibles de provocar situaciones de emergencia.
Además
debe satisfacer la necesidad de controlar el importante volumen de información
que genera la actividad mantenedora, cuyo objetivos básicos son:
Proporcionar el conocimiento sobre las instalaciones y sobre su estado.
Posibilitar el establecimiento de acciones (programas preventivos,
correctivos, grandes reparaciones, cambios, etc.)
Facilitar la mejora de las instalaciones y de su gestión.
En
relación con la seguridad y la autoprotección el mantenimiento
aporta:
Disponer de unas instalaciones, equipamientos y recursos en condiciones
operativas, de máxima eficacia, y de seguridad.
Evitar defectos y fallos operativos y disponer de procesos tendentes
a solventarlos con criterios de eficacia.
Arbitrar mecanismos para que, en caso de fallo o defecto, se actúe
para ponerlas en posición segura.
Disponer de una información, organizada, planificada y actualizada
para la gestión.
En
función de quien lo ejecute, cabe identificar dos tipos de mantenimiento:
Contratado. Realizado por empresa externas.
Mediante recursos propios.
El
Responsable de la Unidad Técnica acometerá la consecución
de estos objetivos en cuanto de ésta dependa, priorizando las actividades
tendentes a ello en función de los recursos y política de
seguridad de la Universidad. Por último, se evaluará la
congruencia entre las necesidades y los recursos.
Esta
información se mantendrá actualizada y será remitirá
al Responsable de Autoprotección para su conocimiento.
Una
parte importante de la protección y de las actuaciones ante las
emergencias en caso de incendio, descansa sobre estos sistemas.
Con
frecuencia, la atención a estos sistemas se reduce al mantenimiento
exigido por el RIPCI-93, que debe realizarse a través de un mantenedor
homologado.
Sin
embargo, la necesidad de su estado de máxima eficacia y adecuación,
exige tomar otras medidas tan importantes como las que se expresan a continuación:
Documentar los elementos “no modificables” de estos sistemas (obligación
del artículo 3.1. de la NBE/CPI-96).
Se
pretende que exista una constancia documental de su importancia que
sirva, a su vez como guía, ante futuras reformas.
Incluye:
Usos, Compartimentación, Recorridos de evacuación, Comportamiento
al fuego de los elementos estructurales, los que cierran sectores
y otros cuyo cambio puede entrañar variaciones sensibles en
la protección al fuego, Instalaciones contraincendios y sus
dotaciones, Sistemas de ventilación contraincendios.
Cualquier
reforma de las anteriores, deberá ser comunicada para comprobar
su afectación, sea documentada y se autorice.
Todo
nuevo edificio deberá llevar un proyecto justificativo de
dichas instalaciones según la especificación de la
Norma NBE/PCI-96 y deberá documentarse los elementos "no
modificables".
Contratación del mantenimiento con un mantenedor homologado,
según RIPCI-93.
Realizar y mantener actualizado un inventario completo de los sistemas
contraincendios (que posibilite la inspección y el control).
Inspecciones periódicas programadas de la sectorización.
Se ha de comprobar, como mínimo, el adecuado funcionamiento
de las puertas de cerramiento resistentes al fuego (Ajuste del cierre,
accionamientos de los cierres automáticos, Buen funcionamiento
de picaportes y accionamientos antipánico, así como
retenedores automáticos y electroventosas, Estado de las mirillas).
Inspección del sistema de evacuación, comprobando: recorridos
de evacuación, puertas en los recorridos, escaleras de incendio
en perfecto estado, señalización e iluminación
adecuadas, inexistencia de deslizamiento en escaleras o rampas.
Inspección del alumbrado de emergencia: Prueba periódica
por interrupción de suministro y caída de tensión,
del suministro de 2 horas, adecuación a los objetivos, Estado
y carga de las baterías.
Con independencia del mantenimiento obligado por el RIPCI-93, realizar
inspecciones y controles sobre los elementos que componen los sistemas
de protección contra el fuego y evacuación: no faltan
elementos, están en su sitio, es fácil su identificación,
están accesibles, son fácilmente utilizables, etc.
Pruebas y puestas en funcionamiento periódicos de ciertos elementos
de las instalaciones contraincendios: grupos de presión, hidrantes,
etc.
El
Gestor de Autoprotección y El Jefe de la Unidad de Técnica
programarán el diseño de estas actividades, así como
la actualización de la información que se vaya elaborando.
Se
trata de establecer un catálogo de MEDIOS AUXILIARES, en el campus.
Sus
objetivos, son dos:
Disponer de un inventario éstos para su control y revisión.
Disponer de un inventario ante los casos de emergencia.
La
Unidad de Mantenimiento y los Responsables de las instalaciones y equipamientos
procederán a la recogida de datos inicial y al mantenimiento actualizado.
Bianualmente,
se revisará y actualizarán dichos catálogos.
Aún
siendo un Recurso Externo y ajeno a la actividad y organización
universitaria, es un elemento esencial ante las emergencias.
Del
grado de su integración y de la coordinación previa que
se alcance, dependerá en gran medida la eficacia de su intervención
y la severidad de las consecuencias de los sucesos en los que participen.
Todo
ello, nos permite señalar que esta tarea de integración
con la Ayuda Externa no se inicia con la llamada ante una emergencia
en el campus.
Para
lograr la integración y su aseguramiento, es preciso establecer
unas relaciones fluidas que posibiliten el conocimiento mutuo y el intercambio
de una información amplia.
Se
realizarán las actividades siguientes:
Reuniones
de las estructuras directivas (a distintos niveles).
Programación
de visitas para que los componentes de la Ayuda Externa conozcan y
se familiaricen con las instalaciones (sobre todo con aquellas singulares).
Programación
de ejercicios y simulacros.
Intercambios
de información y comunicación.
Se
podrán planificar reuniones con los diferentes servicios de la
Ayuda Externa (Bomberos, Emergencias Sanitaria, Policía Local,
Policía Nacional, Protección Civil, etc.) para intercambiar
información y/o fijar programas de trabajo sobre los aspectos antes
citados.
Como
interlocutor ejercerá el Gestor de Autoprotección.
La
Estructura de la organización diseñada ante las situaciones
de emergencia debe mantenerse operativa en cualquier momento, así
como las interfases cuando se ponen de manifiesto dichos sucesos.
Las
situaciones de emergencia se producen esporádica e infrecuentemente.
Este hecho representa una dificultad añadida para mantener alerta
y preparada la organización.
Para
responder con eficacia e inmediatez es preciso comprobar periódicamente
la operatividad de los equipos humanos y materiales, mediante ejercicios
y simulacros.
Corresponde
al Gestor de Autoprotección la fijación de los ejercicios
y simulacros, así como las directrices de su realización.
En
la realización de simulacros, se establecen como objetivos los
siguientes:
Mantener
el nivel de capacitación de los intervinientes.
Asegurar
el correcto empleo de los recursos.
Verificar
la coordinación del conjunto de los medios humanos y materiales.
Verificar
el buen funcionamiento de los sistemas de alerta y de comunicaciones
previstos en los planes de emergencia.
Comprobar
el estado real de preparación.
Ejercicios
Se
refieren al desarrollo de operaciones concretas y se incardinarán
en los simulacros.
Existe
una importante variedad. Algunos objetivos específicos:
De
alerta y comunicaciones.
De
localización de la estructura operativa, a distintos niveles:
grupos de emergencia, comités, cadena demando, etc.
De
movilización de la estructura operativa.
De
evacuación.
De
movilización de medios de la Ayuda Externa.
De
comprobación del funcionamiento y/o operatividad de sistemas.
De
verificación de datos.
Emergencia
sanitaria.
Coordinación
con la Ayuda Externa.
Simulacros
Hacen
referencia a la activación de medios humanos y materiales del Plan
de emergencia, en el marco de la simulación de una situación
de emergencia.
Los
simulacros deben de tener un diseño claro, así como los
objetivos que se pretenden alcanzar.
Debe
de disponer de cierta flexibilidad para conseguir un equilibrio entre
la acción y la simulación.
Los
objetivos específicos perseguidos:
Comprobar
la eficacia ante una emergencia determinada.
Verificar
el adiestramiento del personal, la disponibilidad y operatividad
de los medios.
Debe
de recordarse que los simulacros han de prepararse, no ensayarse. El factor
sorpresa, si no puede alcanzarse, si al menos debe realizarse un esfuerzo
por conseguirlo, al menos en los aspectos parciales.
Al
finalizar el ejercicio, se efectuará un análisis de los
resultados sobre lo observado: tiempos empleados, medios utilizados, deficiencias,
etc.
El
Gestor de Autoprotección programará anualmente un número
significativo de de simulacros, en función del grado de implantación
y de eficacia conseguida.
El
Gestor de Autoprotección planificará anualmente los ejercicios
y simulacros y sus características y objetivos. A tal fin solicitará
la cooperación de la Gerencia de la Universidad y contará
con la participación del Jefe de Emergencia y de todos los integrantes
de los equipos de la organización de emergencias.
La
respuesta frente a las emergencias queda prefijada por medio de 2 tipos
de planes:
Plan
Superior de Emergencias de la Universidad de Almería
Como
plan director prefija la organización general dispuesta
para responder a las emergencias en la universidad.
Asimismo,
establece la organización superior ante aquellos sucesos
graves con afectación a toda la estructura universitaria,
o cuando especiales circunstancias lo aconsejen.
Planes
Operativos de Emergencia por “área”
Su
ámbito de acción corresponde, bien al propio campus
o a los edificios:
Plan
Operativo de Emergencia del campus: establece las respuestas operativas
ante un evento en el campus.
Plan
Operativo de Emergencia de edificio: prefija las actuaciones operativas
frente a los sucesos en los edificios.
Como
norma general se establecen los siguientes criterios con relación
a dichos planes:
Ante
un suceso con afectación a un área del campus, o a
su totalidad, se activará el Plan Operativo de Emergencia
del Campus.
Frente
a un suceso que afecte a un edificio: se activará el Plan
Operativo de emergencia del edificio correspondiente.
Cuando
un evento involucre, o pueda involucrar a toda la organización
universitaria o sus actividades, o las circunstancias de un siniestro
en el campus o en un edifico así lo aconsejen se activará,
además, el mecanismo de nivel superior expresado en el
presente Plan Superior de Emergencias de la Universidad.
La
organización de la emergencia se ha adaptado a la tipología
de los sucesos y a la magnitud consecuencial y pretende ser lo suficientemente
flexible como para dar una respuesta eficaz e inmediata.
Básicamente
se han previsto dos niveles de acción, en función de sus
objetivos y las funciones encomendadas:
Nivel Superior
Nivel Operativo
Nivel
Superior
En
determinadas situaciones, es preciso realizar otras actividades fuera
del área de escenario para garantizar la respuesta de la estructura
de Dirección y de toda la Comunidad universitaria.
Las
acciones correspondientes a este nivel quedan establecidas en razón
de unos niveles de respuesta:
RESPUESTAS
CORRESPONDIENTES AL NIVEL SUPERIOR
-PLAN
SUPERIOR DE EMERGENCIA-
PRE-EMERGENCIA
Activación
frente a la previsión de un riesgo potencial.
EMERGENCIA
MENOR
Ante
un evento menor [1] , es necesario adoptar acciones
o medidas determinadas, además de las operativas contenidas
en los planes operativos.
EMERGENCIA
MAYOR (CATASTROFE)
Ante
una situación de accidente o catástrofe, es preciso
la activación máxima de la organización
Las
funciones encomendadas son las siguientes:
Gestionar y dirigir las actuaciones propias de la estructura de la
Dirección Universitaria tendentes al regreso a la normalidad.
Diseñar y modificar las actividades docentes y asociadas hasta
la completa normalización.
Asegurar el flujo de información interno, eficaz y adecuado,
tanto hacia la estructura de Dirección, como a todos los componentes
y miembros de la sociedad universitaria (personal laboral, docente,
investigación, estudiantes).
Diseñar el flujo de información apropiado hacia el exterior
desde la organización universitaria.
Posibilitar la integración con las Administraciones y Organizaciones
Públicas involucradas de alguna de las formas en la situación
sobrevenida.
Las
activaciones y la comunicación quedan aseguradas por:
El Gestor de Autoprotección
El Comité de emergencia (o de crisis).
Nivel
Operativo
Su
misión es participar e intervenir directamente en el escenario
del suceso, conforme a unos niveles de respuesta acordes al suceso.
RESPUESTAS
CORRESPONDIENTES A LOS NIVELES OPERATIVOS
-PLANES
OPERATIVOS DE EMERGENCIA-
TIPO
0. CONATO DE EMERGENCIA
Incidencia
o accidente con inmediato control.
TIPO
1. EMERGENCIA LIMITADA
Suceso
que, para ser dominado, requiere la actuación operativa de
los equipos de la emergencia propios.
TIPO
2. EMERGENCIA GENERAL
Se
requiere el concurso de la Ayuda Externa.
Sus
funciones son las siguientes:
Mitigación
y control del suceso
Socorrer
a los heridos.
Evacuar
el escenario y las posibles áreas de influencia.
Disponer
las instalaciones y medios en condiciones favorables para la seguridad.
Información
rápida y contrastada. Comunicación ágil.
Activaciones
escalonadas en función del suceso y su evolución más
previsible.
Coordinación
entre los equipos y con los medios disponibles
Los
grupos o elementos integrantes del nivel operativo son los que se señalan:
Jefe de Emergencia. Máximo responsable de
la gestión operativa en las situaciones de emergencia.
Centro de Control y Comunicaciones (CCC). Encargado
de recibir todos los avisos de posibles situaciones de emergencia
y transmitirlos oportunamente.
Equipos de 1ª intervención (EPI). Actúan
en los primeros instantes de la emergencia. En primer lugar intentará
evitarla y, si no es posible, pondrá en marcha los mecanismos
de alarma establecidos e intentará minimizar los efectos sobre
personas y los bienes.
Equipos de 2ª intervención (ESI). Como escalón
superior acuden si los anteriores no han sido capaces de controlar
los efectos de la emergencia; Son poseedores de una mayor capacitación
frente a los sucesos.
Equipos de Alarma y Evacuación (EAE). Coordinadores,
cuando sea requerido, de efectuar la evacuación de los edificios
y dar las señales de alarma necesarias.
Además
de los planes se han elaborado distintas separatas para cada uno de los
integrantes de la organización de emergencia, así como otra
dirigida a la comunidad universitaria.
Dicha
planificación será revisada y periódicamente actualizada
a fin de lograr la máxima eficacia.