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PLAN DE AUTOPROTECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ALMERÍA MANUAL DEL SISTEMA DE GESTIÓN
0 POLÍTICA.
Dentro del contexto de la política de seguridad integral preconizado por la Universidad de Almería, se ha llevado a cabo la planificación de la Autoprotección en el Campus Universitario. La autoprotección engloba las actividades encaminadas a prevenir y a proteger de los riesgos a las personas, los bienes, el medio ambiente y las actividades de la Universidad. Para los casos en que los riesgos se pongan de manifiesto, desembocando en situaciones de emergencia, se han incorporado unos planes de respuesta o planes de emergencia. Con el objeto de abordar la autoprotección se ha diseñado un sistema de gestión, del que este manual es su expresión. El sistema de gestión está dirigido al logro y al fomento de la prevención y a la protección de las personas, los bienes, el medio ambiente y las actividades de la Universidad. Fundamentalmente, y de forma general, las actividades han sido encomendadas a la estructura de la organización y a componentes específicos con responsabilidades concretas. Sin embargo, no se debe caer en el error de que la seguridad y la autoprotección se logrará de forma exclusiva con el esfuerzo de los relacionados. La seguridad y la autoprotección es una tarea de todos que a todos alcanza, y que exige la participación y la diligencia de toda la comunidad universitaria en sus quehaceres diarios. Para ello es preciso:
Lograr una Universidad segura además de un derecho y un deber individual y colectivo, es una tarea de toda la familia universitaria, que redunda en beneficio de todos sus integrantes.
La autoprotección es el conjunto sistemático de previsiones y de actuaciones aplicables y encaminadas a prevenir y a evitar las emergencias derivadas de los riesgos. En caso de ponerse de manifiesto dichos riesgos, desembocando en situaciones de emergencia, establece las medidas para reducir, las consecuencias negativas con inmediatez y eficacia. De acuerdo con el concepto, los objetivos de la autoprotección son los que se expresan:
Estos objetivos están relacionados con cualesquiera de las actividades, los equipos o los elementos susceptibles de riesgo para las personas, el medio ambiente o las actividades en el Campus Universitario o sus asociadas. Para lograr dichos objetivos, la autoprotección se establece conforme a los criterios directores siguientes:
Para lograr sus objetivos, es preciso que integralmente se lleven a cabo una serie de actividades cuya ejecución compete a toda la organización universitaria y sus componentes.
El Manual de gestión desarrolla y da contenido al sistema de gestión de la autoprotección en el Campus universitario de la Universidad de Almería. Constituye un marco de referencia que preside y orienta el conjunto de actividades, procedimientos y de herramientas para lograr los fines pretendidos con la autoprotección.
El Manual de gestión tiene por objeto:
El contenido de este Manual podrá someterse a revisión y a modificación cuando la normativa o la experiencia lo aconsejen; mínimamente será revisado cada 4 años, siendo el Gestor de Autoprotección el encargado de proponer al Rectorado las modificaciones que procedan. El periodo de implantación del mismo se fija en 3 años. La realización de planes de emergencia para laboratorios, se establece para una segunda fase transcurido el periodo de implantación del presente plan.
El Manual se aplicará y será norma de obligado cumplimiento para TODOS los componentes del campus Universitario: administrativo, docente, investigador, de servicios, propios y/o contratados, y del alumnado.
Este sistema es compatible con la existencia de otros diseñados para gestionar otros objetivos (prevención de riesgos, laborales, calidad, medioambiente). De hecho, su pretensión no es tanto establecer nuevas actividades, y procedimientos para llevarlas a cabo, sino recalcar la necesidad de contemplar determinadas actividades, así como prefijar una forma de ejecutarlas. Muchas de las tareas contenidas, forman parte de otras funciones, o de otras áreas de la seguridad, y su objetivo es apuntar determinadas condiciones para ser realizadas.
A continuación se relacionan los componenetes de la estructura universitaria relacionados con la autoprotección.
RIESGOUn riesgo se define como la característica de un "elemento" (actividad, proceso, materia, equipo, instalación, edificación u otros) susceptible de amenazar la seguridad de las personas, la del medio ambiente o las actividades del Campus Universitario o sus asociadas. Todo riesgo queda caracterizado por:
En definitiva, pueden agruparse en factores:
A los efectos de catalogar un suceso derivado de un riesgo se identifican:
BASE DEL SISTEMAEl sistema se sustenta sobre los principios siguientes:
CONTENIDO DEL SISTEMAEste sistema establece las actividades, y la forma de realizarlas, para una gestión en consonancia con los principios expresados y para asegurar su realización con criterios de eficacia. En este Manual de gestión, se describen, a continuación, tales actividades. Si se considera necesario, se desarrollan específicamente mediante procedimientos. Con esta filosofía se posibilita el posterior desarrollo de cualquier actividad aquí contenida en un procedimiento, cuando los responsables decidan la necesidad de su desarrollo específico. GRUPOS DE ACTIVIDADESPara lograr la autoprotección frente a los riesgos, este sistema propone un conjunto de 5 grupos de actividades.
Estas actividades, son el origen, a su vez, de las restantes: prevención, protección y emergencias.
Las actividades incluidas en el sistema son las que se expresan a continuación:
Dicho informe:
Su elaboración corresponde al Gestor de Autoprotección (Secretario De Política De Prevención De Riesgos Laborales). A título indicativo, para la elaboración se tendrán en consideración las informaciones siguientes:
Dichos informes se adjuntarán, o se realizarán en conjunto, con los que se elaboren como consecuencia de la gestión de la prevención de riesgos laborales.
Este programa contendrá las acciones concretas a realizar, tanto de cada una de las acciones, como de los objetivos que se persiguen. Es responsabilidad del Gestor de Autoprotección (Secretario De Política De Prevención De Riesgos Laborales), con el apoyo de los distintos Responsables de la línea de Dirección la elaboración consensuada de dicho documento. La aprobación definitiva corresponde al Rector de la Universidad. Se señalan a continuación, a título indicativo, algunos de los puntos que puede contener:
La programación anual se adjuntará, o se realizará en conjunto, con la que se elabore como consecuencia de la gestión de la prevención de riesgos laborales.
Mínimamente, deberá ser revisado cada 4 años.
La preparación del Manual es responsabilidad del Gestor de la Autoprotección. Como norma general las instrucciones, normas y programas afectos al ámbito de la Autoprotección pueden ser confeccionadas por los responsables de la Línea de Dirección. Los registros son archivados por el Gestor de Autoprotección; los Responsables de la Línea de Dirección tienen el deber de remitirle copia del mismo y archivar aquellos que les afecten.
Como objetivos básicos debe dirigirse hacia el fomento de la capacitación, entendida como la integración de 3 aspectos: formación, adiestramiento y entrenamiento. De forma particular se dirige a los integrantes en la organización de la emergencia diseñada en el nivel operativo. Al nivel operativo: Personal de los equipos de primera intervención -EPI-
Personal de los equipos de segunda intervención -ESI- y de alarma y evacuación -EAE-
Personal del Centro de Control y de Comunicaciones -CCC-
La formación se planificará anualmente, quedando recogida en el Programa Anual de Actividades.
Gran parte de los problemas, provienen de la falta de comunicación, o en todo caso de un proceso incompleto. Con distintos objetivos y sentidos, se citan a continuación aquellos con especial relevancia.
Como "elemento" se entiende cualquier actividad y/o proceso, materia, instalación, equipo, edificación, u otro, que pueda entrañar un riesgo para las personas, los bienes, el medio ambiente o la actividad del Campus. En relación con los riesgos la evaluación puede tener como objetivos: Riesgos existentes. Especialmente referentes a condiciones de evacuación, instalaciones y gases. Nuevos riesgos. Por la incorporación de nuevos elementos, su reforma o el cambio en sus características, condiciones de uso, etc. Puesta de manifiesto de riesgos no detectados. Determinados incidentes, conatos o siniestros permiten, a posteriori, identificar riesgos no detectados sobre los que se debe actuar para evitar su repetición. Cuando se introduzcan nuevas actividades, equipos, instalaciones o construcciones o siempre que se proceda a una reforma, cambio o modificación sustancial de las mismas se realizará un estudio de los riesgos afectos al ámbito de la Autoprotección que puedan introducirse, bien por ser nuevos o por ciertos cambios en determinadas condiciones. Lo anterior se deberá notificar al Gestor de Autoprotección Ante determinados sucesos devenidos, y tras de su análisis, se procederá a su reestudio para evitar la reincidencia. El Gestor
de Autoprotección arbitrará mecanismos para realizar esta tarea de forma
sistemática. Ello exige la cooperación y la participación de toda la estructura
organizativa con autoridad y responsabilidad, en cada caso.
Mediante la obtención de datos relativos a los sucesos con especial significado (sean conatos incidentes-, emergencias u otro tipo de hechos), se establecerán con objetividad los hechos relevantes, las causas que los originaron, las consecuencias y las circunstancias favorables o desfavorables que pudieran haber concurrido. El objetivo no es otro que adoptar las medidas correctivas, preventivas y de protección para impedir la repetición del suceso y para modificar el sistema en aquello que fuera necesario. Esta investigación corresponderá al Servicio de Seguridad en caso de comportamientos antisociales, Unidad Técnica en caso de que origen se sitúe en equipos o instalaciones o al Servicio de Prevención (una vez constituido éste) cuando afecte a su ámbito de competencias. De esta forma, esta actividad coadyuda, a su vez, a la mejora de la autoprotección. Es esencial que la investigación alcance a cualquier conato o suceso con especial significado por pequeño que se considere, ya que estos aportan gran información para la mejora de la autoprotección. Con independencia de otras actuaciones propias de la investigación de sucesos que puedan tener otros objetivos distintos ajenos, esta indagación debe ser abordada con un carácter positivo (ajeno a lo punitivo). El Gestor de Autoprotección, junto al Jefe de Emergencia, recibirán cumplida información y analizarán en su conjunto los resultados de las investigaciones efectuadas respecto a incidentes (conatos) y emergencias habidas para determinar los puntos críticos de la organización, y del sistema, y las causas básicas repetitivas, haciéndose un seguimiento de las medidas correctoras, preventivas y de protección que se deriven.
Los actos incluidos, a título indicativo, pueden exigir dicha atención especial por algunos de los motivos siguientes: Gran concentración de personas. Utilización del campus o de instalaciones universitarias a preservar. Uso de equipos ajenos o actividades que puedan entrañar riesgos. En cualquier situación se atenderá a las Leyes y Normativas de obligado cumplimiento. Cabe diferenciar ente aquellos eventos en los que la Entidad Universitaria es la que tiene una responsabilidad directa (es autoorganizadora) o mantiene una responsabilidad indirecta ( cesión de las instalaciones a un tercer organizador). La Gerencia, los Vicerrectorados que correspondan (organizadores o autorizadores) podrán solicitar, en función de las características y circunstancias del acto, el dictamen del Gestor de Autoprotección y/o del Coordinador de Seguridad quienes determinarás las actuaciones correspondientes, que bien pueden ser, la exigencia de unas determinadas medidas. En cualquier caso, se atenderá: Los medios y recursos con los que se pretende disponer y/o sean exigibles (vigilancia, protección, etc.). Las medidas organizativas y la organización necesaria y/o aconsejable. La necesidad de asegurar determinados elementos. La organización de los servicios de Seguridad y emergencia que deben de estar alertados y/o movilizados (Atención y/o Emergencia Sanitaria, Protección Civil, Policía Local, Policía Nacional, Bomberos, etc. ).
Este aspecto adquiere una especial relevancia ante la nueva construcción y/o reformas de la edificación existente. Es ineludible que en los proyectos de las nuevas edificaciones, o las reformas, desde el comienzo de su diseño, se incorpore un mecanismo para evitar los riesgos posteriores derivados de la actividad que en ellos se desarrollará o de las instalaciones con las que estarán dotados. Para ello, a lo largo de todo el proceso por el que pasa una construcción, o reforma (diseño funcional , constructivo y de instalaciones, visados y autorizaciones, contratación, construcción, entrega) se asegure el espíritu perseguido en este sistema. Debe asegurarse: Facultar al GESTOR DE AUTOPROTECCIÓN para supervisar los aspectos relativos a la seguridad y la autoprotección El estudio de las actividades que albergará con el fin de estudiar los riesgos que las acompañen. El estudio de las instalaciones y equipamientos susceptible de riesgo. La adecuación de la edificación a las exigencias y recomendaciones relativas a los sistemas de protección contra el fuego y de evacuación. Por su importancia se exigirá el cumplimiento estricto de la Norma Básica Contraincendios NBE/PCI-96, en particular lo exigido en los artículos 2.4., 3.1., 3.2. y 3.3. Asimismo, se deberá exigirse al contratista, a la entrega de la obra el proyecto según construcción de las instalaciones contraincendios y los manuales de operación y de mantenimiento. Del proceso, quedará constancia documental en el Sistema de Documentación y registro.
Debe aspirarse a que el mantenimiento se lleve a cabo mediante técnicas y sistemas que posibiliten su estructuración, su planificación y actualización para conservar las instalaciones y equipamientos en condiciones adecuadas de uso y de seguridad, y que no presupongan riesgos susceptibles de provocar situaciones de emergencia. Además debe satisfacer la necesidad de controlar el importante volumen de información que genera la actividad mantenedora, cuyo objetivos básicos son: Proporcionar el conocimiento sobre las instalaciones y sobre su estado. Posibilitar el establecimiento de acciones (programas preventivos, correctivos, grandes reparaciones, cambios, etc.) Facilitar la mejora de las instalaciones y de su gestión. En relación con la seguridad y la autoprotección el mantenimiento aporta: Disponer de unas instalaciones, equipamientos y recursos en condiciones operativas, de máxima eficacia, y de seguridad. Evitar defectos y fallos operativos y disponer de procesos tendentes a solventarlos con criterios de eficacia. Arbitrar mecanismos para que, en caso de fallo o defecto, se actúe para ponerlas en posición segura. Disponer de una información, organizada, planificada y actualizada para la gestión. En función de quien lo ejecute, cabe identificar dos tipos de mantenimiento: Contratado. Realizado por empresa externas. Mediante recursos propios. El Responsable de la Unidad Técnica acometerá la consecución de estos objetivos en cuanto de ésta dependa, priorizando las actividades tendentes a ello en función de los recursos y política de seguridad de la Universidad. Por último, se evaluará la congruencia entre las necesidades y los recursos. Esta información se mantendrá actualizada y será remitirá al Responsable de Autoprotección para su conocimiento.
Con frecuencia, la atención a estos sistemas se reduce al mantenimiento exigido por el RIPCI-93, que debe realizarse a través de un mantenedor homologado. Sin embargo, la necesidad de su estado de máxima eficacia y adecuación, exige tomar otras medidas tan importantes como las que se expresan a continuación: Documentar los elementos "no modificables" de estos sistemas (obligación del artículo 3.1. de la NBE/CPI-96). Se pretende que exista una constancia documental de su importancia que sirva, a su vez como guía, ante futuras reformas. Incluye: Usos, Compartimentación, Recorridos de evacuación, Comportamiento al fuego de los elementos estructurales, los que cierran sectores y otros cuyo cambio puede entrañar variaciones sensibles en la protección al fuego, Instalaciones contraincendios y sus dotaciones, Sistemas de ventilación contraincendios. Cualquier reforma de las anteriores, deberá ser comunicada para comprobar su afectación, sea documentada y se autorice. Todo nuevo edificio deberá llevar un proyecto justificativo de dichas instalaciones según la especificación de la Norma NBE/PCI-96 y deberá documentarse los elementos "no modificables". Contratación del mantenimiento con un mantenedor homologado, según RIPCI-93. Realizar y mantener actualizado un inventario completo de los sistemas contraincendios (que posibilite la inspección y el control). Inspecciones periódicas programadas de la sectorización. Se ha de comprobar, como mínimo, el adecuado funcionamiento de las puertas de cerramiento resistentes al fuego (Ajuste del cierre, accionamientos de los cierres automáticos, Buen funcionamiento de picaportes y accionamientos antipánico, así como retenedores automáticos y electroventosas, Estado de las mirillas). Inspección del sistema de evacuación, comprobando: recorridos de evacuación, puertas en los recorridos, escaleras de incendio en perfecto estado, señalización e iluminación adecuadas, inexistencia de deslizamiento en escaleras o rampas. Inspección del alumbrado de emergencia: Prueba periódica por interrupción de suministro y caída de tensión, del suministro de 2 horas, adecuación a los objetivos, Estado y carga de las baterías. Con independencia del mantenimiento obligado por el RIPCI-93, realizar inspecciones y controles sobre los elementos que componen los sistemas de protección contra el fuego y evacuación: no faltan elementos, están en su sitio, es fácil su identificación, están accesibles, son fácilmente utilizables, etc. Pruebas y puestas en funcionamiento periódicos de ciertos elementos de las instalaciones contraincendios: grupos de presión, hidrantes, etc. El Gestor de Autoprotección y El Jefe de la Unidad de Técnica programarán el diseño de estas actividades, así como la actualización de la información que se vaya elaborando.
Sus objetivos, son dos: Disponer de un inventario éstos para su control y revisión. Disponer de un inventario ante los casos de emergencia. La Unidad de Mantenimiento y los Responsables de las instalaciones y equipamientos procederán a la recogida de datos inicial y al mantenimiento actualizado. Bianualmente, se revisará y actualizarán dichos catálogos.
Del grado de su integración y de la coordinación previa que se alcance, dependerá en gran medida la eficacia de su intervención y la severidad de las consecuencias de los sucesos en los que participen. Todo ello, nos permite señalar que esta tarea de integración con la Ayuda Externa no se inicia con la llamada ante una emergencia en el campus. Para lograr la integración y su aseguramiento, es preciso establecer unas relaciones fluidas que posibiliten el conocimiento mutuo y el intercambio de una información amplia. Se realizarán las actividades siguientes: Reuniones de las estructuras directivas (a distintos niveles). Programación de visitas para que los componentes de la Ayuda Externa conozcan y se familiaricen con las instalaciones (sobre todo con aquellas singulares). Programación de ejercicios y simulacros. Intercambios de información y comunicación. Se podrán planificar reuniones con los diferentes servicios de la Ayuda Externa (Bomberos, Emergencias Sanitaria, Policía Local, Policía Nacional, Protección Civil, etc.) para intercambiar información y/o fijar programas de trabajo sobre los aspectos antes citados. Como interlocutor ejercerá el Gestor de Autoprotección.
Las situaciones de emergencia se producen esporádica e infrecuentemente. Este hecho representa una dificultad añadida para mantener alerta y preparada la organización. Para responder con eficacia e inmediatez es preciso comprobar periódicamente la operatividad de los equipos humanos y materiales, mediante ejercicios y simulacros. Corresponde al Gestor de Autoprotección la fijación de los ejercicios y simulacros, así como las directrices de su realización. En la realización de simulacros, se establecen como objetivos los siguientes: Mantener el nivel de capacitación de los intervinientes. Asegurar el correcto empleo de los recursos. Verificar la coordinación del conjunto de los medios humanos y materiales. Verificar el buen funcionamiento de los sistemas de alerta y de comunicaciones previstos en los planes de emergencia. Comprobar el estado real de preparación.
Ejercicios Se refieren al desarrollo de operaciones concretas y se incardinarán en los simulacros. Existe una importante variedad. Algunos objetivos específicos: De alerta y comunicaciones. De localización de la estructura operativa, a distintos niveles: grupos de emergencia, comités, cadena demando, etc. De movilización de la estructura operativa. De evacuación. De movilización de medios de la Ayuda Externa. De comprobación del funcionamiento y/o operatividad de sistemas. De verificación de datos. Emergencia sanitaria. Coordinación con la Ayuda Externa.
Simulacros Hacen referencia a la activación de medios humanos y materiales del Plan de emergencia, en el marco de la simulación de una situación de emergencia. Los simulacros deben de tener un diseño claro, así como los objetivos que se pretenden alcanzar. Debe de disponer de cierta flexibilidad para conseguir un equilibrio entre la acción y la simulación. Los objetivos específicos perseguidos: Comprobar la eficacia ante una emergencia determinada. Verificar el adiestramiento del personal, la disponibilidad y operatividad de los medios. Debe de recordarse que los simulacros han de prepararse, no ensayarse. El factor sorpresa, si no puede alcanzarse, si al menos debe realizarse un esfuerzo por conseguirlo, al menos en los aspectos parciales. Al finalizar el ejercicio, se efectuará un análisis de los resultados sobre lo observado: tiempos empleados, medios utilizados, deficiencias, etc. El Gestor de Autoprotección programará anualmente un número significativo de de simulacros, en función del grado de implantación y de eficacia conseguida. El Gestor de Autoprotección planificará anualmente los ejercicios y simulacros y sus características y objetivos. A tal fin solicitará la cooperación de la Gerencia de la Universidad y contará con la participación del Jefe de Emergencia y de todos los integrantes de los equipos de la organización de emergencias.
La respuesta frente a las emergencias
queda prefijada por medio de 2 tipos de planes:
Su ámbito de acción corresponde,
bien al propio campus o a los edificios:
Como norma general se establecen los siguientes
criterios con relación a dichos planes:
La organización de la emergencia
se ha adaptado a la tipología de los sucesos y a la magnitud consecuencial
y pretende ser lo suficientemente flexible como para dar una respuesta
eficaz e inmediata. Básicamente se han previsto dos
niveles de acción, en función de sus objetivos y las funciones
encomendadas:
Nivel Superior En determinadas situaciones, es preciso
realizar otras actividades fuera del área de escenario para garantizar
la respuesta de la estructura de Dirección y de toda la Comunidad
universitaria. Las acciones correspondientes a este nivel
quedan establecidas en razón de unos niveles de respuesta:
Las activaciones y la comunicación quedan aseguradas por:
Nivel Operativo Su misión es participar e intervenir directamente en el escenario del suceso, conforme a unos niveles de respuesta acordes al suceso.
Los grupos o elementos integrantes del nivel operativo son los que se señalan:
Además de los planes se han elaborado distintas separatas para cada uno de los integrantes de la organización de emergencia, así como otra dirigida a la comunidad universitaria. Dicha planificación será revisada y periódicamente actualizada a fin de lograr la máxima eficacia.
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