(La Reina sale con su séquito.)
COR.-
¡Oh Zeus soberano, has aniquilado al orgulloso ejército persa constituido por un ingente número de hombres? ¡Has cubierto las ciudades de Susa y Ecbatana con un profundo dolor sombrío! Con manos delicadas, muchas mujeres desgarran sus  velos <...> y en llanto abundante empapan su seno, como partfcipes que son de la pena.

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Las esposas persas, con tiernos gemidos, deseosas de ver sus recientes bodas[42] , se han despedido de las muelles ropas del lecho nupcial, del goce de su dulce juventud, y lloran con lamentos insaciables. Y también yo voy a cantar la muerte de los que se fueron, llena -está probado- de sufrimientos.
Estrofa 1ª
Porque -sí- ahora está gimiendo toda la tierra de Asia al haberse quedado desierta. Jerjes se lo llevó -¡ay,
ay!-,

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Jerjes hizo que perecieran -¡ay, ay!-, Jerjes todo lo organizó de modo insensato con sus barcos marinos. ¿Por qué Darfo, jefe de arqueros que nunca hizo daño, no estuvo entonces también al mando de los ciadadanos, el amado caudillo de Susa[43]?. Pues a los de a pie y a los marineros, con alas de lino[44]  de aspecto sombrío, los navíos se los llevaron -¡ay,  ay!-,

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los navíos les dieron la muerte -¡ay, ay!-, los navíos, con ataques causantes de todo el desastre. Por culpa del ejército jonio -oímos- apenas pudo escapar el propio soberano por los llanos caminos de crudos inviernos de Tracia.
Estrofa 2ª
Y los que primero por una muerte irremediable fueron atrapados -¡ay!- amontonándose han ido -¡ay!- en torno a las riberas de Cicreo[45].

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Gime y rechina los dientes en duelo, y eleva hasta el cielo los sordos lamentos de tu dolor -¡ay!-, y profiere con fuerza una voz desdichada, un grito que entrañe lamentos.
Antístrofa 2ª
Doblegados por el mar pavoroso -¡ay!-, son desgarrados -¡ay!- por los hijos sin voz[46]  del mar incorruptible -¡ay!-. Llora al varón cada casa que sin él quedó, y los padres que ya están sin hijos

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-¡ay!- lamentan sus penas sin par, e igual los ancianos, al oír su completo dolor.
Estrofa 3ª
Y tras largo tiempo, por tierras de Asia ya no se rigen por leyes persas, ya no pagan tributos a las exigencias del amo[47], ni se prosternan en tierra adorándolo, pues el  regio poder ya ha perecido.

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Antístrofa 3ª
Ya no tienen los hombres la lengua guardada, pues, para hablar libre, se ha soltado el pueblo [48], puesto que el yugo que la fuerza imponía se desató, y la isla de Ayante que bañan en torno las olas, en sus campos ensangrentados, tiene enterrado el poder de los persas.

[42] Metonimia: Bodas o maridos, cuyo regreso ansían

[43] "Entonces" se refiere al momento de emprender la expedición.

[44] Las velas.

[45] Metonimia: "Salamina".  Cicreo es un héroe de Salamina que se apareció en forma de serpiente a los combatientes griegos de Salamina.

[46] Los peces.

[47] Referencia a las consecuencias económicas y políticas de la derrota para el imperio persa. Esquilo subraya la condición de "amo" del rey de Persia.

[48] Alusión a las consecuencias de la derrota en política interior. Naturalmente Esquilo mira con óptica griega la caída de una autocracia.