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(El Coro se presenta llamado por Creonte.)
Coro.-
Estrofa 1ª.
Rayo de sol,

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la más bella luz vista en Tebas, la de las siete puertas, te has mostrado ya, ¡oh ojo del dorado día!, viniendo sobre la corriente del Dirce, tú, que al guerrero de blanco escudo[5]  que vino de Argos con su equipo, has acosado como a un presuroso fugitivo en rápida carrera, y al que Polinices

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condujo contra nuestra tierra, excitado por equívocas discordias[6]. Lanzando agudos gritos, voló sobre nuestra tierra como un águila cubierta con plumas de blanca nieve, con abundante armamento, con yelmos guarnecidos con crines de caballos.
Antistrofa 1ª.
Detenido sobre nuestros tejados, y habiendo abierto sus fauces en torno a los accesos de las siete puertas con lanzas ansiosas de muertes, se marchó antes de

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saciar su garganta con nuestra sangre y de que el fuego[7] de las antorchas de pino se apoderara del círculo que forman las torres. Tal fue el estrépito de Ares que se extendió en torno a nuestras espaldas, difícil prueba para el dragón adversario[8]. Zeus odia sobremanera las jactancias pronunciadas por boca arrogante y, viendo que ellos avanzan en gran afluencia, orgullosos del dorado estrépito,

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rechaza con su rayo a quien se disponía a gritar victoria desde las altas almenas [9]
Estrofa 2ª.
Sobre la dura tierra cayó, como un Tántalo  portador de fuego, el que, dominado’ por maniaco impulso, resoplaba con los ímpetus de odiosos vientos. Pero las cosas salieron de otro modo, y el gran Ares impetuoso fue distribuyendo a cada cual lo suyo sacudiendo fuertes golpes.

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Pues siete capitanes, dispuestos ante las siete puertas frente a igual número, dejaron a Zeus, el que aleja los males, todo su armamento como tributo, excepto los dos desgraciados que, nacidos de un solo padre y de una sola madre, tras colocar en posición sus lanzas —ambas poderosas—, obtuvieron los dos su lote de muerte común.
Antistrofa 2ª.
Llegó la Victoria, de glorioso nombre, y se regocijó con Tebas, la rica en carros. De los combates

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que acaban de tener lugar, que se haga el olvido. Vayamos a todos los templos de los dioses en coros  durante la noche, y Baco, el que hace temblar la tierra de Tebas, sea nuestro guía. Pero aquí se presenta el rey del país, Creonte, el hijo de Meneceo, nuevo jefe a la vista de los recientes sucesos enviados por los dioses. ¿A qué proyecto está dándole vueltas, siendo así que ha convocado especialmente esta asamblea de ancianos

 

y nos ha hecho venir por una orden pregonada a todos?

[5] El blanco escudo del ejército argivo es el plumaje, blanco como la nieve, del águila con la que es comparado. El adjetivo argós significa "blanco" y, de ahí, quizás la asociación.

[6] La lucha que mantenía con Eteocles por los derechos al trono de Tebas.

[7] En griego aparece el dios Hefaistos. Es el mismo caso que cuando traducimos Ares por "guerra".

[8] El dragón simboliza a Tebas. Los tebanos nacieron de los dientes del dragón sembrados por Cadmo, el fundador. Por otra parte, la lucha del águila y la serpiente es un lugar común literario (Iliada XII 200).

[9] Se refiere a Capaneo, príncipe argivo impetuoso y arrogante, que intenta escalar las torres  de la ciudad de Tebas para incendiarla. Un rayo enviado por Zeus le da muerte. A él se refiere también la segunda estrofa.