160 |
(Se van el sacerdote y los jóvenes. Entran Edipo y Creonte en
palacio. Hace su entra da el coro de ancianos tebanos, la voz del
pueblo en la asamblea que ha convocado Edipo.) |
170 |
patrona de esta tierra, que tiene su glorioso trono en la redonda
plaza de Tebas, y a Febo que hiere de lejos. Apareced los tres ante
mí, venid en mi socorro. Si nunca, suscitado antes contra la ciudad
cualquier castigo, habéis apartado de ella, lejos, la llama de la
desgracia, venid también ahora. |
180 |
Ya
no crecen los frutos de esta tierra ilustre y las mujeres no salen
ya de los dolores del parto, entre gritos. Verías, como aves de
buenas alas, precipitarse, propagarse más que fuego irresistible,
una sobre otra, las víctimas hacia la ribera del dios del ocaso. |
190 |
Portadores de muerte, sin obtener ninguna compasión. Entretanto,
esposas y también canosas madres gimen por doquier en las gradas de
los templos, en actitud de suplicantes, a causa de sus tristes
desgracias. Resuena el peán y se oye al mismo tiempo un sonido de
lamentos. En auxilio de estos males, ¡oh áurea hija de Zeus!, envía
tu ayuda, de agraciado rostro |
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sin el ruido del bronce de los escudos [10], me abrasa, enfrentándome entre el griterío, que dé la vuelta y corra lejos de esta tierra, sea hacia el inmenso tálamo de Anfritite [11], sea hacia el continuo oleaje de la mar en Tracia que no permite que fondeen las naves. Si deja algo la noche, viene después el día y lo acaba. A él, a Ares, |
210 |
tú, padre Zeus, tú que gobiernas la fuerza de los ígneos relámpagos,
fulmínalo bajo el poder de tu rayo. |
220 |
a
Baco
[13]
de vinoso semblante que saluda con el evoé, al compañero de las
ménades, para que venga, fulgurante con su antorcha resplandeciente,
contra el dios que no tiene honra entre los dioses. |
[7] Zeus habla por boca de su hijo Apolo.
[8] Alusión a los inmensos tesoros depositados en delfos como ofrendas al Dios. Desde Homero se conoce a Delfos como Pito, donde Apolo venció al dragón Pitón.
[9] Se pregunta el Coro si la actual epidemia es el castigo de una reciente impiedad o antigua.
[10] Ares, dios de la guerra, suele representar la muerte violenta en el combate. Aquí no es el caso, sino que representa la epidemia.
[11] El mar. Anfitrita es una nereida de la que se enamoró Poseidón y a la que hizo su esposa.
[12] Epíteto de Apolo de difícil traducción.
[13] Tebas es conocida como "tierra de Baco" por ser éste hijo de Semele y ésta, a su vez, hija de Cadmo