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Coro.-
Estrofa 1ª.
¡Oh dios!, el de las numerosas advocaciones, gloria de la joven desposada cadmea[43]  e hijo de Zeus el que emite sordos truenos, tú que proteges la ilustre Italia[44] y reinas en los valles frecuentados de la eleusina Deo[45],

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¡oh Baco!, que habitas Tebas, ciudad madre  de las Bacantes situada al borde de las fluidas aguas del lsmeno y sobre la semilla del fiero dragón
Antistrofa 1ª.
La llama humeante que brilla cual relámpago te ha visto sobre la doble cima de la roca , donde se dirigen las ninfas Coricias, tus Bacantes.

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Te han visto también las aguas de Castalia[46]. A ti, los ribazos cubiertos de hiedra de los montes Niseos  y la verde costa de abundantes viñedos te envían, mientras resuenan divinos cantos con el grito del evohé, a inspeccionar las calles tebanas.
Estrofa 2ª.
Tebas, a la que honras por encima de todas las ciudades, junto con tu madre, la destruida por el rayo. Y ahora, cuando la ciudad entera

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está sumida en violento mal, ven con paso expiatorio por encima de la  pendiente del Parnaso o del resonante estrecho
Antistrofa 2ª.
¡
Ah, tú que organizas los coros de los astros que exhalan fuego, guardián de las voces nocturnas, hijo retoño de Zeus, hazte visible, oh señor, a la vez que tus servidoras

 

 

 

 

las Tiíades , que, transportadas, te festejan con danzas toda la noche, a ti, Yaco el administrador de bienes!

[43] Semele, madre de Dioniso

[44] La Magna Grecia.

[45] Deméter.

[46] Fuente sagrada de Delfos.