810 |
(Sale sostenido por Pílades.) |
820 |
a causa de la antigua desdicha, la de antaño, del
palacio, cuando la disputa por el áureo carnero incitó a los
Tantálidas a tristísimos festines y degüellos de hijos legítimos
Desde entonces el asesinato no cesa de responder al asesinato en una
cadena de sangre sobre los dos Atridas. |
830 |
y mostrar a los rayos del sol la espada ennegrecida por el asesinato! Pero, a la vez, el delito fue una escandalosa impiedad y un desvarío propio de hombres tortuosos. En el terror de la muerte gritó la mísera Tindáride: «¡Hijo, acometes un acto impío al matar a tu madre! ¡No te cubras, por honrar a tu padre, de renombre infame para siempre!» |
840 |
Epodo. |
|
sobre el manto tejido de oro, ejecutó el sacrificio de ésta, en pago de los sufrimientos de su padre! |