CLASE TAPHRINOMYCETES.
Incluye un único orden (Taphrinales), con dos familias
y unas 140 especies. La familia más conocida es Taphrinaceae.
El género Taphrina es parásito de plantas vasculares. Causa
deformaciones de tejidos vegetales, desde hipertrofias e hiperplasias foliares
hasta escobas de bruja. La
especie más conocida es T.
deformans, responsable de la lepra del melocotonero, almendro y
especies próximas.
Aproximadamente en el mes de mayo, las hojas sufren hiperplasias e hipertrofias,
y adoptan un color amarillento o
rojizo (y al final acabarán cayendo).
El micelio
del hongo es intercelular, y causa las deformaciones antedichas (las hojas presentan
ampollas y se tornan quebradizas). Los ascos se forman sobre la epidermis de la planta,
dándole un aspecto pulverulento.
Las ascósporas se comportan como si fueran levaduras,
gemando dentro y fuera del asco. Esta fase de levadura puede invadir nuevos tejidos,
pero sólamente si son jóvenes y tiernos; las partes más viejas de la planta son resistentes
a Taphrina. Las levaduras pueden hibernar en las ramas o en las yemas, y cuando
llegue la primavera podrán penetrar en los brotes, hojitas y otros órganos jóvenes. La
infección se ve favorecida por la alta humedad y las bajas temperaturas durante el tiempo
en que la planta es susceptible.
Lógicamente, el control de Taphrina se realiza mediante aplicaciones preventivas
de fungicida, tras la caída de la hoja con un compuesto cúprico, y al principio del hinchado
de yemas (captan, captafol, ferdam, thiram o ziram). No se conoce verdadera resistencia en
los hospedantes.
Otras especies a destacar son:
T. pruni, que causa la "ciruela del diablo", ya que
los frutos mueren y no se les forma el hueso; T. wiesneri, que provoca escobas de bruja
en el cerezo; y T. padi,
que causa agallas y otras deformaciones en Prunus padus. También existen
especies que provocan deformaciones foliares y
escobas de bruja en Quercus, Populus,
Alnus,
Nothofagus y otros árboles de interés forestal.
La fam. Protomycetaceae incluye
parásitos de compuestas y umbelíferas. Como los
hospedantes son malas hierbas o plantas silvestres sin importancia económica, estos parásitos
están poco estudiados. Aquí también se incluye Saitoella complicata. Es una curiosa levadura,
aislada en Japón, sin parientes conocidos y nunca hallada de nuevo en la naturaleza.
CLASE SCHIZOSACCHAROMYCETES.
Incluye una única familia de levaduras que se reproducen por bipartición. Su empleo
en biotecnología va en aumento. Destaca
Schizosaccharomyces pombe.
CLASE PNEUMOCYSTIDOMYCETES.
Pneumocystis jirovecii es un parásito extracelular de mamíferos. En humanos
está asociado a un tipo grave de neumonía que se da en pacientes con el sistema
inmunitario deprimido (por ejemplo, en enfermos de SIDA resulta casi un indicativo
de padecer este síndrome). También era típica de orfanatos insalubres, donde se
hacinaban los pobres niños desvalidos. Por lo general, en pacientes normales la
enfermedad es leve, y el cuerpo forma anticuerpos contra ella. Esta especie fue
descrita en principio como un protozoo, pero la certificación de que se trataba de
un ascomiceto hizo suponer que sería sensible a fungicidas como el benomilo. Y así
ocurrió, en efecto.
CLASE NEOLECTOMYCETES.
Incluye sólo una familia de extraños hongos con apotecios, que viven en el suelo
o en restos de hojarasca. Durante mucho tiempo se relacionó con diversos grupos de
discomicetos por el aspecto del ascocarpo, pero nada tiene que ver con ellos. Destaca
el género Neolecta.
CLASE ARCHAEORHIZOMYCETES.
Sólo incluye un género,
Archaeorhizomyces. Se trata de hongos asociados a raíces de árboles. Su
papel ecológico resulta incierto; podrían tratarse de saprofitos.
Volver a la clasificación de Ascomycota.
|