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(Salen a escena, con atuendo de viaje, Orestes y Pílades. Se
dirigen a la puerta exterior del palacio y dan golpes, llamando.) |
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Pero hazlo con presteza, que ya el
oscuro carro de la noche se apresura y ya es hora de que el viajero
eche el ancla en la casa en que acogen a huéspedes. Que salga de la
casa alguno con poder de acabar esto, una mujer que mande en el
lugar. Pero es más conveniente que sea un hombre quien salga, pues
el pudor en las conversaciones hace que las palabras sean oscuras.
Un hombre le habla a otro hombre con plena confianza y le hace saber
con claridad sus fines. |
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baños calientes, lechos que calman
la fatiga y compañía de miradas justas. Pero, si hay que tratar de
algo que requiera mayor prudencia, cosa es ésta propia de hombres.
Se lo comunicaré. |
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“Extranjero, puesto que de todas maneras caminas a Argos, recuerda y di a sus padres con toda exactitud que Orestes ha muerto. No lo olvides en modo alguno. Tanto si prevalece en su familia la opinión de llevárselo, como si piensan que se le entierre donde habitaba, quedando allí por siempre jamás como huésped, trae sus órdenes, cuando regreses, pues, hasta ahora, las paredes de una urna de bronce han ocultado las cenizas de un varón que ha sido llorado como se debía.” He dicho todo cuanto oí. No sé si se da la casualidad de que estoy hablando con quienes tienen capacidad para decidir, |
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pero justo es que lo sepa quien lo
engendró. |
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ORE.- Yo hubiera querido haberme
dado a conocer, ante unos huéspedes tan felices, con motivo de
asuntos ventajosos y haber sido hospedado, pues ¿qué hay mejor
dispuesto que un huésped para quien lo hospeda? <Pero> en mi corazón
era algo impío no llevar a cabo un asunto de tal importancia, que
interesaba a mis amigos, después de haberlo prometido y haber sido
acogido como huésped. |
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Pero ya es hora de que unos
huéspedes que han gastado el día entero en un largo viaje reciban
las adecuadas atenciones.(A la esclava.) Condúcelo a las
habitaciones de los varones que hay reservadas para los huéspedes en
el palacio-y a su servidor y compañero de viaje-y que allí disponga
de lo conveniente. Te recomiendo que lo hagas como responsable que
eres de ello. (Entran en el palacio, acompañados por la esclava,
Orestes y Pílades.) Yo voy a comunicar estas noticias al que
manda en la casa. Como no andamos escasos de amigos, deliberaremos
con ellos sobre esta desgracia.(Clitemestra entra en el palacio.) |
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¿cuándo vamos nosotras a mostrar
todo el vigor de nuestras bocas en favor de Orestes? ¡Oh augusta
tierra y venerable túmulo que ahora descansa sobre el regio cuerpo
que a su mando tenía la escuadra, escúchanos en este momento y en
este momento concede tu ayuda! ¡Ahora es el momento preciso de que
baje a ayudar la trapacera Persuasión y de que Hermes, subterráneo y
sombrío, tome a su cargo estos combates en que se mata con espadas! |
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CORIFEO.- Parece que el varón
extranjero está produciendo alguna desgracia. Ahí veo a la nodriza
de Orestes anegada en llanto. ¿Por qué pisas, esclava cilicia, la
puerta del palacio? Tienes por compañera una pena que no es pena a
sueldo. |
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-¡un completo desastre para esta casa!- según la noticia que claramente han dado los extranjeros. Sin duda, al oírlo, cuando él se entere del relato, se alegrará de corazón. ¡Ay, triste de mí! ¡Cómo los antiguos dolores, insoportables, acumulados en este palacio de Atreo, me alcanzaron y fueron haciendo sufrir a mi corazón dentro del pecho! ¡Pero ningún sufrimiento tan doloroso había sufrido todavía, pues las demás desgracias las soportaba con valor! Pero a mi Orestes querido, a quien me dediqué con toda mi alma, al que crié |
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desde el momento en que lo recibí del seno materno <...>. Las mil molestias de los lloros agudos con que me llamaba y me hacía ir y venir durante la noche, han terminado por ser inútiles para mí que las soporté. Sí, que a un ser desprovisto de razón hay que criarlo como si fuera un animal -¿cómo no?- conforme al propio juicio. Un niño, cuando está todavía en mantillas, no sabe aún decir si tiene hambre o sed o tiene que orinar, sino que el joven vientre de los niños obra espontáneamente. Yo se lo adivinaba, pero creo que muchas veces me equivoqué, y lavandera, entonces, fui de los pañales del pequeño, |
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que ambas funciones yo tenía, la de
nodriza y lavandera, y, como tenía un doble oficio, me hice cargo de
Orestes por decisión de su padre. ¡Y ahora, desdichada, me entero de
que ha muerto! ¡Y voy en busca de un varón que es la deshonra del
palacio y va a enterarse con gusto de esta noticia! |
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CORIFEO.- Pues no le des ese mensaje
al odioso amo, sino, rebosante de alegría, para que te escuche sin
alarmarse, anímale a venir solo cuanto antes. Una razón que sigue
oculta en el mensajero decide el triunfo. |
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Cuidado es de los dioses ocuparse...
de lo que se ocupen. |