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(Entran en palacio todos.)
Coro.-
Estrofa 1ª.
¡Felices aquellos cuya vida no ha probado las desgracias! Porque, para quienes su casa ha sido estremecida por los dioses, ningún infortunio deja de venir sobre toda la raza, del mismo modo que las olas marinas, cuando se lanzan sobre el abismo submarino impulsadas por los desfavorables vientos tracios, arrastran fango desde el fondo del negro mar,

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y resuenan los acantilados azotados por el viento con el ruido que producen al ser golpeados.
Antistrofa 1ª
Veo que desde antiguo las desgracias de la casa de los Labdácidas se precipitan sobre las desgracias de los que han muerto[22] , y ninguna generación libera a la raza, sino que alguna deidad las aniquila y no les deja tregua. Ahora se había difundido una luz en el palacio de Edipo sobre las últimas ramificaciones.

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Pero de nuevo el polvo sangriento de los dioses infernales lo siega, la necedad de las palabras y la Venganza de una resolución[23].
Estrofa 2ª.
¿Qué conducta de los hombres podría reprimir tu poder, Zeus? Ni el sueño, el que amansa todas las cosas, lo domina nunca, ni los meses incansables de los dioses, y tú, que no envejeces con el tiempo, dominas poderoso el centelleante resplandor del Olimpo.

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Para lo que sucede ahora y lo que suceda en el futuro, lo mismo que para lo que sucedió anteriormente, esta ley prevalecerá: nada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgracia.
Antistrofa 2ª.
La esperanza errante trae dicha a numerosos hombres, mientras que a otros trae la añagaza de sus tornadizos deseos. Se desliza en quien nada sabe hasta que se quema el pie con ardiente fuego.

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Sabiamente fue dada a conocer por alguien la famosa sentencia: lo malo llega a parecer bueno a aquel cuya mente conduce una divinidad hacia el infortunio, y durante muy poco tiempo actúa fuera de la desgracia. Pero he aquí a Hemón, el más joven vástago de tus hijos. ¿Acaso llega disgustado por el destino de su prometida Antígona, afligiéndose en exceso por la frustración de sus bodas?

[22] Layo, Edipo, Eteocles y Polinices.

[23] Pasaje lleno de simbología difícil. Parece que la "luz" era la esperanza en el proyectado matrimonio de Antígona con Hemón. Antígona forma parte de las "últimas ramificaciones". La "necedad de las palabras" de Creonte y la "Venganza" o Erinis que surgirá de las "resoluciones"" de Antígona.