(Salen de escena Orestes y Pílades.)
CORO.
Estrofa. 1ª
Cría la tierra muchos terribles dolores causados por seres horrendos. El mar abarca con sus brazos multitud de bestias hostiles al hombre. Lo dañan también, en el espacio que hay entre ambos,

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las centellas que surcan el aire, las bestias aladas y las que caminan sobre el suelo. Y los vientos podrían narrar la ira de la tormenta.
Antistrofa. 1ª
Pero, ¿quién podría decir el orgullo, audaz en exceso del varón y los amores impudentes de las mujeres que son osadas de corazón y <...> compañeras de ruina de los mortales? El deseo desprovisto de amor

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que domina a la hembra lleva a la desgracia a las parejas de vida común, tanto de bestias como de mortales.
Estrofa.2ª
Sépalo todo aquel que no deja que vuele su mente. Que conozca la maquinación que meditó una mujer que mató a su hijo, la miserable hija de Testio: quemó, prendiéndole fuego, el rojo tizón que tenía la misma edad que su hijo desde que lloró, cuando hubo salido de su madre

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y con él compartía la duración de la vida hasta el día fijado por la Moira[33].
Antistrofa. 2ª
Hay otra a quien se odia en los mitos: una doncella sanguinaria, que, en favor de los enemigos, causó la muerte a un hombre de su familia: se dejó persuadir -¡impúdica perra!- por los cretenses collares de oro, regalos de Minos y privó a Niso del cabello

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que lo hacía inmortal, mientras él respiraba plácidamente en el sueño[34], y Hermes se apoderó de él
Estrofa.3ª
Después de haber hecho mención de penas crueles no es el momento[35]  de recordar a una esposa abominable[36], odiosa para su familia, y la perfidia concebida por un corazón de mujer contra un varón portador de armas para defenderse, contra un guerrero que con razón inspiraba respeto a sus enemigos. Honro, en cambio, al hogar[37] de la casa que no es fogoso <y>

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y las armas de mujer que no sean la audacia.
Antístrofa 3

Entre todos los crímenes, ocupa el primer puesto -según el relato- el que ocurrió en Lemnos. Aún lo llora el pueblo como un suceso abominable y, desde entonces, todos comparan sus propias desgracias con el dolor lemnio. Pero, por esa mancha, odiosa a los dioses, se extinguió esa raza y fue despreciada por los mortales, pues nadie respeta lo que es detestable para los dioses[38]. ¿Cuál de estos casos no estoy citando con toda justicia?
Estrofa.4ª
La amarga punta de la espada que llega

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cerca de los pulmones produce una herida. Entre todos los crímenes, ocupa el primer puesto -según el relato- el que ocurrió en Lemnos. Aún lo llora que atraviesa a Justicia, pisoteada en el suelo, lo que conculca la ley divina, cuando alguien ofende a la absoluta majestad de Zeus de modo ilegítimo.
Antístrofa.4ª
Pero el cimiento de Justicia tiene firmeza y, forjador de espadas, funde el destino de antemano el bronce, y, con el tiempo, trae un hijo a su casa, para castigar la mancilla de sangres más antiguas derramadas,

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la ilustre Erinis, que, en lo profundo de su espíritu, mantiene los deseos de venganza.
Antístrofa.3ª
(Salen a escena, con atuendo de viaje, Orestes y Pílades. Se dirigen a la puerta exterior del palacio y dan golpes, llamando.)

[33] En este pasaje se evocan importantes casos de crueldad mítica. Altea, hija de Testio y esposa de Eneo, rey de Calidón, fue advertido por las Moiras, a poco de nacer Meleagro, de que su hijo moriría tan pronto como se consumiese un tizón que en aquel momento ardía en el hogar. Altea guardó el tizón en un arca. En la cacería del jabalí de Calidón, Meleagro discutió con sus tíos por el trofeo y los mató. Irritada Altea por la muerte de sus hermanos, arrojó al fuego el tizón que marcaba la duración de la vida de su hijo. Cuando las llamas consumieron el tizón, Meleagro murió.

[34] Mégara, donde reinaba Niso, sufría el asedio de los cretenses al mando de Minos. Escila, hija de Niso, seducida por Minos, cortó a su padre un cabello de oro que lo hacía inmortal.

[35] El Coro tiene en cuenta las recomendaciones de prudencia que le ha hecho Orestes.

[36] Clitemnestra.

[37] Metafórico: “mujer”.

[38] Las mujeres de Lemnios habían matado por celos a todos los varones de la isla.