|
CORIFEO.-
¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta tú a ésa, igual que yo a ti!
|
140 |
¿Sigues durmiendo?
¡Levántate ya! ¡Sacúdete el sueño y veamos si algo de este preludio no
responde a la realidad.
CORO.
Estrofa. 1ª
¡Ay, ay, dolor! ¡Qué hemos sufrido, amigas! ¡Cuánto. he sufrido yo! ¡
Y para nada! ¡ Un dolor sin remedio -¡ay!-hemos sufrido! ¡Una desgracia
insoportable!: ¡ha saltado de entre las redes la fiera y se escapa! ¡
Vencida del sueño, ha perdido la presa!
Antístrofa. 1ª
¡Eh, tú, hijo de Zeus, eres un ladrón ¡Has
pisoteado -tú, un muchacho- a viejas deidades, |
150 |
al respetar a
un suplicante que es un hombre impío y fue cruel con quien lo engendró!
¡Y tú, a pesar de que eres un dios nos has robado a un matricida! ¿Quién
dirá que algo de esto es justo?
Estrofa. 2ª
Desde mi sueño me llegó y me ha punzado un
ultraje, como una aguijada que por el centro agarra un carretero, en el
fondo de mi corazón, de mis entrañas. Presente tengo el grave, abrumador
escalofrío |
160 |
que da el cruel
verdugo público.
Antistrofa. 2ª
¡Cosas así hacen los dioses demasiado jóvenes! Ejercen en todo el
poder en detrimento de la justicia: puede verse un trono manchado, de
pies a cabeza, por la sangre de un asesinato. ¡Y el ombligo de la tierra
cargado con el espantoso sacrilegio de esa sangre!
Estrofa. 3ª
Aunque eres profeta, has contaminado la gruta
con una mancha en tu propio hogar, por tu propio impulso, sin que ningún
otro te invitara a hacerlo. |
170 |
Contra la ley
de los dioses, das primacía a intereses humanos con lo que has destruido
la antigua distribución en categorías.
Antistrofa. 3ª
También para mí es un miserable. No lo librará. Aunque haya huido
bajo la tierra, jamás estará libre, y, a donde vaya como suplicante,
otro vengador atraerá sobre su cabeza. |